Tecnología

¿Para qué usan los jóvenes el móvil? Depende de sus vínculos afectivos

Un estudio académico demuestra que los estilos de apego condicionan la manera en que los chavales de entre 18 y 24 años utilizan su 'smartphone'

Los jóvenes usan el móvil según sus relaciones afectivas.

Los jóvenes usan el móvil según sus relaciones afectivas.

Olga Pereda

El modo en el que los padres y las madres crían y educan a sus hijos desde la infancia determina en gran medida el uso que, en el futuro, los chavales darán al móvil. Así lo revela un estudio del Observatorio Social de Fundación La Caixa, llevado a cabo por los profesores de la Universidad de Navarra Charo Sábada (Comunicación) y Javier García-Manglano (Sociología). Realizado con encuestas telefónicas, el informe destaca que los vínculos afectivos -que reciben el nombre de apego- condicionan el uso de los 'smartphones'.

¿Para qué usan el teléfono los jóvenes españoles con edades comprendidas entre 18 y 24 años? Depende. Casi la mitad lo usan, mayoritariamente, para comunicarse y socializar. Son los chavales y chavalas que tienen un apego social y familiar basado en la seguridad y, con el móvil, buscan la conexión con otras personas.

La otra mitad -en la que son algo más numerosas las mujeres- son los que usan el 'smartphone' para evadirse y dejar de pensar en algo que les preocupa o incomoda. Son los jóvenes que tienen un apego inseguro. “Sospechan de las relaciones y realizan un uso compensatorio del móvil porque tienen carencias en su vida real. Se sienten mal y usan el teléfono para algo. Ya sea comprar o distraerse. Es una manera de dar salida a una situación difícil. También es una manera de no afrontar los problemas”, explica el profesor García-Manglano.

Qué es el apego

El apego no nace de un día para otro en plena adolescencia o preadolescencia o juventud, sino que es algo que ‘se cultiva’ en la primera infancia. El apego es la representación mental del mundo como un lugar seguro. Es uno de los instintos más fuertes de los niños y las niñas. “Necesitan sentir que tienen a una o dos personas especiales a las que aferrarse en caso de necesidad o peligro”, explica Álvaro Bilbao, doctor en Psicología, neuropsicólogo y divulgador. El porteo (llevar a tu hijo pegado a ti en la mochila o el pañuelo portabebés) y el colecho (dormir juntos) no definen tanto a la llamada crianza con apego.

De hecho, crianza con apego es un término equivocado. “No hay crianza sin apego”, explica el autor de '¡Hola, familia!' y 'El cerebro del niño explicado a los padres'. Todos los niños desarrollan apego porque necesitan seguridad. Eso sí, la respuesta de los progenitores puede ser apego seguro (atención al bebé pronta y con calma), ansioso (los padres actúan con ansiedad), o evitativo (atención escasa y, por lo tanto, el bebé sabe que no le harán ni caso).

Mismo tiempo invertido

El informe de La Caixa revela que el estilo de apego más frecuente entre los jóvenes españoles es el seguro (47%), son los que están más satisfechos con sus relaciones familiares y de amistad. “Son jóvenes que se sienten escuchados y atendidos en casa. Están capacitados para hablar y discutir con el fin de solucionar conflictos”, destaca la profesora Sábada. 

El otro porcentaje restante (53%) se divide entre apego evitativo temeroso (22%, huyen de los vínculos por temor a que les hagan daño), ansioso (16%, buscan excesivamente los vínculos y la aprobación de otras personas) y evitativo rechazante (15%, se consideran autosuficientes y rechazan los vínculos).

El estudio destaca que el estilo de apego -vital para la calidad en las interacciones- guarda sin embargo poca relación con el tiempo de uso de las redes sociales. La tendencia general entre los 18 y 24 años es de descenso en el uso de las redes, que pasa de cerca de tres horas al día a unas dos horas y media. Esta tendencia se advierte tanto entre los jóvenes con apego seguro como inseguro, que apenas mantienen una diferencia de cinco minutos al día.