Cambios sociales

El poliamor se abre paso y empieza a desafiar a la sociedad monógama

El CIS certifica que casi la mitad de los españoles apoyan que se mantenga dos o más relaciones afectivosexuales a la vez

Carlos, Tomás y Carlos son tres hombres que viven en Barcelona y forman una trieja, una relación poliamorosa.

Carlos, Tomás y Carlos son tres hombres que viven en Barcelona y forman una trieja, una relación poliamorosa.

Patricia Martín

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, responsable de vocaciones de la Conferencia Episcopal, se ha mostrado recientemente "preocupado" por la "cultura dominante" del "poliamor". Tanto como dominante es mucho decir pero el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado este mes una encuesta que indica que casi el 50% de los españoles (en concreto el 47,6%) está de acuerdo o muy de acuerdo en que una persona puede mantener dos o más relaciones afectivosexuales a la vez, que es lo que se conoce como poliamor. En octubre de 2021 este porcentaje era inferior al 40%.

Asimismo, el 41% de los españoles apoya que una pareja pueda acordar tener relaciones sexuales con otras personas fuera de la pareja sin que haya vínculo sentimental con ellos o ellas, lo que se conoce como relaciones abiertas.

Sin embargo, la misma encuesta señala que el 78% de los españoles creen que "si se ama verdaderamente, se es fiel a la pareja siempre", el 75% tiene una única pareja y el 60% lleva entre 10 y 50 años de relación estable. ¿Qué está sucediendo?

La respuesta es que está aumentando la comprensión social hacia las relaciones que rompen con la tradicional monogamia pero, al mismo tiempo, se está produciendo una polarización dado que la otra mitad de la población rechaza las uniones que desafían las normas y que ponen de manifiesto que los vínculos afectivosexuales puedan ser de más de dos personas. De hecho, el 49,7% está en desacuerdo con el poliamor y otro tanto (55%) con las relaciones abiertas. Una división social que ya se produjo cuando el colectivo LGTBI salió del armario. Aún hoy se producen delitos de odio o violencia hacia las personas gays, lesbianas, trans o bisexuales.

4,5% de la sociedad

Los especialistas consultados avisan, no obstante, de que una mayor apertura de buena parte de la sociedad hacia las relaciones no normativas no significa directamente un claro aumento de las personas que practican el poliamor o las relaciones abiertas. El CIS no pregunta sobre esta cuestión pero estudios en Estados Unidos revelan que en torno el 20% de la población ha practicado alguna vez la no monogamia consentida (es decir, con conocimiento de la pareja, no se trata de una infidelidad puntual), pero solo un 4,5% lo practica actualmente. Una investigación del 'Journal of Sex and Marital Therapy' revela además que es una opción más elegida por los hombres y las personas gays, lesbianas o bisexuales.

Se está produciendo una polarización social dado que la otra mitad de la población rechaza las relaciones que desafían las normas

"En el colectivo LGTBI, como venimos de los márgenes, hay más apertura hacia la diversidad", interpreta Sandra Bravo, periodista especializada en poliamor y autora de 'Todo eso que no sé como explicarle a mi madre'. Bravo considera que "la idea de la monogamia para toda la vida, aunque sigue siendo la práctica mayoritaria, no se sostiene y por ello hay una mayor comprensión hacia otros modelos posibles".

Gracias a que en internet cada vez hay más información sobre sexualidad, a películas, libros o medios de comunicación que se hacen eco de las relaciones no normativas, "se está generando un imaginario que permite abrir la mirada". Y como cada vez hay "más gente fuera del armario", expresión que también se utiliza para las personas que practican la no monogamia consentida y no lo esconden, "más gente se anima a dar el paso", opina.

La moda mal entendida

Sin embargo, a su vez la socióloga Cecilia Bizzotto avisa de que se está produciendo una especie de "moda", sobre todo entre la gente joven, que ha perdido el miedo a declararse no monógamo pero con una "información sesgada" de lo que significa el poliamor. "Creen que supone tener más relaciones sexuales sin ningún vínculo pero el poliamor implica una responsabilidad afectiva, preocuparse por las personas con las que formas un vínculo, es como la monogamia pero con más de una persona", explica la portavoz de JOYclub España (red social basada en la sexualidad liberal). Bizzotto también achaca la mayor comprensión social al auge de las reivindicaciones feministas que cuestionan el mito del amor romántico y la sociedad patriarcal.

Los defensores de las relaciones no monógamas sostienen que aportan la posibilidad de "construir a tu manera las relaciones", sin el guion establecido que implica la monogamia: una pareja y, a ser posible, para toda la vida. "Permite explorar tu deseo, tus emociones, te aporta mayor riqueza", sostiene Bravo. Mientras que Alba Centauri psicóloga social y creadora de espacio virtual @poliactivismo, opina que permiten el "autoconocimiento sobre tus necesidades y tus límites" y, en segundo lugar, "cuando sabes lo que quieres, hay una negociación con la otra parte y hay que aprender a llegar a acuerdos".

El poliamor implica responsabilidad afectiva, preocuparse por las personas con las que formas un vínculo

Los resultados

Pese a estos teóricos beneficios, el poliamor o las relaciones abiertas no son un camino de rosas y los malentendidos, los celos, los desacuerdos, también están presentes. Según la experiencia de Centauri, que en su consulta asesora a un 75% de personas no monógamas y a un 25% de monógamas, las primeras "rompen" con sus vínculos por las mimas razones y con la misma frecuencia, "normalmente porque no llegan a un acuerdo en un asunto crucial, es una intuición pero las relaciones no monógamas terminan tanto como las monógamas". No obstante, al final de la relación suelen mantener algún tipo de relación, "no se declaran la guerra" como suele ocurrir cuando rompen las parejas tradicionales, explica.

Pese a que quizá la relación poliamorosa más conocida sean las triejas, formadas por tres personas, o las cuatriejas (cuatro integrantes), lo más común, según Centauri, es el "poliamor jerárquico", que tiene lugar cuando una pareja consolidada se abre a tener una relación o varias a parte, cada miembro por su lado. Sin embargo, "la principal característica de la no monogamia es la diversidad, se puede empezar de una manera y transformarse en otra", subraya.

Y, una vez que la sociedad ha comenzado a normalizar el poliamor, ¿es la hora de que las leyes lo contemplen? Las activistas consultadas afirman rotundamente que sí. Matrimonios de varias personas o uniones múltiples estables que ostenten la custodia de un menor deberían abrirse paso, sostienen.