250 casos en el mundo

La 'trampa' del transporte público gratis: la experiencia internacional demuestra que no quita coches

España todavía debe decidir si mantiene la rebaja del metro y el bus tras prolongar la gratuidad de Rodalies, pero que cueste menos no es sinónimo de eficiencia y eficacia

Una informadora trata de solventar dudas en Sants, durante el primer día de gratuidad de Renfe, el pasado 1 de septiembre.

Una informadora trata de solventar dudas en Sants, durante el primer día de gratuidad de Renfe, el pasado 1 de septiembre. / Ferran Nadeu

Carlos Márquez Daniel

Los usuarios habituales de Renfe (Rodalies y Media Distancia) disfrutan desde el 1 de septiembre de billetes bonificados al 100%. Pero que el viajero no pague (la cosa seguirá igual en 2023) no significa que ese servicio salga gratis. Por eso los técnicos, los expertos en la materia, no hablan de abono gratuito, sino de tarifa gratuita, que no es lo mismo, porque el transporte público se tiene que financiar igualmente, cosa que se hace gracias a los presupuestos tanto del Estado como de los gobiernos autonómicos y municipales. España, como supondrán, no ha inventado nada: a día de hoy hay en todo el mundo más de 250 redes de transporte colectivo libres de pago. Con sus peculiaridades, su intención, sus cosas cosas buenas y sus cosas no tan buenas.

Una joven trata de adquirir un título de transporte en el metro de Barcelona

Una joven trata de adquirir un título de transporte en el metro de Barcelona / Elisenda Pons

El pasado martes, la asociación Promoción del Transporte Público (PTP) auspició una conferencia en Barcelona que versaba sobre tarifación social. Una de las personas que intervino, desde Bruselas, donde realiza estudios de postdoctorado, fue Monika Wiktoria Maciejewska, doctora en Geografía por la UAB. Realizó una radiografía del transporte público gratuito desde todos los puntos de vista: histórico, técnico, social e incluso político. Porque esto último, la gestión pública, suele dejarse seducir con facilidad por todo lo que tenga que ver con los hábitos y el bolsillo de los ciudadanos.

Lo que la gente pide

Vaya por delante que las encuestas que realizan los operadores de transporte público en nuestro país no suelen reflejar una preocupación especial sobre el precio del billete. Han inquietado siempre otras cosas, como la seguridad, la limpieza, la puntualidad, la frecuencia de paso, la falta de conexión entre municipios, los horarios del fin de semana... Pero no el hecho de que el pasaje sea más o menos caro. Eso ya indica hasta qué punto la medida, en caso de aplicarse en determinados lugares, puede considerarse populista. No hay que olvidar que el Gobierno prolonga la gratuidad de Renfe en un año con elecciones municipales y generales. Falta por decidir si se mantiene la reducción del 30% (incrementada en algunos casos hasta el 50% con recursos autonómicos y municipales) a los viajeros habituales del resto de redes, más allá del ferrocarril.

Una joven se coloca la mascarilla para entrar en un bus de TMB, en Barcelona.

Una joven se coloca la mascarilla para entrar en un bus de TMB, en Barcelona. / Ricard Cugat

Maciejewska explicó que la crisis económica y energética ha disparado el número de iniciativas de transporte público 100% subvencionadas. Pero el invento va mucho más allá de pagar o no pagar. Sostuvo esta experta que esta no es una buena solución si el bus o el metro agraciado no es eficaz, si no es fiable. Si funciona mal, en definitiva; porque los usuarios quieren llegar a tiempo, con comodidad, sin apretones, con carriles reservados, y saben que eso cuesta un dinero.

Peatones en vez de coches

Lo que no puede esperarse, porque las iniciativas en marcha lo desmienten, es que se produzca un trasvase desde el coche hacia el transporte colectivo. Un estudio realizado en Tallin (Estonia) demostró que la mayoría de viajeros que pasaron al bus gratuito iban antes a pie. El transporte público pasó del 55% al 63% de cuota modal. El automóvil bajó del 31% al 28% y los peatones se redujeron del 12% al 7%, casi la mitad. "Si se busca una herramienta eficaz para descarbonizar la movilidad del repartimiento modal, hay otras medidas mucho mejores. La gratuidad es una política social, no ambiental", resumió esta doctorada en Geografía.

