BRECHA DE GÉNERO

Radiografía de la pobreza femenina en España: mayor riesgo de exclusión y carencia material

El INE demuestra cómo las ciudadanas tienen mayores dificultades para llegar a fin de mes, comer proteínas o mantener caliente su hogar

Radiografía de la pobreza femenina en España: mayor riesgo de exclusión y carencia material.

Radiografía de la pobreza femenina en España: mayor riesgo de exclusión y carencia material.

Violeta Molina Gallardo

En España hay más mujeres que hombres en riesgo de pobreza, exclusión social y carencia material severa: las brechas de género son una realidad en los recursos que permiten tener una vida digna. El Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra cómo son más las mujeres que tienen dificultad para llegar a fin de mes, comer de forma adecuada, mantener su casa a la temperatura deseable o irse de vacaciones.

La Encuesta de condiciones de vida, relativa al año 2022 y hecha pública este lunes por el INE, indica que la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social descendió el pasado año en España 1,8 puntos: el 26 % de la población está en riesgo de pobreza, se encuentra en una situación de carencia material y social severa o en una situación de baja intensidad en el empleo.

Los tres indicadores que conforman esa tasa, llamada AROPE, registran una mejoría (el riesgo de pobreza evaluado a partir de los ingresos baja del 21,7% al 20,4%; el porcentaje de personas que sufre carencia material severa pasa del 8,3 al 7,7 % y la ciudadanía en situación de baja intensidad en el empleo -esto es, personas en edad de trabajar que lo hicieron menos del 20% del total de su potencial- pasó del 11,6% al 8,6%). Ahora bien, las peores cifras vuelven a impactar en las mujeres y en la infancia.

Así, el 27,2 % de las mujeres en España está en riesgo de pobreza o exclusión social (frente al 24,8 % de varones): el 21,1 % tiene ingresos bajos en relación en relación al conjunto de la población (1,3 puntos más); el 8,2 % padece carencia material y social severa (un punto más que los hombres) y un 9,4 % vive en hogares con baja intensidad en el trabajo (frente al 7,9 % de los varones).

Aún es peor el escenario en el que viven niños y niñas. El INE explica que la tasa AROPE para los menores de 16 años llega hasta el 32,2 %. El 27,7 % se encuentra en riesgo de pobreza y un 10,9 % padece carencia material y social severa. La mitad de los hogares monomarentales está en riesgo de pobreza o exclusión y más del 65 % tiene dificultades para llegar a fin de mes.

Desigualdad también en la pobreza

La población está acostumbrada a escuchar hablar de brechas de género en el salario, en el empleo e incluso en las pensiones. La conjunción de esas brechas tiene como consecuencia evidente la desigualdad de género en la pobreza. Ellas cobran menos, reciben menos pensión, y padecen más las privaciones materiales.

El riesgo de pobreza (uno de los tres elementos de la tasa AROPE de pobreza y exclusión) es un indicador relativo que mide la desigualdad, precisa el INE, "no mide pobreza absoluta, sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población". 

La tasa de riesgo de pobreza en 2022, con datos de renta de 2021, se situó en el 20,4 %, frente al 21,7 % del año anterior. Es mayor entre las mujeres (21,1 %), que entre los hombres (19,8 %).

Este indicador, en contraste con el registrado en el año 2021, evidencia mejoras en todos los grupos de edad y en ambos sexos, a excepción del de las mujeres mayores de 65 años, las únicas entre las que ha aumentado el riesgo de pobreza (ha pasado del 19,6 % de 2021 al 20,6 % de 2022).

El grupo en el que se da una mayor tasa es el de los niños y las niñas menores de 16 años, un 27,7 %. Las mujeres presentan porcentajes más elevados que los hombres en el riesgo de pobreza, salvo en los grupos que van de los 0 a los 16 y de los 16 a los 30 (28,4 y 22,7 %, respectivamente, frente a 27 y 21,8 % para ellas).

Sin embargo, a partir de los 30 años, los porcentajes femeninos son superiores y llegan a alcanzar una brecha de cuatro puntos en la tercera edad.

Carencia material severa

El INE también ha analizado las circunstancias de carencia material severa, que padecen el 8,2 % de las mujeres y el 7,2 % de los varones.

La carencia material severa existe cuando una persona se enfrenta a siete de los trece indicadores siguientes: no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año; una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; mantener la vivienda a una temperatura adecuada; disponer de un automóvil; tener dos pares de zapatos en buenas condiciones; reunirse con amigos o familia para tomar algo al menos una vez al mes; participar regularmente en actividades de ocio; gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismo; no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal; no puede sustituir ropa estropeada por otra nueva; no puede cambiar muebles dañados por otros.

El 17,7 % de las mujeres no pueden mantener su casa a la temperatura adecuada, frente al 16,5 % de los hombres; el 36,4 % de las ciudadanas no puede hacer frente a gastos imprevistos (frente al 34,6 % de los hombres); el 5,6 % de las mujeres no puede comer proteínas cada dos días (son 5,1 % los varones que no se lo pueden permitir) y son más las mujeres que no pueden irse de vacaciones, el 34,2 %, que los hombres (32,8 %).

En ese escenario, en 2022, casi la mitad de las mujeres declaraba tener dificultades para llegar a fin de mes (el 48,3 %, 1,1 punto más que hombres). Mientras el 9,1 % de las ciudadanas tenía "muchas dificultades", el porcentaje de varones era del 8,3 %.