eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La opinión del experto

¿Quién contamina?

¿Quién contamina?

Desde que homo sapiens salió de Africa no hizo otra cosa que viajar llevando en cada desplazamiento su cultura y sus microbios. De oriente llegaron las plagas que asolaron la Europa medieval y en el albor de la modernidad, llevamos enfermedad y muerte a unas civilizaciones que el mar habían mantenido aisladas. Un mundo interconectado por el trasporte de mercancías y viajeros. Y ahora, más que nunca, por el aire que respiramos.

Hasta 2023 no se hará público el informe del panel de expertos en el cambio climático de EE UU pero ya han adelantado que las perspectivas son muy malas y predice que nos afectará a todos de manera muy importante. Porque el ritmo en la adopción de medidas para paliar la elevación de la temperatura es muy lento. Estamos ya en unos niveles en los que la magnitud de las consecuencias no tienen una relación directamente proporcional con el calentamiento: pequeños incrementos pueden producir grandes cambios.

Dejar de contaminar es muy difícil porque afecta a nuestro modo de vida. Es lo que piensa el gobierno de Suiza, un país ejemplar en la forma en que maneja su moralidad calvinista. Baste recordar que aceptó la demanda del resto del mundo de crear cuentas bancarias opacas donde se ocultaba el dinero que de otra forma debería contribuir al bien común del país donde se había generado. Ahora, aprovecha la posibilidad de comerciar con los créditos de CO2. Es fácil. Reducir emisiones en algunos países no solo tiene un bajo coste, además mejora la calidad de vida. Por ejemplo, dejar de usar madera y otros combustibles altamente contaminante como medio para calentar. Eso es lo que propone desde hace años la ONU y otros organismos internacionales habilitando ayudas para la sustitución de esas estufas por otras menos contaminantes. Lo que hace Suiza es comprar estufas a cambio de que ese país les ceda sus créditos de CO2, los que obtienen por esa reducción de emisiones. De esa manera pueden seguir con su fábricas y otras fuentes de contaminación sin introducir cambios que sean traumáticos y a la vez cumplir, nominalmente, su objetivo de reducir a la mitad la emisión de gases de efecto invernadero en 2030. Simplemente porque los créditos comprados se restan de lo emitido. Una estrategia que seguirán otros países ricos. Cuando precisamente los países pobres están denunciando a los ricos por ser los que han llevado la atmósfera a la situación actual. Y es en los pobres donde la fragilidad para la vida del ser humano en la tierra es más acusada. Sin duda, otras especies se aprovecharán del cambio y la vida en este planeta continuará. Pero nosotros lo pasaremos muy mal.

¿ Quién contamina? Esa es la pregunta que trata de responder Climate Trace, una ONG promovida por Al Gore cuyos datos están disponibles en la red. Se arrojan al cielo 394.000 millones de toneladas al año de CO2 equivalente, una medida que incluye todos los gases de efecto invernadero). La que más contamina es una planta de petróleo y gas en Tejas, Premian Tx, 208 millones de toneladas. La sigue una rusa, Urengoyskoye, 150 millones. Las 14 primeras son todas de producción de petróleo y gas, hay 5 americanas, 4 rusas, 2 iraquís, una china y una de Arabia Saudita. La decimoquinta es una acería china: 43 millones de toneladas. La instalación más contaminante de España es Arcelor Mittal de Avilés, con 4,2 millones de toneladas. Si a ella se le suma la de Gijón, pone a Asturias en cabeza, un punto negro en el mapa.

El trasporte por carretera produce 41.000 millones de toneladas de CO2e. La ciudad más contaminante es Los Angeles, 36 millones de toneladas, le siguen Nueva York y Dallas. La cuarta es Guangzhou. Entre las 10 primeras hay 7 americanas y otras dos asiáticas, Tokio y Osaka. Madrid es la segunda fuente de CO2e en España y la tercera su aeropuerto, Barcelona es la octava. Emite el 80% menos de gases de efecto invernadero que Madrid y tiene el 40% menos población. Parece que Madrid se está enfrentando peor a este problema. Las otros 6 grandes contaminadores son refinerías, 3 de Repsol y 3 de Cepsa. En la duodécima aparece una planta de cemento, Cemex en Alicante, actividad que se repite 5 veces hasta llegar a la vigésima. La cementera más importante asturiana, Tudela Veguín, ocupa el puesto 26 y es la 3º fuente de contaminación de Asturias tras las acerías.

Este es resumidamente el perfil mundial, español y asturiano. De una forma global el sector más contaminante es la producción de electricidad, 26%, le sigue la fabricación, cemento, acero etc, 17%, en tercer lugar, el manejo de petróleo y gas, 16% ; el trasporte, por tierra, mar o aire supone el 14% y la agricultura nada menos que el 10%.

El desafío al que nos enfrentamos los que ahora ocupamos la tierra es enorme, tan grande que de momento nos está venciendo. Da la impresión de que las catástrofes naturales, la guerra y la pandemia, están produciendo un cambio de actitud en los ciudadanos y gobernantes. Pero aún hay mucha oposición, incredulidad e intereses creados.

Compartir el artículo

stats