Un «rarísimo doble bólido» surca el cielo en Lanzarote tras el estruendo

El ruido del 30 de noviembre fue fruto de la onda acústica provocada por un meteoroide cuando entró en la atmósfera de la Tierra a velocidad supersónica

Imagen del doble bólido desde Playa Blanca, Lanzarote. | RAMÓN LÓPEZ/ RED SPMN

Imagen del doble bólido desde Playa Blanca, Lanzarote. | RAMÓN LÓPEZ/ RED SPMN / Martina Andrés

Un coche que choca contra una fachada, una explosión en una casa, un avión que rompe la barrera del sonido... Las conjeturas sobre qué podía ser el estruendo que este miércoles por la tarde interrumpía con fuerza la vida de los grancanarios han sido abundantes y variadas. Y, al igual que no han faltado las suposiciones, tampoco lo han hecho las bromas y memes en redes sociales. Humor ante un posible accidente que no se ha producido.

El ruido que generó decenas de llamadas a emergencias el pasado miércoles 30 de noviembre a las 15.38 horas, fue provocado por lo que desde la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos denominan como un "posible bólido diurno" que, tal como indicó el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, desde su cuenta de Twitter, no produjo ningún daño.

Serra Ricart: «un bólido así se precipita sobre la Tierra cada cinco o seis años»

Los bólidos se pueden observar cuando un meteoroide -pedazos de asteroides, cometas o, en raras ocasiones, de la Luna o Marte- entra en la atmósfera terrestre y se desintegra, produciendo una estela luminosa y, en ocasiones, un estruendo, como el que se pudo escuchar el miércoles en diversos puntos de Gran Canaria, hasta en nueve municipios. Cuando llegan a la atmósfera terrestre, estas masas minerales van a velocidades muy elevadas que suelen estar entre los 11 y 72 kilómetros por segundo y, además de generar luz cuando aparecen en el cielo, también producen ondas mecánicas, como ocurre con los movimientos sísmicos.

La diferencia es que estas ondas, en lugar de propagarse por la tierra, como ocurre con los terremotos, se extienden por el aire, que no tiene rigidez. Los meteoroides pueden explotar cuando entran en las capas más densas de la atmósfera y producir lo que se conoce como airburst o estallido atmosférico. Y estos estallidos son tan energéticos que, en ocasiones, también pueden crear ondas sísmicas, tal y como ocurrió ayer en Gran Canaria, donde también se sintieron temblores además del ruido.

Las ondas también fueron captadas por el Instituto Volcanológico de Canarias. Al observar el registro de los sismogramas, la Red de Investigación de Bólidos y Meteoritos ha declarado, desde su cuenta de Twitter, que puede ser que se trate "de la señal acoplada de una onda de choque producida por un gran objeto desintegrándose en la atmósfera a hipervelocidad". Por ello, al haberse oído y sentido la vibración, el Instituto de Astrofísica de Canarias (ICA) no descarta que pequeños pedazos del bólido, cuyo diámetro se estima que era de entre 10 a 45 centímetros, hayan podido tocar tierra.

Con ese tamaño, si el bólido hubiera caído sobre la capital grancanaria la cosa "sería otra", apuntaba el astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias, Miquel Serra Ricart, que también añadía que, de momento, no hay manera de predecir la caída de este tipo de objetos sobre la Tierra.

Por ahora, la conclusión a la que se ha llegado es que el ruido fue fruto de la onda acústica provocada por el bólido cuando entró en la atmósfera de la Tierra a velocidad supersónica.

4.000 bólidos al año

Aunque el estruendo de ayer fue un suceso fuera de lo normal que hizo saltar algunas alarmas, la aparición de bólidos visibles en la atmósfera es un fenómeno bastante común. Aproximadamente, cada año, se registran unos 4.000 que sobrevuelan el territorio español, incluyendo las Islas Canarias. Por otro lado, la superficie de la Tierra está constantemente recibiendo material extraterrestre: según un estudio publicado en Earth and Planetary Science Letters, se calcula que en torno a 5.200 toneladas de micrometeoritos (de tamaño menor a un milímetro) llegan cada año a la Tierra.

Se estima que 5200 toneladas de micrometeoritos llegan a nuestro planeta cada año

Aun así, cabe destacar que, tal y como ha indicado Serra Ricart, un bólido del tamaño que se le atribuye al que cayó el miércoles en aguas próximas a Gran Canaria, "se precipita sobre la Tierra cada cinco o seis años". Como señalaba el astrónomo, la caída de bólidos era algo habitual al principio del sistema solar y, como muestran los mencionados datos, nuestro planeta no deja de recibir material del espacio exterior.

Doble bólido

El mes de diciembre también ha comenzado este jueves con otro fenómeno poco habitual: un "rarísimo doble bólido", como lo han denominado desde la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos, que se pudo ver esta madrugada en Lanzarote. Lo captó Ramón López desde Playa Blanca, una estela doble que iluminó el cielo nocturno. A diferencia de lo que ocurrió ayer en Gran Canaria, donde el bólido no se pudo ver debido a las espesas nubes, en esta ocasión, un cielo nocturno más o menos despejado facilitó que se captara la imagen en la que se aprecia como dos fragmentos brillantes atraviesan el cielo, uno ligeramente detrás otro.

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