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Violencia en el hogar

¿Qué lleva a una madre a matar a su hijo?

El parricidio de Gijón ha puesto el foco en este tipo de homicidios cuyo patrón son mujeres con graves problemas de salud mental

Olivia, la niña asesinada por su madre en Gijón, en una fotografía junto a su padre.

Hay padres que matan a sus hijos e hijas. Y madres que hacen lo mismo. Sin embargo, ni la motivación, ni el objetivo, ni el contexto son los mismos. Ambos son filicidios (progenitores que acaban con la vida de sus vástagos), pero son violencias diferentes.

De entrada, casi el 70% de este tipo de homicidios los cometen hombres. Según la investigación forense, el patrón más común entre varones es la llamada violencia vicaria: es decir, dañar a los hijos para vengarse de la madre, a la que dejan con vida pero con un dolor insoportable. En el caso de las mujeres, explican los médicos y psicólogos forenses consultados, tras el parricidio no suele haber un móvil de venganza hacia la pareja o expareja, sino problemas avanzados de salud mental.

El caso de Gijón

La investigación abierta acabará de esclarecer los hechos tras el asesinato de Olivia, la niña de 6 años que fue hallada muerta en Gijón la semana pasada en la cama junto a su madre, que se encontraba semiinconsciente tras ingerir tranquilizantes. De momento, la mujer, Noemí, de 48 años, está acusada de asesinar a la niña suministrándole una gran dosis de psicofármacos de los que ella consumía. Según ha trascendido, acababa de perder la custodia de la niña, en favor de su padre, del que se había divorciado en 2019 y con el que había mantenido un largo litigio judicial, con denuncias cruzadas. El padre fue condenado por haber golpeado y zarandeado a su mujer. En el hospital, tras su ingreso, Noemí aseguró que la niña estaría con ella o con nadie, mejor muerta que "con un maltratador".

En el caso de los hombres, sin embargo, la violencia hacia sus hijos está ubicada habitualmente en un entorno de agresiones hacia su mujer. Hay coacciones, maltrato y agresiones previas que se pueden conocer o no más allá de las paredes del hogar. El objetivo del filicida es hacer un daño extremo e inasumible a su pareja o expareja. En estos casos, "el hombre no admite que la mujer se quiera separar, no consiente el uso que hace ella de su libertad", explica Miguel Lorente, médico forense, profesor de Medicina Legal en la Universidad de Granada y experto en violencia machista.

“El hombre que ejerce la violencia vicaria no admite que la mujer se quiera separar. No consiente el uso que hace ella de su libertad”

Miguel Lorente - Médico forense

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Es el caso, por ejemplo, de José Bretón, que en 2011 mató a sus dos hijos, Ruth (6 años) y José (2), en Córdoba. Lo hizo para hacer daño a su mujer. Se obsesionó con ella y con la falsa idea de que tenía un amante. No toleraba la separación. En 2021, Tomás Gimeno, el padre de las niñas Anna y Olivia, advirtió a su exmujer antes de desaparecer: "No las vas a volver a ver". El hombre, efectivamente, secuestró a sus hijas, las asesinó y las tiró al mar. Lo hizo para infligir a su exmujer el mayor dolor posible.

Más padres que madres

Las sentencias judiciales por homicidios enmarcados en casos de violencia entre parejas o exparejas recopiladas por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) desde 2011 a 2020 dejan claro que 41 niños y niñas han sido asesinados en ese periodo de tiempo por 38 personas. De esas 38 personas, el 68% eran los padres o los padrastros. Y el 26%, las madres (no hay ningún caso de madrastra). En el 5,3% de los casos, había sido la madre y el padre de forma conjunta.

Lorente destaca que, en el caso de las madres parricidas, no se registra violencia previa de la mujer hacia el hombre. En 2015, por ejemplo, una parricida resultó absuelta por enajenación mental. Y en 2014, otra vio reducida su pena por un atenuante de discapacidad psíquica. En otros cuatro casos, la homicida era una mujer que acababa de dar a luz en situación de soledad. Los datos invitan a concluir que, en el 70% de los casos, la mujer tenía diagnosticada una alteración psicológica o psiquiátrica.

Acceso a psicofármacos

La forma de matar es también diferente. Las sentencias recopiladas por el CGPJ revelan que los hombres matan de forma más violenta. De hecho, en la violencia machista contra la mujer (no contra los hijos), la media de puñaladas que da el hombre es de 22, y la media de golpes, 20. 

Las parricidas, por su lado, suelen tener acceso a psicofármacos (recetados para ellas por un médico, lo cual revela los problemas de salud mental que sufren) que utilizan para acabar con la vida de sus hijos. 

“Nunca he visto un caso de una mujer que haya asesinado a sus hijos para decirle a su expareja y padre de los niños: ahora te vas a enterar. Sin embargo, los parricidas sí lo hacen con ese objetivo”

Sonia Vaccaro - Psicóloga clínica y forense

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Lorente critica que los grupos políticos del abanico de la derecha y la ultraderecha intentan confundir a la población negando la existencia de la violencia machista, un problema mayúsculo que cada año sesga la vida de unas 60 mujeres en España. "La violencia es violencia. Hay hombres que matan y mujeres que matan. Las mujeres no son seres idílicos y los hombre no son unos seres perversos y diabólicos. Pero no podemos mezclar ambos tipos de violencias", explica.

Distintas violencias

"Si queremos ser eficaces en la prevención del homicidio y el asesinato de niños y niñas tenemos que distinguir violencia vicaria y lo que no es violencia vicaria", subraya. El especialista asegura que para luchar contra cualquier tipo de violencia hay que saber definirla. "La violencia homófoba es diferente de la violencia racista. Las dos son violencias, pero se combaten de manera diferente", concluye.

Sonia Vaccaro, psicóloga clínica y forense, corrobora que la violencia vicaria es violencia de género en la que el hombre intenta hacer el máximo daño posible a la mujer, matando a los propios hijos en los casos más extremos. Por lo tanto, el reciente caso de Oviedo no se puede definir como violencia vicaria. Es un presunto filicidio, sí. Pero no violencia vicaria. "Nunca he visto un caso de una mujer que haya asesinado a sus hijos para decirle a su expareja y padre de los niños: 'Ahora te vas a enterar'. Sin embargo, los parricidas sí lo hacen con ese objetivo. Eso es, al menos, lo que admiten públicamente", concluye la experta.

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