Un eclipse total de luna no es tan frecuente ni está al alcance de toda la población. La propia situación del planeta dentro de su órbita limita las opciones de una determinada localización pueda disfrutar de este espectáculo astronómico. Canarias, acostumbrada a maravillarse por el cielo, esta vez no tuvo suerte y se tiene que conformar con ver el eclipse de la pasada madrugada a través de fotos. Lo malo: no habrá otro evento igual hasta 2025.

El de esta madrugada fue visible desde parte de Norteamérica, el Pacífico, Australia y el este de Asia. En total, el eclipse desde el comienzo hasta el final, duró unas tres horas y cuarenta minutos.

Los eclipses lunares totales se producen cuando la Tierra proyecta una sombra completa sobre la Luna, algo que según la agencia espacial ocurre una vez cada 1,5 años en promedio. En estos casos, la Luna y el Sol quedan en lados opuestos de la Tierra.

Antecendete

La última vez que Canarias pudo observar un fenómeno similar fue el pasado mes de mayo, durante la madrugada del día 16, cuando las Islas amanecieron con la luna totalmente eclipasada.

Como es habitual en este tipo de maravillas para la observación del cielo, el eclipse de luna fue retransmitido en directo por parte del equipo de divulgación del Instituto de Astrofísica de Canarias, a través del programa proyecto europeo Interreg EELabs y con la colaboración del área de turismo del Cabildo Insular de La Palma y la Sociedad de Promoción y Desarrollo de la isla de La Palma (Sodepal), a través del Programa de Promoción de AstroTurismo.

Luna de sangre

Mientras sucede el eclipse total, la Luna adquiere un tono rojizo por la "refracción, filtración y dispersión de la luz por parte de la atmósfera terrestre", dice la NASA.

La dispersión es el mismo fenómeno que ocurre en los amaneceres y atardeceres. Lo que sucede es que la luz solar choca con los gases de la atmósfera terrestre y ahí la luz azul se filtra, porque tiene una menor longitud de onda, pero la roja no se dispersa porque su longitud de onda es mayor. "Parte de esa luz roja se refracta al atravesar la atmósfera terrestre y acaba brillando sobre la Luna (...). El grado de enrojecimiento de una Luna totalmente eclipsada puede verse influido por las condiciones atmosféricas resultantes de erupciones volcánicas, incendios y tormentas de polvo", dice la agencia.