El acceso al 1-1-2 debe ser también por texto o videoconferencia antes de 2027

Moisés Sánchez Arrocha lleva tres años y cinco meses como director del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno de Canarias, en un periodo de transformación clave del servicio del 1-1-2.

Como él mismo lo define, vive inmerso en un «viaje al futuro», que permitirá pasar de lo analógico a lo digital, como lo manda la Unión Europea (UE); el asentamiento de la gestión en dos edificios de servicios esenciales (un búnker por provincia), y el reforzamiento de la protección física y de ciberseguridad de tales inmuebles.

Como se dijo desde el comienzo de su labor directiva, Sánchez representa un perfil técnico, un profesional apasionado de lo que hace y conocedor del recurso desde sus primeros pasos, hace ahora 25 años.

El desafío más importante que afronta este recurso fundamental en la vida cotidiana de miles de ciudadanos que viven o pasan sus vacaciones en el Archipiélago es alcanzar la «digitalización absoluta», en lo que se denomina como el Next Generation de los 1-1-2.

Si en la actualidad la forma de comunicarse con el Centro de Coordinación de Emergencias y Seguridad (Cecoes) es a través de «la voz», (llamada telefónica), desde la Unión Europea se pretende ampliar las vías de enlace para reclamar recursos ante una urgencia o para pedir información. Se trata de unas posibilidades que no existían en 1998, «pero ahora sí», matiza Moisés Sánchez, y el plazo establecido en teoría para alcanzar ese objetivo acaba en 2027.

La intención de las autoridades comunitarias pasa por la opción de que el acceso al 1-1-2 se pueda efectuar por la voz, pero también a través del instrumento conocido como RTT (Real Text Time o texto en tiempo real), o bien por videoconferencia. Y esas alternativas de comunicación estarán disponibles en los dispositivos móviles, tanto con sistema operativo Android como con IOS.

Por parte de la UE se pretende ofrecer un servicio equivalente en todos los países miembros y que la prestación sea «universal», es decir, que pueda beneficiar al mayor número de personas posible, sobre todo a aquellas que padecen algún tipo de discapacidad.

Sánchez Arrocha explica que el Ejecutivo saliente en el Gobierno de Canarias comprendió la importancia del desafío y supo transmitirla al grupo de gobierno entrante, que «ha sido sensible» con la iniciativa.

Entre otras cosas, la medida requerirá la actualización de todas las plataformas con las que trabajan los profesionales del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad.

Y para desarrollar la idea hace falta la inversión de unos 5.000.000 de euros y ya en el presupuesto de la Comunidad Autónoma para el 2024 se incluye la primera partida. No obstante, apunta el director del 1-1-2, está previsto que la citada transformación digital esté respaldada con fondos que la Unión Europea enviará a los distintos países miembros de forma específica para tal fin.

En los tiempos actuales y en un ámbito tan delicado como la seguridad y las emergencias, hablar de inteligencia artificial (IA) provoca opiniones muy diferentes. Algunas personas temen que la administración de recursos ante sucesos graves o con riesgo para la vida de ciudadanos pueda estar en manos de un «robot». Otras, en cambio, estiman que dicho recurso puede ser útil a la hora de que los gestores tomen decisiones más adecuadas.

A juicio de Sánchez, ninguna emergencia es igual a otra y, además, cada vez son más complejas, entre otras cosas, por el elevado crecimiento demográfico en las últimas décadas. Pone un ejemplo muy gráfico. En la erupción del volcán San Juan en 1949 en La Palma, las coladas de lava pasaron apenas a un kilómetro y medio de las generadas por el Tajogaite en 2021. A mediados del siglo XX, la afección a la vida de los vecinos en el oeste de La Palma fue casi nula, frente a lo ocurrido hace dos años.

Pero también señala que las condiciones meteorológicas inciden de manera relevante en el desarrollo de determinadas emergencias graves. En definitiva, «ahora somos más vulnerables», apunta. A su juicio, la Inteligencia Artificial «viene para ayudarnos», pues permitirá disponer de previsiones mucho más precisas a nivel cuantitativo y cualitativo sobre, por ejemplo, el lugar que se puede ver más afectado por una inundación en una determinada comarca. Y, en base a tales datos, que se ofrecen en unos pocos minutos o segundos, se destinan los recursos adecuados, comenta.

Una de las opciones de uso pasa por seleccionar las llamadas que reclaman recursos con urgencia, pues está en peligro la vida de una persona, de las que simplemente solicitan información. Así se evitará, entre otras cosas, el colapso que se registró en el 1-1-2 en las primeras semanas de la pandemia por el covid-19.

Estima que «no hay que tener miedo a ser sustituidos por una máquina; el ser humano seguirá estando en la gestión, pues en las grandes emergencias influyen factores y componentes muy diversos que una máquina no va a poder entender y administrar».

Otro desafío se halla en la construcción de los dos nuevos edificios de Servicios Esenciales, donde estarán concentradas las dos salas del 1-1-2 del Archipiélago, que, en teoría, deberían estar en funcionamiento a finales del 2026 o en 2027. Ya hay creadas varias comisiones técnicas para definir los contenidos de ambos inmuebles, pues no se concibe la construcción de su estructura sin incluir el ámbito tecnológico, que será muy importante en su funcionamiento cotidiano y para situaciones extremas.

Y no menos importante es la consideración que desde el verano del 2021 el Ministerio del Interior otorgó a las sedes canarias del 1-1-2, a las que califica de infraestructuras críticas y servicio esencial. Eso implica que deben tener una protección extraordinaria en seguridad física (ante un supuesto ataque terrorista, por poner un ejemplo) o a la hora de evitar ataques informáticos de cualquier tipo.