Vivienda

8.000 euros por adelantado por una habitación en una casa okupada en Ibiza

La inquilina de una villa de Sant Miquel denuncia a otra de las inquilinas de la vivienda que también hacía de arrendadora al descubrir que la estaba okupando desde hacía seis meses

La presunta delincuente subarrendaba, ya vencido el contrato que mantenía con el dueño, cada una de las cuatro habitaciones de la villa por mil euros al mes.

Una imagen del cuartel de la Guardia Civil en Can Sifre, en una imagen de archivo.

Una imagen del cuartel de la Guardia Civil en Can Sifre, en una imagen de archivo. / VICENT MARÍ

Ángela Torres Riera

Ibiza

A lo largo de las últimas semanas, la víctima de un engaño ha estado intentando recuperar parte del dinero que pagó a principios de año por el alquiler de una habitación en una villa ubicada en la zona de Benirràs, en Sant Miquel (Ibiza): 6.000 euros en total. "Me pidió -la arrendadora- ocho meses por adelantado", relata a este diario la afectada, que prefiere no dar su nombre. No mucho más tarde, se dio cuenta de que la mujer estaba okupando la vivienda y subalquilándola de manera ilegal.

La mensualidad para alquilar la habitación, que había encontrado por un grupo de WhatsApp pequeño formado tan solo por unas cuantas mujeres, ascendía a mil euros, por lo que la joven entregó en enero a la arrendadora del domicilio, americana y de mediana edad, los 8.000 euros que le pedía.

"Unos dos meses más tarde, en marzo, me encontré al propietario de la casa por los alrededores y me dijo que esta mujer -la que le había arrendado la habitación y con quien convivía en el domicilio- llevaba cinco meses sin pagar el alquiler y con el contrato vencido", relata la víctima.

El propietario, pocos días después, decidió cortar el suministro de agua y de electricidad y también Internet con la intención de echar a la inquilina. La afectada indica que ella se marchó un fin de semana de la isla y que al volver, la mujer del propietario acudió, incluso, un día al domicilio y les insistió en que tenían que desalojarlo.

Más perjudicados

"Me fui, tenía miedo y además, no quería vivir en un sitio ilegalmente. Moralmente no me parecía bien", expresa la víctima, quien detalla que no es la única afectada sino que hay "mucha otra gente perjudicada" por esta mujer. Entre ellas, las demás inquilinas de la villa pero también profesionales de la isla.

La presunta estafadora les indicaba, tras aprovecharse de sus servicios, que no tenía dinero en efectivo y al final "nunca llegaba a pagar", narra la exinquilina, que ayer acudió a la comisaría después de semanas intentando recuperar el dinero del alquiler. "Me dijo que me lo devolvería, pero qué va. Ahora, ese dinero ya lo doy por perdido, lo único que quiero es que la situación se sepa para que no haya más víctimas", prosigue.

Apenas cuatro días después de que se marchara de la vivienda de lujo de Sant Miquel, cuatro hombres, de nacionalidad alemana, se personaron en la finca con el objetivo de echar a la okupa que subarrendaba las habitaciones, a petición del propietario y de forma violenta, como informó este diario a finales de marzo.

La Policía Local de Sant Joan y la Guardia Civil acudieron al domicilio y arrestaron a los cuatro hombres por supuestas coacciones graves hacia la inquilina. Aunque cuando los agentes requirieron a la mujer el contrato de alquiler con el dueño de la villa, ella puso algunas excusas y finalmente no hizo entrega del mismo.

Los detenidos, tras celebrarse un juicio rápido, quedaron en libertad, aunque se desconoce si estaban contratados por el propietario o forman parte de su círculo cercano.

El dueño, por su parte, manifiesta a este diario que toda esta situación "es un desastre". El hombre valora ahora la opción de contratar a alguna empresa privada que se encargue de desokupar la vivienda.

Delito premeditado

"El contrato -que firmó la okupa con el propietario y al que ha tenido acceso la exuinquilina afectada- ponía que no se podía subarrendar la casa ni total ni parcialmente", cuenta la exinquilina.

La víctima añade que, aún así, este contrato de alquiler tocó a su fin el pasado 9 de enero. "Es decir, que esta mujer estaba cometiendo un delito premeditadamente", concluye apenada. La joven ha denunciado a la presunta delincuente por un delito de alquiler ilegal y amenazas. "Amenazas porque me dijo que si ponía la denuncia y contaba toda la situación, me denunciaría por difamación", explica.

Aún así, aunque está decidida a embarcarse en un procedimiento legal para que se haga justicia -también cuenta con el respaldo legal de un abogado que ha contratado- sabe que los 6.000 euros de los meses que pagó por adelantado y no disfrutó de la vivienda no se los va a devolver.

Aunque lo que más le apena, en realidad, es que llevaba meses okupando el domicilio sin tener conocimiento de ello. "Ella es una mujer que embauca, nunca dirías, así a primera vista y hablando con ella, que es una delincuente", termina.

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