La riqueza de los endemismos de Canarias vive en riesgo por la cada vez más frecuente presencia de especies invasoras que se suman a la amenaza humana contra el medio ambiente. El Gobierno español, a través del Minisetior para la Transformación Ecológica y el Reto Demográfico recoge un total de 50 especies cuya aparición en el Archipiélago está catálogada como "preocupante" por parte de la Unión Europea, entre flora, mamíferos, repitles y aves.

Si bien la dispersión de estas especies es desigual en todo el territorio canario y en algunas de las Islas su presencia se cataloga como controlada, también es cierto que algunas de ellas suponen una amenaza real para el Archipiélago puesto que no forman parte del territorio. Así resulta del catálogo de Especies Introducias en Canarias, del Gobierno regional, que controla la aparición de ejemplares introducidos en la biodiversidad isleña.

Probablemente entre las más conocidas se encuentra el rabo de gato, originaria de África y que ya es un habitual en el paisaje isleño. De hecho, son recurrentes las campañas para su erradicación sin que ninguna haya logrado el objetivo.

El riesgo, no obstante, es mayor si se tiene en cuenta que el listado ministerial recoge medio centenar de especies precupantes por su impacto en el entorno de las Islas. De ellas, tres son las aves que han sido avistadas y que, en el caso de reproducción, conllevarían un peligro para el medio ambiente canario.

Miná del Himalaya

Del orden de las passeriformes, este ave se encuentra desde el este y noreste de la India, desde el este hasta el sur de China, y desde el sur hasta el sureste de Asia hasta Palawan (Filipinas), Borneo y las Grandes Sundas, incluida la isla Enggano (Indonesia)

Existen avistamientos en Tenerife y La Gomera aunque no se puede precisar el número de ejemplares que habitan en las Islas. Su impacto en Canarias radica en que esta especie se muestra agresiva con otras especies que utilizan las cavidades para nidificar.

Suirrí bicolor

Es una ave de tamaño mediano, donde los machos son más grandes que las hembras y originario del África subsahariana, América y el sur de Asia. Según el catálogo del Gobierno de Canarias, la especie ha sido citada en varias ocasiones, desde el año 2006, dentro del Campo de Golf de San Miguel de Abona en Tenerife, y en charcas de zonas circundantese informando de su reproducción en 2014 y 2015; aunque ha cesado su presencia en 2021.

Existen referencias de daños en plantaciones de arroz en los países de su distribución nativa. El daño provocado se debe a la extracción y el pisoteo de las plántulas en busca de alimento, y es la principal preocupación de su impacto en Tenerife.

Cotorra alejandrina

Psittacula eupatria está muy extendida en el sur y sudeste de Asia, aunque  ha sido introducida a Irán, República Islámica, Qatar, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos y Japón. Aparece en el Catálogo de Especies Invasoras después de la observación de un ejemplar en libertad el 26 de enero de 1994, en los jardines de un hotel en Morro Jable, en Fuerteventura.

La cotorra alejandrina puede ser portadora y transmisora de influenza aviar, psitacosis (ornitosis, clamidiosis, y fiebre de psitácido), salmonelosis, pseudotuberculosis, tuberculosis, malaria aviar, viruela, erisipela, pasteurelosis y enfermedad de Newcastle (Runde et al., 2007), consumen y dañan árboles frutales y cultivos en maduración, como el maíz, trigo y arroz