Educación

Los adolescentes ante la ley del 'solo sí es sí': "Es difícil encontrar chicos que tengan el consentimiento claro"

Si el consentimiento agita polémicas y desconcierto entre los adultos, ¿cómo lo viven y lo entienden los más jóvenes, quienes están accediendo a la vida adulta en pleno cambio de paradigma?

Arnau Vallés y Ariadna De la Rosa, de 16 años, durante su charla sobre la ley ’solo sí es sí’.

Arnau Vallés y Ariadna De la Rosa, de 16 años, durante su charla sobre la ley ’solo sí es sí’. / JORDI OTIX

Marina León González

La ley del 'solo sí es sí', que echó a andar a partir de la violación de 'La Manada', pasa a considerar agresión sexual todo aquel acto que vulnere la libertad sexual de las mujeres. En adelante, por tanto, ya no es nuclear cuánta violencia se inflige ni cómo las víctimas se defienden ("¿cerraste las piernas?", llegó a preguntar una juez), sino el consentimiento. Un concepto que han llegado a cuestionar incluso juristas como Javier Álvarez, el principal asesor penalista del PSOE para reformar la ley del 'solo sí es sí', quien se preguntó: "Si estamos con la pareja dormida, ¿primero la tenemos que despertar?".

Si el consentimiento agita polémicas y desconcierto entre los adultos, ¿cómo lo viven y lo entienden los más jóvenes, quienes están accediendo a la vida adulta en pleno cambio de paradigma? ¿Les provoca dudas? ¿Lo llevan incorporado? ¿Qué piensan de la 'ley del sí es sí'? este diario ha sondeado el asunto con cuatro adolescentes de entre 16 y 18 años, quienes reclaman de una vez educación sexual en las aulas e insisten en que, sobre todo los varones, no tienen aún demasiado claro los límites entre el sí y el no.

De entrada, unos datos. Según el último Barómetro de Juventud y Género (2021), la segunda forma de violencia en la pareja más habitual (20,5%) sufrida por las jóvenes es "forzar una relación sexual no deseada". En este sentido, la educación sexoafectiva todavía tiene mucho trabajo por hacer. Adolescentes como Arnau Vallés, de 16 años, confirman que entender lo que significa consentimiento es "ser la excepción": "Es difícil encontrar chicos de nuestra edad que lo tengan claro".

Lucía Repollet, de 18 años, está de acuerdo: "Los chicos de entre 16 y 19 años, bajo mi experiencia, tienen una madurez muy baja, no pueden entender que quizás la otra persona solo quiere tomar un café y que eso no implica una relación sexual posterior".

Para definir el consentimiento, tanto Arnau como su compañera de instituto, Ariadna De la Rosa, lo primero que dicen es que es "complicado", aunque ambos parecen tenerlo claro. "Dar a entender de forma explícita, ya sea con palabras o con actos, que quieres mantener relaciones sexuales o una práctica en concreto", afirma él. Ariadna añade: "Tiene que quedar claro".

Lucía Repollet, de 18 años, y Gerard Barrallo, de 17, compañeros de clase, conversan en Bellvitge.

Lucía Repollet, de 18 años, y Gerard Barrallo, de 17, compañeros de clase, conversan en Bellvitge.

Aprender sobre consentimiento, ¿dónde?

Tanto Lucía como su amigo, Gerard Barrallo, de 17 años, han aprendido sobre el consentimiento a través de la "experiencia" ya que, dicen, la educación sexoafectiva de la escuela "no debería ser venir una vez al año a explicarte cómo poner un condón en un plátano". "Yo no he aprendido absolutamente nada, porque todo lo que nos vienen a contar ya lo sabemos. Somos la generación internet", expresa Lucía. Además, apuntan que en el instituto la palabra 'consentimiento' solo se ha citado en días señalados, como por ejemplo "relacionándolo con una noticia el 25-N".

En cambio, a Ariadna y Arnau la escuela sí que les ha enseñado a mantener relaciones sexoafectivas más sanas. Ambos coinciden en que "el peor ejemplo que podemos tener son las redes sociales".

¿Un concepto complicado?

En Twitter hace años que se frivoliza con el consentimiento y se viralizan mensajes sobre falsos contratos para tener sexo. Arnau, Lucía, Ariadna y Gerard lamentan que este tipo de mensajes calen en sus compañeros que "ni se han molestado en entender lo que es el consentimiento", apunta Ariadna, quien cree que "es por pura chulería". "O eso espero -añade-, porque tengo amigos que cuando un hombre mayor me piropeó por la calle me dijeron: ‘Si vas con ese vestido, normal que te quieran violar'".

Para Arnau, "no es cuestión de que entiendan o no lo que significa el consentimiento, sino que directamente rechazan todo lo que esté relacionado con el feminismo". Es el efecto rebote que ya detectan en los centros educativos y que ha llevado a algunos institutos pioneros en educación feminista a cambiar de estrategia.

Lucía cree que simplemente se trata de ego: "Conozco a chicos que creen que tener sexo es lo que siempre tiene que pasar, para luego comentarlo con los amigos y decir ‘al final me la he hecho’, por eso no les interesa entender nada".

Comentan que el consentimiento dentro de una sala de discoteca parece algo más difuso. "En ese momento es complicado identificar cuándo se están excediendo, piensas que te ha tocado ‘el pesado de turno’, pero luego lo recuerdas fríamente y te das cuenta de que eso no era normal", explica Arnau.

Para Gerard, hablar sobre esa persona ebria que da caricias de más en las fiestas "sigue siendo actual". "En general, los jóvenes relacionan el consentimiento solo con el acto sexual y no con otras prácticas como los tocamientos", apunta.

Este grupo no conoce ningún caso en el que alguien, tras dar consentimiento, se haya 'arrepentido', temor que inquieta a muchos hombres que miran con suspicacias la ley del 'solo sí es sí'. "Nunca cuando ha habido un acto sexual de por medio. Pero sí conocemos a gente que a lo mejor ha permitido roces de más y después se han arrepentido y han pensado 'en qué momento hemos permitido eso", relatan Ariadna y Arnau.

Rebaja de penas y violadores

A pesar de que ley del 'solo sí es sí' lleva tiempo marcando el debate público y mediático, sus novedades (acabar con la distinción entre agresión y abuso sexual y poner el foco en el consentimiento a la hora de definir el concepto de violencia sexual) son, en general, bastante desconocidas. "La conozco de ver en las noticias lo típico de que se rebajan condenas, que están en contra de ella y que pretenden modificarla, ¿puede ser?", pregunta Gerard.

"Sé bastante poco, lo que veo en internet de que están dejando salir de la cárcel a violadores, y ya está", explica, por su parte, Arnau. Ariadna se queja de no recibir información clara: "Nos está llegando muy poco. En vez de explicar la ley, siempre hablan de lo mismo. Igual que envían panfletos al colegio cuando hay fiesta mayor, deberían enviarlos explicándonos la ley de forma sencilla. Creo que nos sería muy útil", opina.

Para los adolescentes, un "problema" añadido es que cuando se habla de consentimiento, "algunos notan la presencia del feminismo y ya, directamente, se oponen", cuenta Ariadna. Arnau explica su propia experiencia: "En redes sociales como TikTok te bombardean con mensajes negativos sobre el feminismo, te plantean cosas que te pueden pasar -seguramente falsas- y hacen que pienses que quizás tú estás equivocado. A veces hasta yo me siento amenazado". Gerard y Lucía sentencian que "es una pena que haya partidos políticos que hacen demagogia en las redes sociales y menosprecian iniciativas que lo único que buscan es tener relaciones más sanas".

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