Tres de cada diez tinerfeños que padecen alergia la sufren por el contacto con los pelos de gatos y perros. Las proteínas que se desprenden con el pelaje de estos animales de compañía son las mismas que generan una parte nada desdeñable de las alergias en la isla de Tenerife. De hecho, son el segundo factor más común de alergia entre los isleños. Sin embargo, la presencia de ambos animales no afecta por igual. Los alérgenos relacionados con los felinos se identifican hasta en un 43% de los casos de alergia, mientras que los de perros tan solo se encuentran en un 34,3%.
La de los gatos, además, tiene el componente adicional de que, quien la sufre, también tiene más posibilidades de desarrollar alergia a otras moléculas. De hecho, más del 95% de los pacientes alérgicos a moléculas de gato se encontraban además sensibilizados a una o más alérgenos de ácaros, lo que los convierte en pacientes más complejos.
Son los principales resultados de un reciente artículo publicado en International Journal of Molecular Science, de la revista de acceso abierto MDPI y elaborado por investigadores del Hospital Universitario de Canarias (HUC), en el que, además, se ha elaborado el primer mapa molecular de la alergia en Tenerife.
Con estos resultados, el HUC ha elaborado el primer mapa molecular de la alergia en Tenerife
Pese a estos resultados, "reyes" indiscutibles de la hipersensibilidad entre los canarios son los ácaros. El 97% de los tinerfeños sufren rinitis, dermatitis o asma alérgica cuando están expuestos a estos artrópodos, los más comunes en nuestro entorno, especialmente en lugares cerrados
"Los datos de alergia a los ácaros probablemente sea extrapolable a toda Canarias", resalta el alergólogo del HUC y autor principal del artículo, Ruperto Gonzalez. Como insiste su indiscutible reinado en el Archipiélago tiene una estrecha relación con la climatología. "Es muy beneficiosa para ellos, tanto por la humedad como por la temperatura, pues ambos facilitan su proliferación en el interior de las casas", explica. Estos artrópodos se esconden en los colchones, la cama y las almohadas, "aprovechando el entorno para colonizar todo lo que encuentran".
El 7,3% de la muestra tiene alergia al moho y un 6,6% de las cucarachas
Pero si algo ha sorprendido a los científicos es la baja tasa de alergias al polen que se encuentran en Canarias. "Es contrario a lo que solíamos pensar", resalta González. No en vano, la mayor parte de las campañas que se realizan para concienciar de las alergias están orientadas a este alérgeno. "Es normal porque en la Península sí que es el más prevalente, pero lo que vemos es que no ocurre lo mismo en el Archipiélago", insiste el investigador.
En el estudio también se comprobó la prevalencia de otros alérgenos menos comunes. Entre ellos estuvo el moho, que afectaba a un 7,3% de la muestra y las cucarachas, que provocan alergia en el 6,6% de los pacientes tinerfeños.
En el estudio participaron un total de 150 pacientes, realizándose pruebas de punción cutánea (test de prick) con extractos estandarizados de alérgenos (ácaros, pólenes, epitelios y mohos) presentes en nuestro entorno geográfico local y complementadas con herramientas in vitro de diagnóstico alergológico molecular de precisión, no utilizadas previamente para la comparación simultánea de tres enfermedades alérgicas muy frecuentes en nuestra población. Las muestras biológicas fueron evaluadas frente a más de 200 alérgenos ambientales completándose su correspondiente caracterización alergénica de forma individualizada.
Los resultados de este estudio permitirán mejorar el diagnóstico para hacerlo más preciso ya que se han determinado con exactitud las proteínas que están involucradas en la mayor parte de estas reacciones de hipersensibilidad. "En la era de la medicina personalizada, el conocimiento de los perfiles inmunológicos a los que se encuentran sensibilizados los pacientes alérgicos permite plantear diferentes estrategias de prevención y tratamiento individualizado en nuestra población", explica González, que también incide en la necesidad de conocer esta información de antemano en el contexto del cambio climático. Y es que el calentamiento global tendrá efectos en la diseminación de los alérgenos aéreos, por lo que tendrá consecuencias en las patologías alérgicas.