Estudio

Las carencias de las viviendas en España dispararon la ansiedad durante la pandemia

Investigadores de las universidades de Granada, Málaga y Pablo Olavide (Sevilla) concluyen que el ruido, las humedades o mala climatización de las viviendas empeoraron de forma importante la salud física y mental en la última década

Construcción de bloques de pisos en Barcelona.

Construcción de bloques de pisos en Barcelona. / JORDI OTIX

Isabel Morillo

Tu salud no solo depende de dónde vivas, que también, sino de cómo sea tu casa. La precariedad de las viviendas españolas es el objeto de un amplio estudio recién publicado en la revista científica 'International Journal of Environmental Research and Public Health' y elaborado por investigadores de las universidades andaluzas de Granada, Málaga y Pablo Olavide (Sevilla). El ruido, la climatización o las humedades de tu vivienda tienen una incidencia directa sobre la salud y la posibilidad de tener enfermedades crónicas tanto como otros factores más ampliamente estudiados como el índice de delincuencia del barrio donde residas o la contaminación. También es clave el número de apartamentos que haya en tu edificio, aunque no lo percibamos igual. La ansiedad o la depresión se disparan cuando las condiciones físicas de tu casa empeoran.

Los profesores Demetrio Carmona-Derqui, Jonathan Torres-Tellez y Alberto Montero-Soler sostienen en su estudio que la crisis de 2008 fue mucho más allá de las ejecuciones presupuestarias por falta de liquidez de las familias. El empobrecimiento y los graves apuros económicos de aquella etapa conllevaron que las viviendas españolas empeoraran de forma importante. Hacer obras de mejora de la vivienda no figuró durante años como posibilidad para muchas familias españolas. Justo en ese momento llegó el confinamiento por la pandemia. Ese encierro por la Covid obligó a convivir durante meses con las carencias de las casas y “analizar intensamente las deficiencias que tenías las viviendas”. "Los problemas físicos y también los mentales se disparan cuando la vivienda no reúne determinados requisitos", sostienen.

Este estudio utilizar por primera vez datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) en un periodo de tiempo de diez años, de 2009 a 2019. Nunca antes, explica Montero, se había analizado la incidencia de la vivienda en la salud en una década. La relación es además directa con los niveles de renta. A mayores ingresos, mejor vivienda y más calidad de vida, subraya el investigador.

El 20% tiene goteras

El informe señala que de 2017 a 2020 hubo un descenso considerable en las condiciones físicas de las viviendas españolas. Las privaciones o carencias de las viviendas en España se han multiplicado “por tres en sólo cuatro años, afectando al 3,4% de la población y al 9,2% de los españoles con un menor tramo de ingresos”. En 2020, según Eurostat, el 19,7% de los españoles vivía en una casa con goteras o humedades, lo que representa un aumento de 8 puntos porcentuales con respecto a 2017. Un dato muy superior a la media europea (13,1%).

Además, según el Instituto Nacional de Estadística, el 10,8% de la población considera que su vivienda es demasiado oscura y el 14,1% dijo que había problemas de delincuencia y vandalismo en su barrio. “Esta situación es preocupante con respecto a los niveles de salud de los españoles”, sostiene este artículo científico, ya que muchos estudios han demostrado que la vivienda es un factor importante con una incidencia directa en la esperanza de vida. Por ejemplo, vivir en un sótano acorta la vida. Las condiciones de humedad, el moho, la temperatura y el espacio disponible afectan a la salud de los habitantes de una vivienda. A más hacinamiento aumenta la posibilidad de infecciones, transmisión y conflicto social entre los habitantes.

Además, en las últimas décadas, el número de estudios que analizan la relación entre vivienda y salud mental ha crecido considerablemente. “Hay claras relaciones entre las condiciones de vivienda y los problemas mentales, como mayor angustia, estrés o dificultades en las relaciones sociales”, sentencia el informe.

Problemas respiratorios y depresión

Con respecto a los problemas de humedad y moho, “generalmente se puede trazar una conexión directa con dolores de cabeza y la aparición de síntomas de sibilancias y otros problemas respiratorios”. Las condiciones de humedad en las viviendas son un factor de riesgo en el desarrollo de alergias y hay estudios que vinculan directamente todos estos problemas con la ansiedad y la depresión crónicas. Con respecto a la temperatura, en un alojamiento donde se pase frío o calor, donde no se puede mantener una temperatura adecuada, surgen problemas respiratorios y se pueden desarrollar enfermedades cardiovasculares. “Las bajas temperaturas producen factores estresantes, que afectan el estado de ánimo de las personas”, vinculando directamente esta situación y los efectos en la salud mental. “La pobreza energética tiene un impacto negativo en la salud”, sostiene con firmeza este informe apelando a abundante documentación y bibliografía.