Un tren de Rodalies llega a uno de los andenes de la estación de Sants.

Un tren de Rodalies llega a uno de los andenes de la estación de Sants. / Manu Mitru

Si se tiene en cuenta que cae la movilidad activa, con la salud que se pierde puede salir más caro el remedio que la enfermedad. Basta con observar la situación en Barcelona y su entorno con la gratuidad de Renfe: el tráfico apenas ha disminuido un 0,4%, según Trànsit. Esto demuestra otro factor: al conductor lo seduces por la reducción del tiempo de viaje, no por el precio del billete. Y en lo primero, por desgracia, todavía hay muchos corredores metropolitanos, por no decir la mayoría, que son más ágiles en vehículo privado. Amén, no nos engañemos, de lo difícil que resulta desvincular el hábito del coche de la movilidad obligada, la que tiene que ver con el trabajo o los estudios.

"La gratuidad del transporte público no sirve de nada si no es eficiente, rápido, cómodo y eficaz"

El primer caso de transporte público gratis se produjo en Estados Unidos en 1970. En el año 2000 eran 27 los sistemas gratuitos y en 2017 la cifra ascendió a 99. En 2021 eran ya 251, pero esta experta señala que en 2022 están aflorando casos nuevos cada mes. Eso nos sitúa camino de los 300 y más de la mitad estarán en Europa. En Suramérica destaca Brasil y en Asia apenas hay casos. Tampoco en China. En todo el mundo solo hay dos países que tienen todo su sistema libre de pago. Son Luxembrugo y Malta, y se lo pueden permitir tanto por su tamaño como por el nivel de renta.

La España que no paga

En España, Torrevieja fue pionera, pero tras 23 años de bus gratuito para residentes, el pasado abril el ayuntamiento anunció que empieza a cobrar, y que solos los mayores podrán subirse sin rascarse el bolsillo. En un suponer, el anuncio de mejoras en el sistema (más vehículos, más frecuencia y más accesible) disparó el gasto y forzó al consistorio a empezar a cobrar. Cuestión de sostenibilidad financiera. Marbella, en cambio, impulsó la gratuidad para los empadronados en mayo de 2019. Le seguirá Fuengirola, que ha anunciado que hará lo propio a partir de enero de 2023. Hay en España un par de casos más: Vila-real tiene dos líneas de bus universales desde 2018 y zonas rurales de Castilla y León disponen desde 2021 de un peculiar servicio de bus sin coste alguno que conecta pequeños municipios de la región.

En Europa, el no va más de la gratuidad en el transporte público es con mucha diferencia Polonia. Con un curioso efecto contagio, señaló Maciejewska, que detalló que en el país hay 64 redes en 93 municipios en los que el ciudadano viaja sin pagar. Al situar los proyectos en el mapa, tratándose de un país en el que en gran medida gobierna la derecha, esta investigadora se dio cuenta de que es en los lugares en los que el poder es un poco más de izquierdas donde se encuentran los autobuses libres de pago. "Sin duda el tema político es un factor", señala esta experta.

¿Y ahora, qué?

En el caso de Cataluña, todo parece indicar que las tarifas se congelarán de cara al 2023. Es la práctica habitual en año electoral, así que pueden darlo por hecho. La incógnita está en la bonificación más allá de Renfe. Si se mantiene, el precio de los billetes será el mismo que hemos disfrutado de septiembre hasta final de año, siempre y cuando las Administraciones catalanas añadan ese 20% para alcanzar el 50% de subvención extra. En el caso de que no se apruebe la prolongación de esta ayuda, congelar precios supondrá volver al montante que se pagaba hasta el 31 de agosto.

De todos modos, tal y como señaló Maciejewska, esto no supondrá quitar coches de la carretera, sino reducir el número de personas que van andando o en bicicleta. Y poner las cuerdas un sistema público ya de por sí muy tensionado. Pere Torres, director de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) lo resumía así a mediados de septiembre: "Un transporte público eficiente y de calidad pasa por estar dotados de los recursos ordinarios para hacer frente a los gastos que tenemos. Si disponemos de ellos, cualquier otra medida me parece perfecta. Si no, nos causará un problema importante de gestión". No es oro todo lo que es gratis. Y para abusar de los tópicos: pan para hoy, hambre para mañana.

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