Educación y televisión

Cómo el sexo de las series condiciona (para mal) el despertar sexual de los adolescentes

Los clichés, mitos y estereotipos utilizados en la ficción pueden generar frustración en los jóvenes

El reparto de la serie 'Élite', serie que exprime la espectacularización del sexo.

El reparto de la serie 'Élite', serie que exprime la espectacularización del sexo.

Jordi Rovira

En el último capítulo de la segunda temporada de la exitosa serie 'White Lotus', recientemente estrenada en HBO, diferentes personajes mantienen, durante su estancia en Sicilia, relaciones sexuales mientras el volcán Etna entra en erupción. Fuego y pasión. Un cliché habitual en el cine, y más tras la implantación de las plataformas, donde el sexo es más explícito y abundante que nunca. Sin embargo, el aumento de escenas íntimas también refuerza unos estereotipos que pueden llevar a la frustración, sobre todo entre adolescentes en pleno despertar sexual.

Los especialistas destacan series como 'Master of Sex', 'Big Mouth' o 'Sex Education', con escenas alejadas de los falsos tópicos, mientras otras como 'Élite' o 'Euphoria' ahondan en una sexualidad cinematográfica que dista mucho de la realidad. Y hay consenso en que esto último es lo que abunda en la pequeña y gran pantalla.

¿Y eso puede crear problemas en los jóvenes cuando después ven que no se cumplen esas expectativas? "Sí rotundo. Claro que les frustra. Si nadie se lo explica, se montan sus propias fantasías en su cabeza. Nos pasó a nosotros con nuestra generación con las princesas Disney y el estereotipo de príncipe azul", señala Nayara Mira, psicóloga y sexóloga. "Los jóvenes quieren saber. Quieren explorar y tienen curiosidad por la sexualidad", añade. 

Mucha pasión, poco condón

El problema ante esa curiosidad surge cuando se encuentran con personajes de ficción que, fruto de la pasión, se entregan al sexo con una rapidez inaudita. "A través del cine se generan estereotipos sobre cómo tienen que ser las relaciones sexuales. El 'aquí te pillo, aquí te mato' es uno de ellos y afecta a cómo se entiende el deseo sexual, como algo que tiene que surgir de manera espontánea y apasionante.

Puede ser así en un determinado momento de la relación, pero no siempre. Si esperamos a que el deseo aparezca por sí solo, es posible que no lo haga. A partir de aquí se pueden generar frustraciones e insatisfacciones”, apunta Arola Poch, psicóloga y sexóloga experta en educación sexual para jóvenes, además de autora del libro 'Las cosas claras. Conócete, cuídate, exprésate y disfruta' (Plataforma editorial, 2019).

Otro cliché habitual en la ficción es la falta de condones, mientras que en las consultas de los especialistas siempre se hace hincapié en la importancia de la prevención. "Es difícil encontrar escenas en las cuales aparezca el uso de preservativos. En este sentido, 'Pretty Woman' hizo una buena escena en su momento”, recuerda Poch, en referencia a cuando Vivian Ward, la prostituta que encarnaba Julia Roberts, le muestra a Edward Lewis –el hombre de negocios interpretado por Richard Gere– una serie de condones de colores para elegir.

'Pretty Woman' fue un gran éxito de taquilla, aunque la mayoría de los que vieron la película desconocen que Roberts trató con prostitutas de Hollywood Boulevard. Fue así cómo preparó su personaje, informándose con el mundo real, no solo con el creado por los guionistas. "Actualmente, se ven un poco más de condones en series y películas, pero en general tienen poca presencia. Que aparecieran más ayudaría a dar más sensación de normalidad al uso del preservativo", afirma Poch. 

No es real

Y lo mismo que pasa con los condones ocurre con los preliminares que –una concesión al ritmo del filme– brillan por su ausencia. El caso inverso se da con los orgasmos simultáneos. Mientras que en la vida real es más que difícil, las parejas que llegan al clímax de forma sincronizada abundan en la pequeña y gran pantalla. 

"Cuando una escena de sexo debe ser rodada, deja de ser real. Es una historia narrada. La magia del cine es provocar emociones y es maravilloso. Sin embargo, las personas que ven esa proyección deben ser conscientes de que están viendo una ficción. No es real. Al igual que no es real una persecución a toda velocidad con miles de coches explotando alrededor y que el protagonista salga ileso de toda esa catástrofe", destaca Mira. "Lo preocupante es que el espectador se crea que llegar al orgasmo simultáneo o no tener condones en las escenas de sexo es lo real, lo correcto". Por eso, esta experta recalca la importancia de la educación sexual "para que los jóvenes tengan criterio y sepan discernir lo real y lo imaginario".

Empatía y respeto

Los mitos y falsedades del sexo en la ficción audiovisual no acaban ahí. "La idea de que una relación sexual empieza con una erección y finaliza con la eyaculación masculina todavía está bastante extendida. Tanto en jóvenes como en no tan jóvenes. Esta idea se tendría que desmontar porque la información sobre cómo estimular a una pareja sí pueden tenerla (si tienen interés en buscarla), ya que internet es una fuente de información importante para estas edades. Ahora bien, todavía hay un desconocimiento sobre la sexualidad femenina”, afirma Poch. Y eso, unido a los falsos mitos alentados por el cine, puede provocar muchas frustraciones. 

No obstante, los expertos prefieren quitar hierro al asunto. "Al fin y al cabo, el cine no tiene una función educativa. Aunque tenga influencia, es ficción, tiene sus ritmos, sus códigos. Una representación más realista trasladaría también una visión más realista de las relaciones sexuales, pero debemos darle el peso y la responsabilidad que corresponde. La educación sexual que ayude a crear ‘buenos amantes’ debe venir por otras vías. Y con ‘buenos amantes’ no pienso en técnicas, duraciones o posturas, sino en empatía, comunicación, respeto, cuidado, responsabilidad”, concluye Poch.

"El problema –añade Mira– no son las películas ni las series. Quien escribe una historia y la cuenta en película, serie o libros no tiene ningún problema. Lo que quieren los productores, actores y todas personas implicadas es ganar dinero y vivir de aquello que les gusta. El problema es que en esta sociedad no hay una educación sexual integrada en las aulas donde se pueda visibilizar todo aquello que sean mitos y creencias".

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