Los cuidados y la conciliación aceleran el quebranto mental de las mujeres

Una nueva campaña pone el foco en el cuidado de los síntomas que puedan derivar en una ansiedad o una depresión debido a su estrecha vinculación con problemas físicos

Silvia Casas de Lunbeck. Natacha Sujanani, médica especialista en psiquiatría; Isabel Aguilar, presidenta de la Fundación Juana Reyes; Natalia González Brito, coordinadora de Salud Mental del Gobierno de Canarias y Vanesa Martín -Fernández Martín vicepresidenta del Colegio de Dentistas.

Silvia Casas de Lunbeck. Natacha Sujanani, médica especialista en psiquiatría; Isabel Aguilar, presidenta de la Fundación Juana Reyes; Natalia González Brito, coordinadora de Salud Mental del Gobierno de Canarias y Vanesa Martín -Fernández Martín vicepresidenta del Colegio de Dentistas. / El Día

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Los problemas de salud mental tienen rostro de mujer. Ellas son más proclives a sufrir problemas como la depresión o la ansiedad. De hecho, lo hacen el doble que los hombres. En este último año, y tras la pandemia, según un estudio publicado por Aegon, el 33% de las mujeres ha visto mermado su bienestar emocional ha empeorado, frente al 25% de los hombres. El motivo de estas grandes diferencias, sin embargo, no tiene un origen biológico, como lo gran brecha de género entre los datos parecen representar. "No tiene que ver con una vulnerabilidad biológica, sino con los roles que se manejan y se siguen manejando en la sociedad", resalta Elisabeth Hernández, directora del Servicio Canario de la Salud (SCS). Se refiere en concreto al peso de los cuidados –tanto a niños como a ancianos– como la eterna lucha por la conciliación, circunstancias que, a sus ojos, aceleran la aparición de sentimientos como la desesperanza, la angustia o la propia incapacidad de controlar emociones. 

De ahí que la Fundación Juana Reyes, con la colaboración del Gobierno de Canarias, haya puesto en marcha la campaña Salud Mental y Bienestar de la Mujer, donde trata de visibilizar la importancia de prevenir y tratar este tipo de síntomas y trastornos antes de que vayan a más y afecten a su salud física. "Queremos visibilizar la conexión que existe entre la salud física y la salud mental", explica Isabel Aguilar, portavoz de la Fundación Juana Reyes, pues como insiste, "muchos enfermeros mentales graves mueren veinte años antes que el resto" y no por la patología mental, sino por las "cuestiones físicas" que se ven agravadas.

Las personas con trastornos mentales graves pierden veinte años de vida

"Por eso la coordinación de la atención con otras disciplinas es el gran desafío", recalca Aguilar. Así también lo considera la directora del SCS, que insiste que "el abordaje" de estas enfermedades debe ser "biopsicosocial", teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra la mujer. "Esos debates están ya en el ámbito sanitarios, incluido en todos los programas formativos y en todos los protocolos y estrategias del SCS", resalta Hernández.

Sin embargo, aún son muchas las mujeres sobremedicadas con benzodiacepinas u otros fármacos para tratar de calmar el dolor interno que sufren. Las cajas de Trankimazin o de Noctadmid son habituales en casi el 6% de los hogares isleños y para un 72% de los consumidores se ha convertido en una pastilla indispensable para poder asumir el día a día. En el 62% de los casos, las benzodiacepinas se recetan para calmar la ansiedad y en el resto para conciliar el sueño. 

"No se puede diseccionar la salud física y la mental, porque son parte de lo mismo", corrobora la la psiquiatra y gerente del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Natacha Sujanani, que insiste que hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabaja para dejar atrás "esa dualidad platónica del cuerpo y el alma".

La tensión y la ansiedad alteran los ciclos hormonales de las mujeres

es que, cuando los problemas de salud mental atacan a la mujer , se ve reflejado también con otras áreas, como la cardiovascular, la ginecológica o la odontológica. "Muchas veces se achaca el dolor torácico a cuadros ansiosos por cuestiones de roles y quizás lo que padezca sea un problema cardiovascular", resalta Hernández, quien insiste que esto también ocurre al revés. "Puede ser que se diagnostique cefaleas, cuadros de insomnio, cansancio o dolores musculares que lo que están enmascarando es un problema de ansiedad, conciliación, cuidados o situación de riesgo en el ámbito laboral", insiste. 

La tensión y la ansiedad que asegura haber sufrido al menos una vez al año el 86% de las mujeres (frente al 68% de hombres) tiene efectos directos en los ciclos hormonales, lo que se traduce en una perturbación de las menstruaciones. "Los ginecólogos tenemos la capacidad de detectar algunos problemas de salud mental", asegura Gorka Barrenetxea, médico especialista de ginecología y obstetricia y profesor de la Universidad de País Vasco. "En problemas como la anorexia lo primero que una mujer pierde no es el peso, sino la regla", destaca.

"Cualquier tipo de problema psicológico influye en la función ovárica y, por tanto, en la esfera reproductiva", lamenta. Por esta razón, Barrenetxea defiende que en las revisiones ginecológicas también se puedan ver "diferentes aspectos de la vida personal", para identificar si detrás de un problema hay una conducta psicológica que pueda estar agravando los problemas. "Así también las podemos remitir a ese especialista, si fuera necesario", insiste.

Lo mismo ocurre con la salud dental. "En una exploración podemos detectar algunos de los signos típicos de pacientes con trastornos de conducta alimentaria, tales como los desgastes, las erosiones, fracturas dentales, sensibilidad", explica Coral Malfaz, vicesecretaria del Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, el "estigma asociado" a estos problemas, hace que solo lo confiesen a sus terapeutas.

Esta brecha entre la salud mental de hombres y mujeres se agrieta aún más a partir de los 65. "Uno de los factores es la soledad, en la que influye de manera intrínseca el rol que la sociedad ha asignado a las mujeres", resalta, por su parte, la psiquiatra y gerente del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, Natacha Sujanani. "La mujer ha estado recluida por un rol de cuidado de los hijos y de permanencia en el hogar, que no contempla otras áreas como puede ser la laboral, la del ocio o la del autocuidado", continúa Sujanani. Estas vivencias haber vivido que esa edad es crítica: "es cuando empiezan a sucederse duelos".

Los 65 es la edad a la que típicamente fallecen los progenitores, se emancipan sus hijos o se suelen quedar viudas. "La mujer se queda sola, sin una red social con la que apoyarse en esos momentos vitales", resalta la especialista, que recuerda que hasta un 71% de las personas con trastorno mental grave no tiene acceso a los servicios de salud.

A través de cuatro videos de entrevistas y diálogos cortos que recogen la información y los consejos de estos profesionales –y que se expondrán en los centros hospitalarios del Archipiélago–la Fundación espera poder empezar a romper los estigmas que hacen que las mujeres se demoren a la hora de poner coto a estos problemas. Aspirando a que sean las propias mujeres las que pongan coto a estos problemas. ¿Las claves? Un buen descanso, una adecuada alimentación, ejercicio físico y encontrar momentos para la relajación. Solo así, según los expertos, "se puede volver a conectar con una misma".

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