Escepticismo en la ciencia canaria por la nueva teoría sobre la energía oscura

Un nuevo estudio internacional especula sobre la posibilidad de que un tipo de agujero negro de base teórica contenga en su interior esta fuerza misteriosa del universo

Impresión artística de un agujero negro supermasivo. El acoplamiento cosmológico hace posible que los agujeros negros crezcan en masa sin consumir gas o estrellas.

Impresión artística de un agujero negro supermasivo. El acoplamiento cosmológico hace posible que los agujeros negros crezcan en masa sin consumir gas o estrellas. / Universidad de Hawái en Manoa.

Verónica Pavés

Verónica Pavés

La ciencia canaria se muestra escéptica ante la nueva teoría que especula sobre el posible origen de la energía oscura. Dicha suposición concluye que en el interior de ciertos agujeros negros –que los investigadores califican de impostores o exóticos– hay energía oscura y que son ellos, por tanto, los responsables de que el universo se esté expandiendo en contra de la fuerza de la gravedad de la materia.

La noticia ha dado la vuelta al mundo en apenas unas horas, ante el asombro de lo que parecía una resolución para uno de los misterios más importantes de la física actual: la materia y la energía oscura. Sin embargo, para la comunidad científica esta teoría no convence. 

Así lo explica Alberto Rubiño, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) especializado en materia y energía oscura, para quien estos resultados demuestran que los investigadores han «creado confusión mezclado ideas», algunas de ellas para las ni siquiera existe aún aval científico.

Otra teoría sugiere que la energía oscura tiene que ver con la constante cósmica de Einstein

Pero para entender este estudio primero hay que saber lo que intenta explicar. La energía oscura es el nombre que se le dio en los 90 al mecanismo responsable de que el universo siga creciendo a una velocidad de vértigo. Este hallazgo fue una de las revoluciones de la física moderna, dado que rompía con todo lo que se creía hasta el momento sobre la evolución del universo. 

Porque por aquel entonces se pensaba que el universo había empezado a desacelerar su crecimiento debido a la fuerza de atracción de la gravedad. Pero la experimentación demostró que no solo no se había parado, sino que se estaba acelerando más rápido que nunca. Tratando de explicar el por qué se encontró la respuesta en una fuerza de repulsión, más poderosa que la misma gravedad: la energía oscura.

Una fuerza que, junto a la materia oscura (ambas invisibles), ocupa el 70% del universo conocido. Pero nadie sabe qué es lo que lo produce. «Tenemos muchas posibles teorías, la más avanzada es que se trate de la constante que Einstein puso en sus ecuaciones de la relatividad general pero eliminó pensando que era un error», explica Rubiño. En palabras del científico alemán sería, de hecho, «el error más grande de su vida». Pero ¿qué iba a pensar si en aquel momento nadie imaginaba que el universo no fuera estático? Otra de las teorías imagina que tiene «algo que ver con las propiedades del vacío». Pero el caso es que ninguna ha podido ser confirmada.

El universo está en expansión por una fuerza de repulsión más poderosa que la gravedad

Esta nueva teoría, publicada en dos artículos en las revistas The Astrophysical Journal y The Astrophysical Journal Letter, viene a proponer una nueva posibilidad. Tras analizar las propiedades de los agujeros negros supermasivos –los que se encuentran en el centro de las galaxias– en 9.000 millones de años de la historia del universo, los investigadores concluyeron que su masa iba creciendo con el tiempo. 

Y como comprobaron, este crecimiento no se podía explicar solo por la fusión con otros agujeros negros o por tragar las estrellas que se acercan demasiado, porque son entre 7 y 20 veces más grandes que hace 9.000 millones de años. Esto quiere decir que han crecido con la propia historia cósmica.

 «Hasta ahí muy bien, porque es un resultado muy interesante», explica Rubiño. El problema viene a partir de ese momento.

Los investigadores, de la Universidad de Hawái, la Science and Tecnhology Facilities Council y el Imperial College de Londres, creen por ello que los agujeros negros supermasivos son en realidad determinado tipo de agujero negro –cuya existencia no ha sido probada– tiene energía oscura en su interior y está acoplado a las características del universo. 

Los agujeros negros masivos han crecido entre 7 y 20 veces en 9.000 millones de años

Un agujero negro hipotético

«El problema es que están especulando con un tipo de agujero negro hipotético, que por fuera se comporta como un agujero negro pero por dentro es diferente», explica el científico del IAC, que indica que los agujeros negros al uso «tienen sus características bien definidas y consistentes con las observaciones existentes». En concreto se refiere a los agujeros negros impostores, una solución matemática para tratar de resolver el problema de la singularidad que surge de la ecuación del vacío de Einstein.

El misterio, por lo pronto, parece que seguirá sin resolverse hasta que se lance la misión Euclid, planificada por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y en la que colabora activamente el IAC. El objetivo que tendrá esta nave repleta de instrumentación, será explorar la composición y evolución del universo oscuro, creando un gran mapa de la estructura del universo a través del espacio y el tiempo. Está previsto que la misión se lance en julio de esta año y que la base de datos sea pública en 2028. 

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