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Prostitución

¿Por qué lo llaman compañía cuando quieren decir sexo?

Las trabajadoras sexuales ofrecen en internet acompañamiento y masajes para sortear la prohibición de la publicidad de la prostitución

Protesta de prostitutas ante la sede del PSOE en Madrid, el pasado verano. RICARDO RUBIO

La publicidad de la prostitución se adapta pero no desaparece. Pasado un mes de la entrada en vigor de su ilegalización en España –la modificación legal entró en vigor el 7 de octubre–, algunos portales web de anuncios de contactos los han eliminado y otros sortean el veto ofreciendo servicios de “masajes y/o compañía”, evitando las alusiones a servicios sexuales y las fotos de desnudos. Muchas de las mujeres que antes publicitaban de forma explícita servicios sexuales continúan en el ciberespacio, aunque de forma más discreta.

“Irina, joven y simpática, ven a conocerme”, reza uno de los miles de anuncios adaptados a la nueva situación, en el que hemos cambiado el nombre. “Me gusta mucho confraternizar y hacer nuevos conocidos”. “Disfruto mucho con los paseos, conociendo cada rincón de esta mágica ciudad”. “Basta con estar en buena compañía y quedar para tomar algo en un café cualquiera, dejando que la conversación fluya. Atiendo todo los días de 10 a 23 horas con cita previa”, concluye el anuncio, que parecería totalmente inocente en otro contexto.

A partir del pasado 7 de octubre, la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual prohíbe en España la publicidad de prostitución. En mayo pasado, el Congreso incluyó en el texto de la llamada “ley del sí es sí” una enmienda para ilegalizarla. “Se considerará ilícita la publicidad que utilice estereotipos de género que fomenten o normalicen las violencias sexuales contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes, así como las que supongan promoción de la prostitución”, indicaba el dictamen de la ley, aprobada el 25 de agosto.

La enmienda fue presentada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y modifica la Ley General General de Publicidad (34/1988, del 11 de noviembre). El partido independentista lo justificó porque en la publicidad de la prostitución, según el texto de la enmienda, “se incita a la cosificación y sexualización de la mujer, o se ofrece esta como un producto y/o mercancía para el consumidor, en su inmensa mayoría, masculino y/o hombre heterosexual cisgénero”.

Como respuesta, los gestores de las webs de anuncios de la prostitución publicaron un manifiesto con el colectivo Afectados Abolición, contraria a la abolición de la prostitución. Sostienen que internet es “un medio discreto y ausente de estigma” para quienes ejercen la prostitución, y que “la necesidad de dejar un rastro telefónico en el contacto inicial supone, además, una protección frente a las agresiones y delitos que la interacción callejera no proporciona”.

Esa es una de las reivindicaciones de las trabajadoras sexuales, que en junio se manifestaron frente a la sede central del PSOE en la calle Ferraz de Madrid: “Nos vais a dejar en la puta calle”, rezaba una de las pancartas, un juego de palabras que alude al hecho de que la abolición las dejaría sin trabajo o –ante la imposibilidad de publicitar sus servicios de otra forma– las abocaría a ejercer en las calles.

En su manifiesto, los portales web del sector se declaran dispuestos a "colaborar en el análisis del fenómeno del trabajo sexual en España para impulsar las medidas que las autoridades estimen oportuno, pero desde una óptica basada en datos y un estudio que nos consta que no se ha hecho de manera previa". Uno de los argumentos de los contrarios a abolir la prostitución es que un porcentaje elevado de mujeres, y también hombres, la ejercen libremente, y que el dato de que la inmensa mayoría son víctimas de trata, un delito que quieren contribuir a combatir, no corresponde a ningún estudio. "Hemos colaborado plenamente con las autoridades policiales cuando hemos sido requeridos para alguna investigación", esgrimen.

Algunas páginas de anuncios sexuales han desaparecido. Es el caso de las que albergaba Pasion.com, portal de anuncios clasificados de todo tipo que ha eliminado la sección de contactos; no solo los profesionales, sino todos aquellos que podían involucrar una relación sexual, como los de las parejas liberales.

Otras páginas han hecho suyo el lema “renovarse o morir” y exigen que las anunciantes ofrezcan solamente compañía y/o masajes. Siguen en línea gran parte de las mujeres de antes de la prohibición –de origen latinoamericano en su mayoría–, y muestran fotos sugerentes, pero evitan los desnudos y las alusiones explícitas. Así, donde antes ofertaban todo tipo de servicios sexuales, ahora solo se alude a masajes y a compañía.

En uno de estos portales se matiza ahora que ofrecen servicios de “escorts” –palabra que deriva del inglés scort, acompañante o escolta–. “Una persona escort es alguien que ofrece su compañía a cambio de dinero –explican–. La contratación de dicho servicio puede incluir o no sexo”.

Este portal asegura que informan a todas las anunciantes que está prohibida por ley la publicidad que promueva la prostitución, por lo que “en ningún caso pueden ofrecer sexo en su servicio de compañía como escorts o masajistas”. Los gerentes de esta web no se hacen responsables, añaden, “si alguna de las anunciantes realiza cualquier acto sexual con un/a cliente, pues bajo ningún concepto dejamos que incluyan ningún servicio sexual en sus respectivos anuncios. De esta forma respetamos la ley”, argumentan.

Respecto a las fotografías que cuelgan las mujeres, a menudo en lencería y en actitud sugerente, afirman que no pueden valorar si “son poses vejatorias o no”, ya que “la pose vejatoria está más en la mente de quien la mira que de la pose en sí misma, pues es algo totalmente subjetivo”.

Si la prostitución en España se ha movido siempre en la alegalidad y la ambigüedad, el nuevo marco legal no parece haber resuelto esa situación.

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