La astronauta Sara García reivindica más fondos para mejorar la calidad de la ciencia española

La biotecnóloga del CNIO y astronauta en reserva de la ESA imparte una charla multitudinaria en la ULL para compartir su experiencia con los jóvenes de secundaria

Sara García Alonso, minutos antes de comenzar su charla a cientos de alumnos en la Universidad de La Laguna

Sara García Alonso, minutos antes de comenzar su charla a cientos de alumnos en la Universidad de La Laguna / María Pisaca

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Para que España pueda realizar una "ciencia disruptiva" –la que cambia el devenir de la sociedad– debe "aumentar la financiación de la I+D". Así lo reivindicó esta mañana Sara García Alonso, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y recientemente elegida como astronauta de reserva en la Agencia Espacial Europea (ESA), durante su visita a la Universidad de La Laguna (ULL). Lugar en el que recordó que España sigue por debajo de la media europea de inversión en I+D+i –un 1,4% del PIB frente al 2% de la media europea– y advirtió que así no es posible que el país haga "grandes avances" .

Como investigadora en uno de los centros más punteros de España, García lo sabe bien. En 2021, España destinó 17.250 millones de euros en proyectos de investigación y desarrollo, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De hecho, aunque supuso un incremento del 9,4% con respecto a 2020, el porcentaje de PIB sigue muy por debajo de lo deseable. Y, sin embargo, pese a las dificultades económicas, grupos de científicos como el que lidera Sara García en el CNIO logran llevar a cabo avances de gran calado para la ciencia española y, como es su caso, para la investigación del cáncer. 

El nombre de Sara García se escucha en toda España porque en noviembre de 2022 se confirmó su selección como reserva de la promoción de astronautas de la ESA para 2022. Fue seleccionada junto a Pablo Álvarez, oriundo como ella de León, entre más de 22.000 aspirantes de toda Europa. Pero el puesto de trabajo habitual de García es, desde 2019, el conjunto de laboratorios del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde hoy por hoy lidera un proyecto para descubrir nuevos fármacos contra el cáncer de pulmón y de páncreas.

La biotecnóloga acerca su experiencia profesional a través de charlas para alumnos de secundaria

Con su humildad, simpatía y carrera sobresaliente, la joven Sara García se ha convertido ese necesario referente científico para niñas y mayores. Y lo disfruta. En el exterior del Aulario de Guajara, en la ULL, a pocos minutos de comenzar su charla, cientos de alumnos esperan expectantes a la primera mujer astronauta de la historia de España. Cuando hace acto de presencia, acompañada del vicerrector de Investigación en funciones, Ernesto Pereda, las miradas no pueden evitar posarse sobre ella y su característico pelo anaranjado. Algunas niñas muy pequeñas se arman de valor y se acercan con entusiasmo. 

La científica se agacha para responder a los ruegos de las pequeñas. Le piden una foto aunque en realidad lo que deseaban es ver de cerca si esa persona tan extraordinaria de la que les ha hablado su madre es real. La selección de la ESA le ha cambiado la vida, le ha dado más trabajo y le ha puesto la vida patas arriba. "No puedo tener rutinas establecidas, te exige ser flexible y mantener la calma bajo presión", revela. Pero el nombramiento también le ha proporcionado un altavoz que nunca esperó. "Ahora la gente me conoce y tengo un segundo trabajo: divulgar la ciencia y abogar por la formación STEM", explica García. 

Sara García durante una rueda de prensa en la ULL.

Sara García durante una rueda de prensa en la ULL.

De ahí que las charlas que imparte esta biotecnóloga y astronauta tengan un único objetivo: tratar de acercar su experiencia a los jóvenes. "Todos hemos tenido dudas, y hemos estado perdidos", relata la investigadora. Ella tampoco tenía claro qué quería hacer. Siempre fue una niña muy inquieta, con curiosidad por conocer casi todo lo que le rodeaba. De hecho, la primera vez que le preguntaron si siempre había querido ser astronauta, dudó. "Sí, miraba las estrellas y soñaba con subir allá arriba", asegura ante un auditorio repleto de adolescentes. Pero, como explica, no era lo único. "Cuando llegaba a casa y miraba una muestra al microscopio quería ser bióloga, cuando mezclaba potingues de colores jugaba a ser química, al trastear con imanes soñaba con la física y cuando iba a la compra me entusiasmaba pensando en ser patinadora del Carrefour", afirma. "Lo bueno de ser niño, es que no tienes que tomar decisiones, y puedes soñar con ser cualquier cosa", insiste. 

La científica narró así su experiencia a los jóvenes poniéndose en sus carnes. "En el instituto todos queremos encajar y estamos inseguros, es normal. Todo se pasa", les confió a los adolescentes. De hecho, como confiesa, ella tampoco lo tuvo claro nunca. "A mí me gustaba explorar y, en función de mi motivación, he ido tomando decisiones", revela. 

Siempre ha sido considerada una alumna brillante. Sus éxitos lo avalan: se doctoró cum laude en biología molecular del cáncer y fue premio extraordinario de fin de carrera. Sin embargo, considera que, para seguir sus pasos, "no hace falta ser un alumno de diez". “Eso tiene que ver con mi forma de ser”, explica, pues admite que es de esas personas que se esfuerzan por hacer todo lo mejor posible. 

El vicerrector de Investigación, Ernesto Pereda, que se entregaba al acto en su último día ostentando este puesto dentro de la comunidad universitaria, puso de relieve la importancia de la educación pública en la carrera de Sara García. "Ella es una muestra de todo lo que puede conseguir una universidad pública", remarcó Pereda. García, por su parte, hizo hincapié en que la universidad es el lugar en el que se sustentan "los pilares del conocimiento" y no quiso distinguir entre pública y privada, pues considera que, independientemente de su financiación, ambas persiguen "enseñar a pensar y al raciocinio crítico". 

Mientras sueña con embarcarse, finalmente, una misión espacial, Sara García sigue trabajando en su laboratorio y buscando dianas terapéuticas para hacer frente al cáncer, aunque ahora le cueste más sacar el tiempo efectivo para hacerlo. "Estamos haciendo múltiples avances, en inmunoterapia y distintos enfoques técnicos", recalca.

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