Entrevista

"Estoy a favor de la inteligencia artificial, no tengo miedo de que sustituya a los investigadores"

"Los científicos deberían sentir la obligación de hacer llegar al público sus resultados", defiende el químico Nicholas A. Kotov

Nicholas A. Kotov, ayer, en la Facultad de Económicas del campus vigués.

Nicholas A. Kotov, ayer, en la Facultad de Económicas del campus vigués. / JAVIER TENIENTE

Sandra Penelas

Casi tres décadas después de iniciar su colaboración con el catedrático Luis Liz Marzán, el químico Nicholas A. Kotov (Moscú, 1965), una referencia internacional en nanotecnología biomimética, se convertirá el lunes en el 29º honoris causa de la UVigo teniéndolo a él como padrino. El investigador participa estos días en el encuentro The Thinking Institute junto a otros líderes mundiales en nanociencia. En los últimos meses ha iniciado una nueva línea con sus colegas vigueses sobre materiales quirales, que él esta aplicando a mejorar el reconocimiento que hacen los robots de su entorno. Y también ha publicado sendos artículos en Science y Nature en los que recurre a la inteligencia artificial para buscar las mejores aplicaciones.

¿Ya tiene preparado su discurso de investidura?

Todavía no, pero sí tengo claro de lo que voy a hablar. Me gustaría describir mi colaboración con la UVigo, cómo ha evolucionado a lo largo de los años y las principales direcciones relacionadas fundamentalmente con los materiales nanocompuestos biomiméticos. Y voy a describir cómo la colaboración con los profesores Luis Liz Marzán y Miguel Correa permitió iniciar una línea relacionada con materiales con actividad óptica y propiedades parecidas al nácar. Estos materiales tienen una resistencia mecánica extraordinaria y el trabajo conjunto sirvió para añadirles propiedades excepcionales y que también tuvieran una respuesta óptica fuera de lo usual.

Nicholas A. Kotov será el 29º honoris causa de la UVigo

Nicholas A. Kotov será el 29º honoris causa de la UVigo / JAVIER TENIENTE

¿Ha iniciado alguna colaboración con la UVigo desde el anuncio de su nombramiento?

La colaboración con diferentes investigadores de la UVigo se ha mantenido desde el inicio, hace casi ya treinta años, y más recientemente se enfoca hacia la fotocatálisis y la preparación de materiales catalíticos que tengan propiedades quirales. Esto significa que pueden servir para fabricar moléculas que tienen un actividad u otra dependiendo de su conformación y necesitan estos catalizadores especiales para la síntesis de moléculas, por ejemplo, para su uso en fármacos.

Su intervención en The Thinking Institute se centró precisamente en nanomateriales con propiedades quirales. ¿Cuáles son los últimos avances y qué aplicaciones pueden tener?

Estamos trabajando en aplicaciones de materiales quirales para visión artificial. Queremos facilitar que los robots puedan identificar su entorno y a los seres humanos a través de diferencias en la polarización circular de la luz. Los robots tienen todavía una gran incertidumbre a la hora de identificar lo que están viendo a su alrededor y estos materiales quirales junto con la luz polarizada pueden mejorar mucho, incluso hasta tres órdenes de magnitud, su precisión. Y además estos materiales, al ser biomiméticos, intentan reproducir lo que ya existe en la naturaleza, con lo cual se puede ayudar a que los robots relacionen los materiales con los que están fabricados y lo que están observando. Y quiero mencionar a otra persona de la UVigo, Isabel Pastoriza, con la que mantengo una colaboración muy interesante para la fabricación de sistemas complejos con propiedades novedosas.

Kotov, ayer, en Económicas.

Kotov, ayer, en Económicas. / JAVIER TENIENTE

The Thinking Institute es un foro en el que los investigadores de la UVigo pueden compartir ideas con expertos del más alto nivel de todo el mundo. Pero también está abierto a los estudiantes, lo que supone una gran oportunidad para ellos.

Es una de las funciones más importantes de The Thinking Institute, que los estudiantes y los jóvenes investigadores tengan la oportunidad de mantener sin barreras una interacción directa con los líderes de este campo a través no solo de preguntas durante las charlas, que es lo habitual, sino también de un tiempo extenso en el cual hay una mezcla real de todos los asistentes. Recuerdo que cuando yo era estudiante necesitaba mucha valentía para hacer preguntas y estos días son una oportunidad increíble para que ellos puedan trasladar cualquier cuestión. Es un placer verme reflejado a mí mismo hace no tanto tiempo y cómo aprecian esa oportunidad de interacción. Me hace muy feliz.

Este año ha publicado un artículo junto a Liz Marzán y otros investigadores sobre buenas prácticas con herramientas como el ChatGPT. ¿Cómo puede afectar la inteligencia artificial (IA) a la ciencia?

Todavía estamos en etapas muy iniciales de la aplicación de la inteligencia artificial a la ciencia pero yo no tengo miedo de que llegue a sustituir a los investigadores. Estoy muy a favor de usar más las herramientas computacionales como la inteligencia artificial en la investigación para acelerar la transición de los descubrimientos desde la concepción de la idea hasta llegar a la aplicación final.

Muchas voces se están alzando en la comunidad científica contra el círculo vicioso de “publicar o morir”. Los investigadores tienen una necesidad incesante de sumar artículos para progresar en sus carreras y las universidades se ven obligadas a gastar grandes cantidades de dinero para acceder a las publicaciones. ¿Qué opina sobre la ciencia abierta?

Siento esa presión por publicar y realmente es agotadora pero no tengo ninguna alternativa a ese modelo. Muchas publicaciones científicas deberían ser abiertas. Los investigadores deberían sentir la obligación de hacer llegar al público los resultados de su investigación, pero la sociedad también tendría que ser consciente del esfuerzo que requiere poder llegar a hacer esas publicaciones. No solo el económico, sino el personal de muchas personas implicadas. Más que el hecho de que los artículos completos estén a disposición de cualquiera, lo importante es que haya una descripción más fácil de los resultados y que utilicemos un lenguaje común para que se puedan entender. El modelo de publicar o perecer no va a cambiar de hoy para mañana, pero los científicos sí pueden tomar la iniciativa hacer llegar a todo el mundo una ciencia exitosa, comprensible y atractiva en lugar de esperar a que alguien cambie las cosas.

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