Día Mundial contra el Cáncer

Canarias analiza nuevos compuestos químicos para tratar el cáncer de colon

La investigadora del IPNA-CSIC Yaiza Pérez trabaja en la creación de una molécula que solo ataque a células tumorales

La investigadora Yaiza Pérez, en el laboratorio de química del IPNA.

La investigadora Yaiza Pérez, en el laboratorio de química del IPNA. / Andrés Gutiérrez

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Uno de los problemas principales de las terapias de cáncer son sus efectos secundarios. La quimioterapia ayuda a eliminar las células cancerígenas del cuerpo, pero pagando el alto precio que va desde la pérdida de pelo hasta la falta de apetito o la anemia. Los científicos están convencidos de que hay alternativas y se han enfrascado en la búsqueda de terapias menos nocivas. La última en dar este paso ha sido la investigadora predoctoral Yaiza Pérez, perteneciente al grupo de Romen Carrillo del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC), que pretende encontrar una molécula capaz de eliminar el cáncer de colon sin causar daños en el resto de células sanas.

La investigadora lleva varios meses enfrascada entre disoluciones y reacciones químicas para tratar de hallar el compuesto perfecto. Lo está haciendo gracias a la financiación de la Asociación Española Contra El Cáncer (AECC) que, le ha otorgado una ayuda predoctoral a través de su sede provincial en Tenerife.

«Lo que ocurre con las terapias que tenemos actualmente es que atacan a todas aquellas células que se replican rápido, como es el caso de las células tumorales, pero también algunas células sanas», explica la investigadora. Esto significa que, por ejemplo, las células de la piel o de la sangre, que también se dividen con frecuencia, se acaban convirtiendo en objetivos de la quimioterapia, ocasionando efectos secundarios. En los últimos años, han sido muchos los intentos por evitar este proceso, incluyendo las nuevas terapias biológicas (como la inmunoterapia) que permite llevar a cabo un tratamiento más personalizado. Sin embargo, esta nueva corriente de investigación está dejando de lado la que, hasta hace unos años, era la más habitual: la creación de moléculas.

La investigadora aprovechará una característica única de los tumores para dirigir la terapia

Con su investigación, Pérez está intentando devolver a la química la gloria perdida. Su trabajo se basa en la construcción de «nuevas moléculas que tengan la capacidad de activarse selectivamente en las células tumorales». Para ello aprovechará una característica que diferencia a los tumores del cáncer de colon de las células sanas: sus altas concentraciones de sulfuro de hidrógeno. «Un estudio descubrió esa concentración anormalmente alta hace diez años, pero nadie lo había utilizado para este fin», resalta Romen Carrillo.

Ese talón de Aquiles de los tumores es el que Pérez está utilizando para diseñar su molécula.

«La idea es que la molécula resultante esté basada en dos estructuras: un compuesto con actividad antitumoral y una segunda estructura química que inactive esta sustancia hasta que llegue al tumor, donde reaccionará ante la alta concentración de sulfuro de hidrógeno, liberando la molécula activa», explica. Pero pasar de la teoría a la práctica no es fácil. De hecho, la investigadora lleva varios meses entre probetas y pipetas tratando de dar con la unión de moléculas que logre el efecto deseado. De momento ya hay resultados prometedores en cultivos celulares de cáncer de colon que verifican la hipótesis inicial de los investigadores. Pero queda un largo camino de modificaciones y optimizaciones para conseguir un compuesto eficaz.

Es una de las primeras veces en el Instituto en la que se decide crear una molécula contra el cáncer a través de un diseño racional. «Normalmente se construían multitud de compuestos y se probaban hasta encontrar alguno que tuviese algún tipo de efecto, pero en esta ocasión lo hemos querido hacer de otra manera», resalta Carrillo. Como explica Pérez, este «es el primer escalón del desarrollo de un fármaco». Una vez halle el compuesto idóneo, la investigadora la probará en un cultivo de células tumorales de cáncer de colon y sanas. El resultado ya se verá. «Puede salir adelante o no, pero siempre aprenderemos algo durante el proceso», defiende Carrillo.

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