El hallazgo de 59 nuevos exoplanetas duplica el censo del vecindario solar

Más de 20.000 observaciones del consorcio Carmenes, del que forma parte el IAC, ha corroborado la existencia estos astros, entre ellos, diez potencialmente habitables

Recreación artística de un sistema de planetas alrededor de una estrella

Recreación artística de un sistema de planetas alrededor de una estrella / Gabriel Pérez Díaz , IAC

Verónica Pavés

Verónica Pavés

El hallazgo de 59 nuevos planetas ha duplicado el censo de los astros conocidos en el vecindario solar, que abarca los primeros 40 años luz más cercanos a nuestro Sistema Solar. De ellos, al menos diez reúnen las condiciones necesarias para ser habitables por mantenerse a una distancia ideal –ni muy cerca ni muy lejos– y tener una densidad adecuada –ser más rocosos que gaseosos–. En otras palabras, podrían albergar agua. 

Este descubrimiento se ha podido realizar gracias a 20.000 observaciones de hasta 362 enanas rojas cercanas al Sistema Solar. El método utilizado para cazar estos nuevos planetas ha sido la velocidad radial, que capta las variaciones en la luz recogida de una estrella determinada cuando se mueve por la atracción gravitatoria de los planetas que la orbitan.

Las observaciones que hoy han dado lugar a estas conclusiones se realizaron entre 2016 y 2020 en el Telescopio de Calar Alto (Almería), que está dotado de un espectógrafo de alta resolución que permite ver con mucho detalle las líneas que forman parte de la atmósfera de la estrella. Este conjunto de datos se encuadra en las tareas del consorcio hispanoalemán Carmenes, en el que se encuentran más de 200 investigadores y 11 instituciones españolas. Entre ellas se encuentran el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), así como la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y varios centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), como el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) o el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC).

El IAC forma parte del equipo de coordinación científica, máximo órgano de decisión, y lidera diversos grupos de trabajo, como el de seguimiento fotométrico, caracterización de atmósferas planetarias o seguimiento de candidatos del satélite TESS.

Los investigadores han observado la velocidad de 362 enanas rojas durante cinco años

Las estrellas estudiadas tienen un tercio del tamaño del Sol y son relativamente frías. De ahí que, hasta el momento, se pensara que tenían menos posibilidades de albergar un planeta que otras. En concreto, se estimaba que solo entre el 30 y el 50% de estas estrellas pequeñas tenían un planeta orbitando a su alrededor.

«Lo que hemos comprobado es que la inmensa mayoría cuenta con uno o más planetas», afirma Víctor Béjar, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y coordinador del proyecto en las Islas, que recuerda que las enanas rojas suponen prácticamente el 75% de todas las estrellas que habitan nuestra galaxia. De esta manera, y gracias a los cálculos se ha podido establecer una estadística que concluye que cada estrella de nuestro vecindario solar cuenta con 1,4 planetas.  

«Estos datos se hacen ahora públicos para que cualquier investigador pueda acceder a ellos», explica Béjar, que insiste que ahora esta «cantidad de datos» de los espectros de las enanas rojas se pueden explotar de diferentes maneras. Y es que, con la velocidad radial se mide la masa del planeta. Por lo tanto, al cruzar estos datos con los obtenidos a través de otros métodos de búsqueda de exoplanetas, como el del tránsito de la estrella –ver cuándo el planeta pasa por delante–, se podría llegar a conocer la densidad de estos objetos y, por ende, determinar su composición.

Al menos el 1% de las estrellas observadas cuentan con un planeta del tamaño de Saturno o Júpiter

Algunos de los nuevos objetos detectados desafían las normas por las que se rige la formación de sistemas planetarios. «Al menos un 1% de estas estrellas cuenta con un planeta del tamaño de Saturno o Júpiter», afirma Béjar. «Se piensa que la formación de los planetas tiene relación con el tamaño de los discos que se forman alrededor de la estrella», explica el investigador. En estas estrellas «dichos discos son más pequeños» por lo que se pensaba que este tipo de planetas no podría prosperar. «Pero la evidencia nos muestra que no es así», relata. Explicar este fenómeno es uno de los retos que se ha puesto por delante el consorcio Carmenes para los próximos años. 

El proyecto ya anunciado que tendrá su continuidad en Carmenes Legacy-Plus, que se inició en 2021 y continúa tomando más observaciones sobre las mismas estrellas. Los investigadores también tratarán de establecer una «estadística más fiable», dado que en esta primera observación de cinco años tan solo se ha observado «una muestra» de todo el vecindario solar. Otra de los trabajos que se plantean para el futuro es caracterizar la atmósfera de los exoplanetas gaseosos gigantes. 

«Las atmósferas de estos planetas se están evaporando por lo que se pueden ver con los instrumentos actuales», explica Béjar. Por último, el consorcio seguirá haciendo las tareas a las que ha estado dedicado estos últimos años: confirmar planetas que ya han sido vistos a través de otras técnicas. «Con esta información, además, podremos determinar su densidad y por tanto, su composición», insiste el investigador que considera que, en última instancia, esta información «ayudará a saber cómo se formó el sistema solar». 

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