Es tiempo de estrategia, de ahorro y de eficiencia. La situación política y energética internacional está dando una vuelta de tuerca y forzando la implementación de nuevas ideas e iniciativas, a la par que se hace necesario aprovechar y valorar las infraestructuras disponibles para impulsar energías más limpias y sostenibles. 

El último informe de Ready4H2, la iniciativa lanzada por 90 distribuidoras europeas en 17 países, pone de manifiesto cómo las redes de distribución de gas añadirían un valor significativo al futuro de Europa, haciendo posible la consecución de los ambiciosos objetivos climáticos del paquete Fit-for-55, que busca rebajar un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero. El documento demuestra cómo en un escenario futuro de descarbonización que incluya volúmenes significativos de hidrógeno y biometano, la inversión en una infraestructura combinada de electricidad y gas es capaz de reducir en 41.000 millones de euros las inversiones anuales de 2031 a 2050 en infraestructura energética.

Esto es de suma importancia si consideramos que la debilidad del sistema eléctrico europeo es la vulnerabilidad frente a patrones climáticos inestables, dependientes de energía renovable, como la solar y la eólica. Para garantizar el suministro continuo de energía se necesita una capacidad de almacenamiento duradera y de acción rápida a gran escala. La infraestructura de gas tiene aquí un papel fundamental para proveer almacenamiento y garantizar un suministro de energía seguro y fiable.

Redes de distribución del gas Fuente: Enagás

España dispone de una de las mejores redes de distribución de gas de Europa que permite hacer llegar hoy de forma segura y eficiente el suministro energético de gas natural y también la distribución de biometano, así como de hidrógeno en el futuro. Es una historia de éxito con más de un siglo de historia que ha impulsado la competitividad industrial del país y, a su vez, un gran activo de futuro para avanzar en la transición energética de la mano, precisamente, de esos gases renovables. 

El biometano como estrategia

El gas natural es clave en la transición energética global por su contribución a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al desplazar otras energías más contaminantes. 

La producción de biometano y, a medio plazo, de hidrógeno para su posterior inyección en las redes de distribución es el camino para lograr avanzar en la descarbonización de la economía y, a la vez poner en valor las infraestructuras de gas natural ya construidas. 

España cuenta con casi 100.000 kilómetros de red de gas en las que se han realizado importantes inversiones durante los últimos años, lo que las ha convertido en una de las infraestructuras gasistas punteras del mundo. Esta infraestructura cuenta con una elevada capacidad de almacenamiento, extensión y capilaridad, por lo que es el medio adecuado para transportar elevadas cantidades de energía allí donde se consumen, contribuir a la seguridad de suministro y solucionar el problema del almacenamiento de la producción intermitente de otras energías renovables.

Redes preparadas para la revolución del hidrógeno

La red de distribución es además una de las más modernas y técnicamente más avanzadas de Europa. Una gran parte de ella está hecha de polietileno, un material que permite vehicular hidrógeno, esa energía que va a jugar un papel clave en la descarbonización energética. Hay que recordar que nuestro país está bien preparado para producirlo a un coste competitivo y exportarlo a otros países de la Unión Europea. El potencial de producción de hidrógeno verde es de 1.750 TWh/año, que equivale a 5 veces el consumo actual de gas natural en España (350 TWh/año). Pero el sistema energético necesita afrontar la clave de su almacenamiento y es aquí donde las redes de gas natural pueden aportar la solución para almacenarlo y distribuirlo.

¿Qué es el biometano?


  1. El biometano es un gas renovable, que se obtiene a partir del tratamiento de residuos. Se obtiene mediante el enriquecimiento o upgrading del biogás generado en un proceso natural de descomposición de la materia orgánica.
  2. Los usos son los mismos que el gas natural, ya que se trata de la misma molécula. Su empleo se centra en las siguientes actividades:
  • La propulsión de vehículos de gas natural comprimido (GNC) y Gas Natural Licuado (GNL).
  • La generación de electricidad en centrales térmicas de ciclo combinado.
  • La producción de calor o generación de vapor en industrias y edificios.

Así se obtiene el biometano

Así se obtiene el biometano. Elaboración propia.

Impulso a la economía circular

El hidrógeno verde o el gas sintético, que se obtienen a partir de excedentes de energía renovable, y el biometano, procedente de desechos orgánicos ganaderos, agrícolas o industriales, o de vertederos y plantas de aguas residuales, impulsan la economía circular y contribuyen a la descarbonización de la economía al ser neutros en emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal gas causante del calentamiento global.

Planta de biometano, vertedero Elena

El mayor exponente del gas renovable es el biometano, una energía renovable que una vez inyectada en la red de gas puede utilizarse en los usos finales habituales (cocina, calefacción, agua caliente, procesos industriales, transporte, etc.), aporta múltiples ventajas y reduce las emisiones no energéticas responsables de más del 24% del total de gases de efecto invernadero de España, contribuyendo también a reducir la dependencia energética.

España no puede perder esta oportunidad dado que es el tercer país europeo con mayor potencial de producción de biometano, según el informe de la Comisión Europea ‘Impact of the use of the biomethane and hydrogen potential on trans-European infrastructure’, de abril del 2020. Según este mismo documento, tenemos un potencial de biometano superior a 120 TWh/año, que representa más de un 40% del consumo de gas natural de uso directo en nuestro país.

En este escenario favorable Nedgia, la distribuidora de gas del grupo Naturgy, y otras empresas del sector ponen a disposición una red de gas natural capaz de impulsar la transición energética y vehicular del biometano e hidrógeno, y trabaja para impulsar su crecimiento, reducir las emisiones y mejorar la eficiencia energética. En el primer caso, por ejemplo, la compañía tiene en cartera más de 70 iniciativas en estudio que podrían alcanzar los 3.200 GWh/año.

La primera inyección de biometano a la red en España se produjo en 2019 y la previsión es que, en 2050, todo el gas que circule sea renovable.

Destacar que la infraestructura gasista de la compañía es capaz de resistir a fenómenos atmosféricos extremos cada vez más habituales. Este aspecto es fundamental para garantizar un suministro energético continuo que no se interponga en el funcionamiento diario de las empresas y equipamientos municipales, así como de las viviendas de los ciudadanos.