Más de un millar de jóvenes transitan hacia la vida adulta gracias a Emancípate

El programa de Mensajeros de la Paz cuenta con dos equipos de trabajo, uno en cada provincia, para ofrecer un servicio individualizado a jóvenes de entre 17 y 21 años

Una de las actividades realizadas por los participantes del proyecto.

Una de las actividades realizadas por los participantes del proyecto. / E. D.

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Mensajeros de la Paz, a través del programa Emancípate, ha ayudado a unos 1.200 jóvenes afincados en Canarias a afrontar su vida adulta desde que comenzó a funcionar este proyecto, en el año 2018. Se trata de una iniciativa que da respuesta a jóvenes de todas las Islas, aunque los equipos de trabajo se encuentran físicamente ubicados en Tenerife y Gran Canaria. Desde su creación, han dado respuesta a 1.200 jóvenes en toda Canarias, a los que han acompañado para dar sus primeros pasos en la vida adulta. En la actualidad, trabajan con 105 jóvenes en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y con otros 108 en la de Las Palmas.

Andrea Gorostiza es la coordinadora del Programa Emancípate en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Se trata de un programa de preparación para la vida independiente basado en la intervención integral y orientando a jóvenes para dotarles de habilidades personales que faciliten su proceso individual. Está dirigido a personas con edades comprendidas entre los 17 y los 21 años que hayan tenido o tengan alguna medida de protección, como acogimiento familiar o residencial, adopción, situación de riesgo o acogimiento de menores extranjeros no acompañados.

Se trata además de un proyecto multidisciplinar en el que participan trabajadores sociales y educadores, entre otros perfiles, y cuyo objetivo final es que los jóvenes participantes logren la inserción sociolaboral plena porque «sin esa autonomía, es difícil emanciparse». Así lo afirma Gorostiza, quien indica que «mientras los chicos son menores están muy protegidos por el sistema pero cuando cumplen los 18 años se pierden, aunque la diferencia sea de solo un día entre que disponen de asistencia y ya no».

Más de un millar de jóvenes transitan hacia la vida adulta gracias a Emancípate

Actividad realizada por los jóvenes que forman parte del proyecto Emancípate. / E. D.

Así, Emancípate acompaña a los jóvenes participantes en tareas cotidianas tan variadas como la renovación del DNI, el acompañamiento a una revisión médica, un trámite administrativo o la búsqueda activa de un hogar y de empleo para que «los jóvenes conozcan los recursos de los que disponen y poder así acercarlos a la comunidad de la que forman parte» para que, durante los dos años que dura este programa, «dispongan de todas las herramientas y recursos que van a necesitar en su vida adulta y no precisen más la figura de un educador».

Cada uno de los jóvenes que llegan a este programa cuentan con una situación totalmente diferente y por eso se realizan intervenciones totalmente individualizadas. «Cada una de las situaciones con las que nos encontramos es diferente y las vidas de los chicos cambian mucho a lo largo de un mes, por eso nos adaptamos a ellos», expresa Andrea Gorostiza quien no obstante añade que el programa también cuenta con actividades grupales de distinta índole, como talleres, visitas a empresas y proyectos de ocio. Gorostiza destaca la importancia de estas actividades colectivas sobre todo para los jóvenes extranjeros, que inevitablemente se juntan debido a su país de procedencia y es necesario que se relacionen con el resto de compañeros.

Más de un millar de jóvenes transitan hacia la vida adulta gracias a Emancípate

Actividad realizada por los jóvenes que forman parte del proyecto Emancípate. / E. D.

El joven Mor Mbengue tiene 20 años y forma parte de este proyecto desde hace un año y medio, cuando aún vivía en un piso tutelado en Santa Cruz de Tenerife. Entonces, no poseía permiso de residencia pero este programa de acompañamiento le ha servido precisamente para hacerse con estos documentos y también para obtener un puesto de trabajo, lo que le ha permitido, además, acceder al alquiler de un piso que en la actualidad comparte junto a otros dos amigos.

Mbengue es senegalés y llegó a Canarias cuando tenía 17 años. Fue un año después cuando entró en contacto con Mensajeros de la Paz y este proyecto que «me ha cambiado la vida», afirma. En la actualidad, el joven senegalés es mediador en un centro de menores porque cuando entró en contacto con el equipo de Emancípate tuvo claro que lo que quería era ayudar a otros jóvenes que se encontraran en la misma situación en la que él había estado. Su buena experiencia en este programa de acompañamiento hace que el joven recomiende al cien por cien esta iniciativa a otras personas que, como él, precisen de acompañamiento en diferentes facetas de su vida. Su experiencia es el mejor ejemplo de que recibir ayuda en un momento preciso puede cambiar la vida de una persona.