Corazones dulces que cautivan

La Palma es rica en repostería tradicional; sus recetarios domésticos se han ido endulzando a lo largo de siglos, convirtiendo la Isla en una despensa de golosos productos como la almendra, la batata, el azúcar o la miel de caña, entre otros, que han aderezado un universo de aromas y gustos únicos que se traducen en delicias reconocibles: marquesotes, bienmesabe, almendrados, rapaduras, la tarta Príncipe Alberto...

La Panadería Pastelería Zulay es heredera de esa histórica tradición. Este negocio familiar, que emprendió Eladio Santos, comenzó a hornear masas en Fuencaliente en el año 1937. Aquella pasión por los productos artesanales se fue transmitiendo de generación en generación y, actualmente, son los bisnietos de esta saga familiar, los hermanos Bryan y Rubén, quienes están al frente del negocio, pero ya no sólo con productos de panadería, sino incorporando también pastelería y bollería modernas. El boniato amarillo, el plátano canario, el aguacate palmero o la piña del Hierro, junto con los mejores chocolates y harinas, son algunos ejemplos de los principales ingredientes que utilizan en esta pastelería, reconocida recientemente con la Estrella DIR de la panadería, que también luce un solete otorgado por la Guía Repsol y que el pasado enero deleitaba en Madrid Fusión con sus deliciosos Desayunos por Anaga.

También ofrecen unas cajas especiales que contienen una selecta variedad de productos

Con obrador en Fuencaliente, Zulay cuenta con tienda en este mismo municipio, así como también en Los Llanos de Aridane y Santa Cruz de La Palma, además de obrador y tienda en La Laguna. Con ocasión de una fecha tan señalada como el Día de San Valentín quieren endulzar los corazones y, además, hacerlo de forma sana y sorprendiendo. Una de las tartas especiales que brindan sus tiendas lleva el sugerente nombre de Exótica; se presenta rellena de una mousse de mango, bizcocho de harina de arroz –sin gluten, más ligera que la de trigo y con un sabor muy neutro que no interfiere en el regusto final–, más un yogur de chocolate blanco. Otra de sus propuestas para el Día de los Enamorados es la tarta denominada Kiss, a partir de una mousse de fresas y vainilla, elaborada sin azúcar ni nata, sino con clara de huevo, además de una compota de frutos rojos y rosas y bizcocho de arroz. La tercera de las creaciones específicas para esta celebración se denomina Greek y está elaborada a base de un bizcocho Emmanuel, que lleva mantequilla en lugar de otras grasas desconocidas –como suelen contener otros–, y que resulta más sabroso y húmedo, no precisa de almíbar una vez se saca del horno y mantiene una textura tierna, que se completa con un sabroso crujiente de avellana, compota de fresas y cítricos, mousse de yogur griego y crumble, esa elaboración dulce de origen anglosajón que está formada por una capa de fruta fresca cubierta por una mezcla de harina, azúcar y mantequilla que se cuece en el horno, en este caso concreto de papa.

Otra dulce alternativa que ofrecen las diferentes tiendas de Zulay están bien recogidas en cajas especiales, personalizadas, que contienen una selecta variedad de productos, siempre al gusto del cliente: un detalle sencillamente singular para festejar un día como el de San Valentín. Valga como ejemplo la que incluye, entre otras exquisiteces, unas piezas de bollería, como el cheescake, un crujiente croissant de mantequilla y con un exquisito relleno; tabletas de verdadero chocolate; dos sandwiches, elaborados con pan de masa madre, que llevan pasta de pollo, nueces, cebolla caramelizada y calabaza asada al horno, ricamente especiada, además de dos zumos de frutos rojos con yuzu (cítrico asiático).