Por el contrario, la existencia de espacios verdes mejora la salud física y psicológica de los residentes locales. Una disminución de la sensación de seguridad en el vecindario y un mayor temor a la delincuencia conduce a una mayor angustia psicológica. Altos niveles de ruido, en casas cercanas a las carreteras, también puede tener un efecto negativo en el sistema cardiovascular, respiratorio y en la salud metabólica. “Todos estos resultados ya habían sido publicados en estudios previos, lo que a su vez destacó la influencia perjudicial de la contaminación en la salud”, sostiene el informe.

También deja claro el informe que vivir en bloques de pisos de diez o más casas tiene problemas mucho más directos para la salud de lo que percibe los ciudadanos. Los problemas de la comunidad, dicen los profesores, afectan a la salud objetiva de lo habitantes. No afecta tanto los problemas de luz natural en las viviendas, lo que se explica en el hecho de que España tenga menos problemas en ese sentido que otros países pero "vivir en una colmena o en un bloque muy denso de edificios tiene mucho más peso de lo que la gente percibe en tener enfermedades crónicas", explica el profesor de la Universidad de Málaga Alberto Montero, que destaca la importancia de que las políticas de salud "no se reduzcan al Ministerio de Sanidad sino que se aborden de forma más integral", ya que el Ministerio de Fomento tendría mucho que decir, avisa.

70% más posibilidades de enfermar

Informes previos en España, como el de Urbanos-Garrido, afirma que la carencia de vivienda explica “entre el 7,17% y el 13,85% de la desigualdad en salud que existe entre los más ricos y los más desfavorecidos”. Mientras que los profesores López del Amo González y Alabama “muestran que vivir en viviendas que sufren de privaciones materiales severas aumenta la probabilidad de 70 a 140% de que las personas sientan que tienen mala salud”. Pese a la relevancia del impacto de la vivienda en la salud los investigadores concluyen que existe poca investigación reciente y que “la mayoría de los estudios existentes sobre este tema no se han centrado en el aumento en los problemas de vivienda que ha vivido España en la última década”. No se han realizado estudios sobre las condiciones físicas de las viviendas y su efectos sobre la salud desde el inicio de la crisis económica de 2008, un vacío que pretende llenar este estudio cargado de datos y pruebas empíricas.

Los elementos que más afectan a la salud objetiva son el ruido, las filtraciones y las temperaturas nocivas en la vivienda. Factores ambientales como la contaminación, los niveles de vandalismo crimen en el vecindario y el número de apartamentos en el edificio se puede agregar a la lista. El estudio agrega como indicadores para analizar el impacto de las condiciones de la vivienda en la salud otros factores como los estilos de vida, la edad, la salud preexistente o el nivel educativo. Además el informe revela que al estar transferidas buena parte de las competencias a las comunidades autónomas, las decisiones que se toman en que cada autonomía son muy diferentes y hay una brecha importante no solo vinculada al PIB de cada región sino también a políticas como las subvenciones para arreglar la vivienda o las políticas para acceder a una vivienda pública asequible en régimen de alquiler o compra.

Brecha entre comunidades

Pero no solo influyen las políticas específicamente de vivienda en las comunidades autónomas. El estudio conecta el efecto directo en la salud de la carga financiera de una hipoteca o pago de alquiler, con especial incidencia en la salud mental, destacan los investigadores. De ahí que “los resultados indican que tanto las políticas de estabilidad laboral como las de ayuda a la vivienda tienen un impacto positivo en la salud, tanto objetiva como subjetivamente hablando. Asimismo, las políticas para la mejora de las condiciones habitacionales y la rehabilitación habitacional generará efectos externos sobre el bienestar de la población a través de mejores condiciones de salud”, subrayan. "No es posible con estos datos medir la magnitud de esa brecha que existe entre comunidades pero el estudio va más allá del hecho de que vivir en una comunidad u otra afecta a la calidad de vida o la riqueza, demuestra que según el punto de España donde vivas la calidad de tu vivienda será mejor o peor y eso incidirá directamente en tu salud", explica Montero.