La tendencia alemana de no usar tarjetas de crédito: ¿Una lección para España?

En España, el uso de la tarjeta de crédito se ha vuelto un hábito cotidiano. Pagar con tarjeta, incluso por cantidades pequeñas, como un café o una botella de agua, es ahora la norma. Este fenómeno se ha acelerado desde la pandemia, cuando las medidas sanitarias fomentaron los pagos sin contacto. Sin embargo, en Alemania, el panorama es muy diferente. Cada vez son más los ciudadanos alemanes que optan por evitar el pago con tarjeta, prefiriendo el efectivo como método de transacción. ¿Por qué ocurre esto y qué podemos aprender de ello en España? Vamos a analizar las razones detrás de esta tendencia.

En Alemania, el uso de las tarjetas de crédito está en declive, y hay razones sólidas detrás de esta decisión. Una española residente en el país, Mimi Oliván, famosa por compartir su experiencia como expatriada en TikTok, ha ofrecido una interesante perspectiva sobre este fenómeno. En uno de sus vídeos, respondió a la curiosidad de una seguidora sobre por qué los alemanes no pagan con tarjeta. Su explicación desvela una cultura profundamente arraigada que prioriza la privacidad financiera y la desconfianza hacia las grandes entidades financieras y tecnológicas.

Según Oliván, los alemanes valoran mucho la privacidad en sus transacciones económicas. La idea de ser rastreados o de que las empresas tecnológicas conozcan sus patrones de consumo genera desconfianza. Evitar que las grandes corporaciones financieras y tecnológicas sigan el rastro de sus movimientos de dinero es, según explica, una de las principales razones por las que los alemanes prefieren el efectivo sobre las tarjetas de crédito.

La cultura del efectivo y el ahorro en Alemania

Este rechazo al uso de tarjetas de crédito también está influenciado por otros factores culturales y económicos. En Alemania, la cultura del ahorro y la aversión al endeudamiento son muy fuertes. Los ciudadanos alemanes tienden a ser muy cautelosos con el uso del crédito, prefiriendo ahorrar antes que endeudarse. En este sentido, las tarjetas de crédito, que permiten gastar dinero que no se tiene de manera inmediata, no encajan bien con su mentalidad financiera. Además, muchos alemanes llevan siempre consigo una cantidad considerable de efectivo, algo que contrasta con la tendencia en otros países europeos, donde es común depender únicamente de medios electrónicos de pago.

El uso del efectivo también está relacionado con la protección de la intimidad. Muchos alemanes temen que el uso de tarjetas y otros métodos de pago electrónicos permita a las empresas o al gobierno monitorear sus hábitos de consumo. Para ellos, la privacidad es un valor crucial, y el efectivo les permite mantener el control sobre su información financiera.

¿Qué dicen los datos sobre el uso del efectivo en Alemania?

Las estadísticas confirman esta preferencia alemana por el efectivo. De acuerdo con un informe del Banco Central Europeo (BCE), Alemania es uno de los países de la Unión Europea donde el uso del efectivo sigue siendo predominante. En 2019, un asombroso 74% de las transacciones en puntos de venta se realizaron con billetes y monedas, en contraste con el 19% que se pagó con tarjetas y el 7% con otros métodos de pago. En comparación, en España solo el 48% de los pagos fueron en efectivo, mientras que el 46% se realizaron con tarjeta.

Esta diferencia cultural refleja una visión conservadora sobre las finanzas personales en Alemania, que se refuerza con el hecho de que muchos comerciantes prefieren no aceptar pagos con tarjeta. Esto se debe, en parte, a las comisiones asociadas a las transacciones electrónicas, que pueden afectar sus márgenes de beneficio. Además, se estima que el control que los pagos en efectivo brindan sobre los ingresos y la reducción de los costes operativos también influyen en esta elección.

La pandemia y el cambio en los hábitos de pago en Alemania

No obstante, la pandemia del coronavirus ha impulsado algunos cambios en esta tendencia. Debido a las restricciones sanitarias y al auge del comercio electrónico, el uso de medios electrónicos de pago ha aumentado en Alemania. Según una encuesta del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW), en 2020, el 58% de los alemanes utilizó tarjetas de crédito al menos una vez a la semana, frente al 35% que lo hacía en 2019. Aunque este incremento sugiere un cambio en los hábitos de pago, la transición hacia un sistema dominado por los medios electrónicos aún es lenta y gradual.

Lecciones para España: ¿Deberíamos reconsiderar nuestro uso de tarjetas?

El caso de Alemania plantea una reflexión interesante sobre el uso de las tarjetas de crédito en España. Aunque en nuestro país el uso de este medio de pago se ha normalizado, quizás deberíamos detenernos a pensar en las posibles desventajas de depender tanto de las transacciones electrónicas. La privacidad financiera es una de las preocupaciones más relevantes que podríamos tomar en cuenta. Cada vez que usamos una tarjeta de crédito, dejamos un rastro de nuestros hábitos de consumo, lo que puede ser aprovechado por grandes empresas para generar perfiles de usuario o para campañas de marketing dirigidas.

Además, la cultura del ahorro y el control sobre las finanzas que caracteriza a los alemanes podría ser una lección útil para los consumidores españoles. El uso excesivo del crédito puede llevar al endeudamiento, mientras que el efectivo, aunque parezca menos conveniente, nos permite ser más conscientes de cuánto estamos gastando y en qué.