Crisis del coronavirus

La vacuna contra el covid se repliega

Los expertos consideran que en el contexto actual, las personas sanas no necesitan dosis adicionales y abogan por seguir inmunizando a los colectivos vulnerables

Personal sanitario vacunando a una mujer mayor.

Personal sanitario vacunando a una mujer mayor. / Álvaro Ballesteros

Ágatha de Santos

El covid-19 dejó de ser una emergencia sanitaria internacional el pasado viernes tras algo más de tres años de pandemia. La declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del final de la emergencia sanitaria no quiere decir, sin embargo, que el SARS-CoV-2 haya dejado de circular.

¿Qué ha cambiado entonces? Los expertos coinciden en señalar que el alto nivel de inmunización alcanzado en muchos países plantea un contexto radicalmente distinto, aunque también es cierto que el coronavirus tiene otros riesgos, como el covid persistente y la aparición de nuevas variantes. Teniendo en cuenta todo esto, ¿tendremos que seguir vacunándonos cada año?

Los expertos entienden que no. La catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo (UVigo) África González recuerda que la OMS ha actualizado su guía de vacunación y sólo recomienda dosis de recuerdo –que se suministra entre seis y 12 meses después de la anterior– para los colectivos expuestos a un mayor riesgo de muerte y enfermedad grave por infección por SARS-CoV-2, esto es, personas mayores, inmunodeprimidas, embarazadas y trabajadores sanitarios. Por el contrario, considera que los adultos con buena salud no necesitan una dosis suplementaria de vacuna contra el covid, más allá de la dosis primaria y un primer refuerzo, dado que los beneficios son mínimos.

El Ministerio de Sanidad no ha avanzado ninguna nueva campaña de vacunación, pero es de prever que abogue por seguir vacunando contra el covid-19 una vez al año a los mayores de 60 años y colectivos de riesgo, igual que con la gripe. Cabe recordar que España es uno de los países con mayores tasas de vacunación del mundo.

“Con la situación actual no va a ser necesaria la inmunización a la población general. Habrá que ver las personas de riesgo, mayores e inmunodeprimidos que puedan necesitarla”, afirma la inmunóloga.

González explica que el SARS-CoV-2 muta menos que el virus de la gripe, que cambia de forma importante y genera nuevas cepas muy distintas entre sí. “En el caso del SARS-CoV-2, sus cambios son menores, aunque haya linajes y sublinajes. Llevamos muchos meses con la misma variante, ómicron, y las vacunas siguen protegiendo de enfermedad grave frente a esta variante”, afirma.

Esto no quiere decir, sin embargo, que no deba seguir avanzándose en las vacunas frente al covid. “Por supuesto que el poder contar con vacunas más específicas y dirigidas frente a las nuevas variantes es fundamental, pero lo mejor sería tener una vacuna multivariante y universal que pudiera inducir una protección duradera y eficaz frente a todas ellas”, añade.

Por su parte, Juan Jesús Gestal Otero, profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), sostiene que no se puede afirmar si en un futuro deberemos seguir vacunándonos frente al covid. “Es algo que no podemos decir con seguridad ahora, pues no sabemos en qué medida va a continuar siendo un problema de salud en nuestro medio frente al que tengamos que adoptar medidas más o menos amplias de prevención”, opina el experto, que añade que los datos sobre su incidencia parecen indicar que el SARS-CoV-2 se quedará con nosotros. “Es posible, entonces, que de cara al otoño se incluya la recomendación de vacunarse frente al covid en personas con factores de riesgo como son aquellos mayores de 65 años, o los que estén tomando tratamientos inmunodepresores o tengan enfermedades que disminuyan el funcionamiento de su sistema inmune. Habrá que continuar vigilando los subtipos y variantes que circulen y adaptar a ellas las vacunas”, afirma.

Para el experto, para determinar si serán necesarias nuevas campañas de vacunación, hay que tener en cuenta factores como el hecho de que el covid, a lo largo de la pandemia, no ha mostrado estacionalidad, al contrario que otros virus respiratorios, como el de la gripe. “Será sin duda algo que habrá de tenerse en cuenta a la hora de la organización de las campañas de prevención y decidir a qué colectivos se le ofrecerán las vacunas, aunque todo apunta a que sean los mayores y los que presenten factores de riesgo de sufrir formas graves”, comenta.

El covid persistente, el gran reto

El epidemiólogo Juan Gestal explica que desde mediados de enero, la incidencia acumulada a 14 días del covid en España se mantiene estabilizada. “Está en torno a los 50-60 casos por cada 100.000 habitantes, con pequeñas oscilaciones; con poca sobrecarga sobre el sistema sanitario, y, que aunque menos, se han seguido produciendo fallecimientos”, explica.

“Es posible que cada otoño se incluya la recomendación en personas con factores de riesgo”

Juan Gestal

— Epidemiólogo

Uno de los grandes retos para los científicos es desentrañar las causas del covid resistente, afección que se mantiene tras superar la infección por SARS-CoV-2 y que no tiene relación con cómo ha sido su proceso en la fase aguda. Sus síntomas son disnea, dolor precordial, cefalea, alteraciones cognitivas, fatiga, parestesias y trastornos del sueño, entre otros.

“Con la situación actual no va a ser necesaria la inmunización a la población general"

África González

— Inmunóloga

“El covid persistente es una secuela importante de muchas personas que se infectaron del virus. Hay que seguir estudiando qué factores hacen que unas personas lo sufran y otras no”, explica la inmunóloga África González.

Según la experta, su origen es uno de los aspectos pendientes de esclarecimiento. “Se habla de posible reacción inflamatoria que se mantendría de forma crónica, mantener virus o incluso respuesta autoinmunitaria, que es cuando nuestro sistema inmunitario se vuelve contra nosotros. Por ahora no está claro y los investigadores han planteado distintas hipótesis de sus posibles causas”, comenta la inmunóloga.

El covid persistente fue reconocido como enfermedad por la OMS en septiembre de 2020 y por el Ministerio de Sanidad en enero de 2021.

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