Esteban Beltrán: «La política migratoria de España es inmoral»

El director de Amnistía Internacional en este país critica que el ejecutivo que lidera Pedro Sánchez no haya creado los mecanismos necesarios para integrar a los migrantes

Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España.

Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España. / E. D.

Patricia de Pablo

El director de Amnistía Internacional en España, Esteban Beltrán, acaba de participar en la tercera y última mesa de reflexión, Humanidad contra la guerra, en la Sala de Cámara del Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria, enmarcada en el programa del Laboratorio Galdós Internacional que produce unahoramenos y el Teatro Pérez Galdós, y que concluirá en octubre con el estreno del montaje teatral que dirige Mario Vega, Protocolo del quebranto.

Desde hace más de veinte años el madrileño Esteban Beltrán (1962) es responsable de la conocida y emblemática organización no gubernamental. Para el también autor de varios libros y publicaciones sobre Derechos Humanos, entre los que destaca Derechos torcidos: Tópicos, mentiras y medias verdades sobre pobreza, política y Derechos Humanos, el lamentable episodio y posterior gestión del asalto a la valla en Melilla por parte del Gobierno de España y su ministro Marlaska, «es el acto más grave en Derechos Humanos acaecido en España en los últimos 30 años. La muerte de al menos 37 personas y la desaparición de otras 77 tras una operación conjunta de las autoridades españolas y marroquíes es muy grave. No se ha llevado a cabo una investigación que merezca tal nombre. Las autoridades marroquíes no colaboran con los familiares para saber qué ha ocurrido con los desaparecidos, y representa lo que llamaríamos la crisis de lo excepcional de Ceuta y Melilla, en donde no se puede pedir asilo en la frontera, lo que no ocurre en otras partes de España».

Según Beltrán, la foto mixta de los Derechos Humanos en España contempla «desde aspectos que se han deteriorado, sobre todo los que tienen que ver con la impunidad y rendición de cuentas, hasta la no modificación de la Ley Mordaza que es una amenaza para la libertad de expresión, pasando por la ausencia de responsables del asalto a la valla de Ceuta y Melilla, el caso de espionaje a través de la aplicación Pegasus de líderes políticos y miembros de la sociedad civil de Cataluña y el País Vasco, incluyendo al presidente del Gobierno, ministro de Interior y Defensa y seguimos sin resolver el asunto de la justicia para los familiares de las personas fallecidas en las residencias, casi 35 mil mayores durante la pandemia.

Lo acontecido en Melilla es para Beltrán "el acto más grave en DD. HH." en el país en 30 años

En España es importante indicar que el derecho de acceso a la salud y la Atención Primaria está en riesgo, a pesar de los esfuerzos realizados por los distintos gobiernos. Estamos lejos del 25 por ciento que recomienda la OMS en cuanto a gasto sanitario, situándonos en un 14 por ciento. Sí apreciamos, en cambio, un empuje legislativo en lo concerniente a los derechos de la mujer que han sido especialmente relevantes en el acceso legal y seguro del aborto, y la promulgación de la Ley de Violencia Sexual en materia de consentimiento, aunque el reto está en su aplicación». Para el director de Amnistía Internacional en España el imparable proceso de globalización «puede beneficiar a la extensión de los Derechos Humanos en el Planeta, que ha sido el principal avance desde la Segunda Guerra Mundial desde la premisa del consenso de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Otro tipo de globalizaciones como la demonización que practican algunos líderes alrededor de los migrantes y refugiados son más preocupantes porque cuestiona la base fundamental de los Derechos Humanos», recuerda.

Beltrán advierte que Amnistía Internacional investiga y documenta lo que ocurre en el Sáhara Occidental y las violaciones de los derechos humanos contra la población saharaui por parte de Marruecos. «Desde hace años vemos con preocupación la creciente oscuridad y falta de acceso a lo que ocurre en la zona. Nunca la delegación de Naciones Unidas estacionada en la zona ha asumido como propia la labor de vigilancia de los Derechos Humanos», denuncia.

"La pobreza está secuestrada por los economistas y eso genera desigualdad", denuncia Beltrán

Asimismo, advierte que «España no tiene una política eficaz e integradora alrededor del drama de la migración más allá del mero control de sus fronteras. Realiza una política que permite que los migrantes se ahoguen en el mar. Es una política inmoral, cortoplacista e ilegal de acuerdo al Derecho Internacional. En España y en Europa necesitamos inmigrantes que lleguen de forma ordenada, legal y segura».

Le sorprende que en Europa se haya reactivado una política de acogimiento de miles de refugiados de guerra ucranianos y en cambio no hayamos sido capaces de articular la acogida de los migrantes africanos. Al respecto Beltrán sostiene que «hemos sido capaces de recibir a más de cinco millones de refugiados ucranianos en muy poco tiempo, y por tanto el discurso de que no podemos organizarnos está acabado. A otras personas que huyen de la guerra en el África Subsahariana, Sudán del Sur, Siria o Afganistán, no las recibimos igual. El relator de Naciones Unidas para Migraciones ya ha dicho que existe un racismo indudable en aceptar a los ciudadanos ucranianos y no aceptar a los refugiados provenientes de otras zonas del mundo».

"Nos preocupa la creciente oscuridad que se percibe por parte de Marruecos", apunta el madrileño

Esteban Beltrán atribuye el despegue y la progresiva penetración del discurso de la ultraderecha en España en particular y en Europa en general a la ausencia de lo que llama la batalla de las ideas. «Debemos llevar a la discusión que salud, educación y vivienda son Derechos Humanos para todos y para todas, y las organizaciones que trabajamos por esos derechos debemos también estar en la batalla de las ideas e indicar que el respeto de los Derechos Humanos lo que provoca es estabilidad. En el mundo y en Europa son los discursos demonizadores y populistas los que están disfrutando de cierto impacto y eco y, eso se debe a una sensación de inseguridad a la que se suma la crisis económica, el desempleo y la pérdida de identidad por parte de muchos integrantes de la población que debemos tomarnos muy en serio».

Proclamas racistas en espacios públicos como los estadios de fútbol, agresiones a personas por su orientación sexual, discursos políticos cada vez más agresivos… ¿Se están expandiendo los discursos de odio? Para Beltrán, «lo importante es que en España se están documentando los actos de odio y racismo por vez primera con estadísticas oficiales que indican que han crecido lamentablemente. Esto no significa que cada vez haya más gente intolerante en España. Lo que debemos promulgar es una estrategia contra la discriminación», dice.

Hay muchos analistas que señalan que la pobreza se ha cronificado en España y a juicio de Esteban Beltrán «la pobreza está secuestrada por los economistas. La pobreza genera desigualdad y es un caldo de cultivo para la violación de derechos humanos y el auge de los populismos, que utilizan el dolor y la desesperación de la gente para sus oscuros intereses. La lucha contra la pobreza es una lucha que tiene que ver con derechos humanos y que tiene que ver con la reducción de la desigualdad. Hasta ahora la lucha contra la pobreza en el mundo ha sido asumida por economistas, sin una visión más integradora en el ámbito de los derechos humanos. La pobreza no se resuelve solo con crecimiento económico, sino con un reparto equitativo de la riqueza y el acceso a derechos», concluye el portavoz de Amnistía Internacional.

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