El juicio contra Angelo Becciu, el cardenal italiano en el banquillo desde hace más de un año por un escándalo de corrupción, está desvelando nuevas y sorprendentes intrigas dentro del Estado católico más pequeño en el mundo. En la 37ª audiencia del proceso, la fiscalía del Vaticano ha comunicado que el sacerdote también está siendo investigado por supuesta asociación ilícita, a raíz de una nueva oscura trama que involucra al propio Papa. Otras tres personas también están siendo investigadas por el mismo caso.

La razón de ello es un rocambolesco episodio: una conversación telefónica entre Becciu y el Papa, supuestamente grabada sin el consentimiento de Francisco, y que el sacerdote realizó para probar que había sido autorizado a hacer pagos de miles de euros a través de una empresa en Londres para la liberación de misioneros secuestrados en África. Hechos por los que Becciu también está siendo investigado por parte de la justicia vaticana. 

Se trata, en concreto, de una llamada telefónica realizada el 24 de julio de 2021, pocos días después de que el Papa saliese del hospital tras una operación de colon en Roma. Por la transcripción de la conversación, publicada por algunos periodistas italianos, se entiende que Becciu pedía la ayuda del Pontífice argentino de cara al inicio del juicio en su contra, cuyo inicio estaba previsto para tres días después, el 27 de julio. 

Manos libres

Tanto es así que, de acuerdo con el fiscal vaticano Alessandro Diddi, Becciu habría realizado la llamada con el modo manos libres, y una mujer de su entorno, que estaba presente durante la conversación, la grabó. La información le ha sido entregada al Vaticano por la Guardia de Finanzas italiana, que está colaborando con las autoridades de la Santa Sede, y ha investigado diversas conversaciones de la familia Becciu, incluyendo algunos intercambios ocurridos a través de la red de mensajería de WhatsApp.

Según ha subrayado Diddi, "por la voz, se ve que el Papa se mantiene perplejo. Había salido del hospital, y se queda sorprendido con lo que escucha". "Acababa de salir del hospital y estaba cansado", ha insistido el fiscal, durante la última audiencia del caso, celebrada el jueves. El fiscal también ha dicho haber “sido autorizado por el superior a que se escuche la conversación", en clara referencia a Francisco.

Por el contrario, los abogados de la defensa de Becciu han afirmado que la conversación no desmiente que el Papa no estuviera al tanto de la operación realizada por Becciu. Aun así, el fiscal también ha informado que la Guardia de Finanzas ha investigado 927 recibos relativos a supuestas compras de pan para obras de beneficencia de una empresa del hermano de Becciu, Tonino, y ha concluido que todos eran falsos y que fueron creados poco antes que empezara el juicio.

Un Vaticano paralelo

El nuevo desenlace se añade a un proceso que ya ha sido calificado como 'juicio Manos Limpias' por la gravedad de las acusaciones contra Becciu y otra decena de personas, entre ellos varios exfuncionarios vaticanos y una mujer, Cecilia Marogna, una especie de asesora en asuntos diplomáticos. Todos culpables, según la acusación, de delitos que van desde malversación de fondos y extorsión, a fraude, y que han revelado la existencia de una especie de Vaticano paralelo.

De ahí también que, a pesar de que Becciu no haya dejado de insistir en su inocencia, el Papa ya le retiró todos sus derechos como cardenal y lo suspendió de su cargo como jefe de la Congregación de las Causas de los Santos.