Las suculentas se adueñan de los paisajes canarios sin pertenecer a Canarias

Canarias contabiliza 141 especies exóticas, 101 invasoras | Gran parte de esta flora foránea proviene de la América tropical

Una tunera india 'aprisiona' a un cardón y no le permite crecer.

Una tunera india 'aprisiona' a un cardón y no le permite crecer. / Jairo Patiño (IPNA-CSIC)

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Las suculentas o crasas, plantas capaces de retener agua en su interior como los cactus o las echeverias, se han adueñado de los paisajes canarios sin pertenecer a ellos. Estas plantas configuran gran parte del paisaje de las Islas, sin embargo, son exóticas y tienen un "alto poder invasor", tal y como señala el investigador del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), Jairo Patiño. Razón por la cual insiste en la necesidad de "manipularlas" con cuidado y tener en cuenta su condición para evitar que se expanda por espacios naturales protegidos, más aún teniendo en cuenta que se puede llegar a beneficiar del cambio climático.

En el estudio, publicado en la revista Journal of Biogegraphy, el equipo de investigación, liderado por Patiño y formado además por científicos de la Universidad de La Laguna, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), ha llevado a cabo una revisión de las plantas exóticas que han enraizado en Canarias, tanto para identificarlas como para entender de dónde proceden y cómo llegaron a las Islas. La idea era analizar y comprender los factores históricos y contemporáneos que han impulsado el éxito de las invasiones en sistemas insulares como el canario y, desde ese conocimiento, intentar identificar las fuentes y vías con más probabilidades de dar lugar a nuevos invasores.

De esta manera pudieron corroborar que la mayor parte de esta flora exótica proviene de la América tropical y que el boom de su expansión por las Islas se produjo en 1950.

Gran Canaria y Tenerife cuentan con 79 y 78 especies exóticas invasoras, respectivamente.

Estas peculiares características han llamado la atención de los investigadores, dado que hasta el momento se creía que la mayor parte de estas plantas procedía de Europa. "Es la teoría que barajábamos al principio pues, con el movimiento colonizador del siglo XV no solo se modificaba la religión del lugar que conquistaban, también sus ecosistemas", resume Patiño. Sin embargo, en Canarias no ha sido así. Al menos no fue ese momento de la historia lo que cambió radicalmente el ambiente. "Si bien hemos podido comprobar que hay plantas que se introdujeron en el siglo XV en Canarias, son las menos", insiste.

En concreto se han identificado 149 especies, 101 de plantas invasoras y 48 naturalizadas, la mayor parte procedentes del Neotrópico, seguido por la región del Cabo, África tropical y la cuenca mediterránea. Por islas, el mayor número de especies exóticas invasoras se encuentra en Gran Canaria (79) y Tenerife (78), mientras que el menor en Lanzarote (35) y El Hierro (31). Además, se constató que la tendencia de introducción y naturalización de especies invasoras, lejos de ralentizarse, parece haberse acelerado durante los últimos años.

Crecimiento de plantas invasoras en una playa de las Islas.

Crecimiento de plantas invasoras en una playa de las Islas. / Jairo Patiño (IPNA-CSIC)

Una gran parte de las plantas exóticas que hoy forman parte de los ecosistemas canarios llegaron desde América en 1950, de lugares como Cuba, México y Venezuela. Enclaves que coinciden con los lugares hacia los que se produjo un éxodo masivo de canarios durante la guerra civil española y el momento histórico en el que se fue consolidando su retorno a las Islas. "En ese preciso instante se produjo un crecimiento exponencial de las especies exóticas en Canarias", remarca. De esta forma, "la cantidad de especies neotropicales de Canarias es mucho mayor que las mediterráneas", insiste.

El trabajo ha dado como resultado la elaboración de una lista actualizada de la flora exótica invasora de Canarias. Un nuevo listado que, además, incluye información sobre las regiones de origen de las especies, en qué estadio de invasión se encuentran y su fecha de naturalización. Asimismo, gracias al uso de modelos estadísticos, se pudieron describir las diferencias en el número de especies a lo largo del espacio y del tiempo y la evaluación de las hipótesis sobre los mecanismos invasores fue posible gracias al uso de técnicas multivariantes.

Los investigadores piden que se realice una mejor gestión de estas plantas en la jardinería

Dentro del grupo de estas plantas foráneas destacan dos tipos: las suculentas –en concreto los cactus– y las gramíneas, como el rabo de gato. Las plantas suculentas (del latín succulentus, que significa: "jugoso" o "sustancioso" ) o crasas son aquellas que cuentan con algún órgano está especializado en el almacenamiento de agua, que puede llegar a ser de hasta el 90 o 95%. Su adaptación les permite mantener reservas de agua durante períodos prolongados, y sobreviven a los largos períodos de sequía en climas áridos. 

Canarias tiene algunos tipos de cactus endémicos, como las tuneras o el cardón canario que deben competir en espacio y recursos desde entonces con la tuna india o las piteras americanas. Pero no es lo único. Los frutos y flores de estas plantas invasoras también pueden ser más sabrosas para los lagartos o los pájaros, lo que permite que sus semillas se distribuyan mucho mejor que las de las plantas endémicas. A ello se une su capacidad para resistir a las condiciones de los ambientes áridos, lo que les facilita sobrevivir sin tener que hacer acopio de demasiados recursos.

Otras plantas introducidas y que ya son icónicas del paisaje canario, como las cañas, pueden potenciar la ocurrencia de incendios. "Creemos, de hecho, que el cañaveral tuvieron un papel principal en los grandes incendios de Gran Canaria", explica Patiño, que considera que, "por seguridad", habría que gestionar la expansión de estas plantas.

El investigador insiste que el propósito de este estudio no es solicitar la erradicación de estas especies, sino proporcionar la información adecuada para que se pueda gestionar de manera correcta. "Las suculentas se utilizan mucho en la jardinería y para ornamentación porque son fáciles de gestionar, porque apenas hay que regarlos y sobreviven sin demasiada ayuda", replica.

En este sentido, el investigador también apuesta por la creación de "listas blancas" en las que se establezcan aquellas plantas que no tienen capacidad para "naturalizarse" en el ecosistema canario. "Y este recurso debe estar disponible para las tiendas del sector, para que así no estén disponibles para la venta", resume. De esta manera se evitaría, asimismo, que la población tomara decisiones que puedan ir en contra de la biodiversidad canaria, como abandonar sus plantas –incluso con la maceta– en parterres o en descampados donde puedan expandirse libremente. 

Suscríbete para seguir leyendo