La guerra agudiza el desabastecimiento de fármacos en Canarias

El año pasado hubo dificultades para dispensar más de 550 prestaciones, un 22% más de lo habitual | Sanidad permite adaptar algunos antibióticos de adultos para niños

Una farmacéutica canaria realiza una revisión de los fármacos en stock.

Una farmacéutica canaria realiza una revisión de los fármacos en stock. / Andrés Cruz

Verónica Pavés

Verónica Pavés

Las consecuencias de la guerra entre Ucrania y Rusia se empiezan a apreciar en las prestaciones sanitarias de las Islas. Tan solo unos meses después de que estallara el conflicto y empezara con ella una latente crisis energética, de transporte y de materias primas, algunos fármacos, como antibióticos para niños o complejos vitamínicos, han sufrido desabastecimientos puntuales en las farmacias canarias. Aunque la situación suele ser habitual en un mundo globalizado donde la elaboración de medicamentos está limitada a uno o dos laboratorios en el mundo, en este último año se ha podido apreciar un incremento. Al menos 550 de las 20.000 presentaciones de medicamentos que hay en el mercado, sufrieron durante este último año una falta puntual, un 22% más de lo habitual. 

Como confirma Manuel Ángel Galván, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, "en los últimos seis meses se ha producido un incremento de los medicamentos que sufren desabastecimiento puntual durante el año", pasando de una media de 450 anuales a 550. La mayor parte de los fármacos afectados se pueden sustituir por su presentación genérica, pero su falta puntual ha supuesto un verdadero trastorno para los usuarios.

La mayoría de fármacos en falta se pueden sustituir por un genérico

Los pacientes que sufren las consecuencias de este desabastecimiento se acaban resignando a hacer una gira por las farmacias cercanas para encontrar el fármaco que le ha prescrito el médico, cuando no se ven obligados a pedir una nueva cita con su médico de cabecera para rehacer la receta. "Es un problema histórico que tenemos que solucionar", resalta Galván. El Servicio Canario de la Salud (SCS) y las farmacias canarias han puesto en marcha un programa piloto en algunos centros de salud para que los farmacéuticos puedan acceder también a la histórica clínica y los médicos al stock de las farmacias cercanas. "De esta manera le quitas trabajo al médico y eliminas molestias a los pacientes", relata.

No se trata de una circunstancia que afecte solo en el Archipiélago, las faltas puntuales se están produciendo en toda Europa. La situación es tal que los estados miembros de la Unión Europea se vieron forzados en marzo de 2022  —un mes después del inicio de la guerra— a crear el Grupo Ejecutivo sobre Desabastecimiento y Seguridad de Medicamentos (MSSG, por sus siglas en inglés), formado por la Comisión Europea, la Agencia Europea del Medicamento y las agencias nacionales. Su objetivo es "garantizar una respuesta sólida a los problemas de suministro de medicamentos causados por eventos importantes o emergencias de salud pública". 

En un comunicado publicado el pasado 20 de enero, este grupo describió la tormenta perfecta que ha llevado a la situación actual: la escasez, que ya venía siendo un problema intermitente, se "ha visto exacerbada por eventos o tendencias geopolíticas como la guerra en Ucrania, la crisis energética y las altas tasas de inflación", a lo que se ha sumado "un aumento reciente en las infecciones respiratorias que ha provocado un incremento de la demanda" y problemas en fábricas del sector que han provocado "retrasos" en los pedidos y afectado a la "capacidad de producción".

Una de las situaciones que ha causado más revuelo es la falta puntual de antibióticos para niños, como la amoxicilina. Ocurrió a finales de noviembre, cuando la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), notificó que la presentación pediátrica de este fármaco (en polvos para disolver) había experimentado retrasos en la llegada a las farmacias. 

El Ministerio permite partir las pastillas de adultos para paliar la falta de amoxicilina infantil

Esta situación derivó en un problema de desabastecimiento generalizado en Europa, que duró al menos una semana en las Islas y que ha obligado a buscar fórmulas imaginativas para paliar la falta de este fármaco en el mercado. La solución ha pasado por partir de las pastillas de adultos hasta conseguir la dosis adecuada para tratar a niños. 

El Ministerio de Sanidad autorizó el pasado 23 de noviembre a las farmacias a vender a los padres antibióticos para adultos —cajas de amoxicilina de 500 miligramos— cuando sea necesario. Partir las pastillas y conseguir así las dosis necesarias de 250 miligramos para niños, que luego se puede diluir o no en agua. El objetivo es reservar las presentaciones de jarabes y polvos para los pacientes de menos de seis meses que tienen mayor dificultad para tragar.  Esta sustitución será solamente posible mientras persista el problema de suministro con las suspensiones orales de amoxicilina. 

Según la Aemps, este problema tuvo su origen tanto con problemas puntuales en las fábricas de las farmacéuticas Normon y Sandoz - que ocupan las principales cuotas de mercado - , como por el incremento de la demanda.

Abuso de antibióticos

Los profesionales insisten en que este incremento de la demanda tiene su origen en el invierno y el incremento de visitas pediátricas debido a cuadros de fiebre alta. No obstante, como advierte el presidente de la Asociación Canaria de Pediatría, Luis Ortigosa, es responsabilidad de los facultativos limitar la "prescripción de antibióticos", especialmente en menores. “A veces se ponen para prevenir y nunca debería ser así”, insiste el pediatra que advierte que el abuso de este tipo de fármacos es lo que ocasiona a largo plazo "resistencias antibióticas". 

El pediatra  insiste, asimismo, en que los profesionales tienen que llevar a cabo tantas pruebas sean necesarias para saber si el origen de los síntomas del paciente es una infección bacteriana o vírica. "En el 95% de los casos es vírica y solo requieren antitérmicos, hidratación y formas mecánicas para bajar la fiebre", recuerda.

En este sentido, el pediatra también ha vuelto a reivindicar la necesidad de que sea un profesional especializado en el tratamiento de niños y jóvenes el que atienda a estos pacientes. "En Canarias el 30% de la población infanto-juvenil está siendo tratada por médicos que pueden ser muy buenos en su área, pero no están especializados en pediatría", advierte.

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