Morad está sereno, triste y, a estas horas, a centenares de kilómetros de La Florida (L'Hospitalet de Llobregat), barrio en el que ha crecido. Ahora, una jueza le ha prohibido pisar parte de él. El rapero fue puesto libertad este jueves después de ser detenido el miércoles por supuestamente inducir a unos desórdenes públicos ocurridos la zona de los Blocs de La Florida el pasado 20 de octubre. EL PERIÓDICO, del grupo Prensa Ibérica, habla con el artista de L'Hospitalet horas después de ser 'desterrado'.

-¿Cómo está?

-Bastante triste, la verdad. Me han quitado medio corazón, me han quitado las ganas de hacer música, me han quitado las ganas de todo.

-¿Qué pasó la noche del 20 de octubre?

-Hacía mucho tiempo que no iba a la plazoleta de los bloques, y ese día fui a saludar a los niños. Los saludé, estuvo con ellos un rato, nos reímos y, al rato, apareció un dispositivo de seis coches. Todo el mundo se fue corriendo y yo me quedé quieto porque no tengo nada que esconder. Me identificaron solo a mí, y pregunté por qué. Les dije: ‘a mí ya me conocéis, ya sabéis quién soy’. Las maneras de actuar de los agentes eran muy chulescas y empezamos a discutir. A los segundos me vi rodeado de 16 agentes. Y, entre tanto, la gente se empezó a amontonar y protestaron porque no gustó que me identificaran. Y me fui. Después hubo altercados pero yo no estaba, ni incité a nadie, ni tengo porque incitar a nadie. Altercados ha habido toda la vida en ese barrio cada vez que pasa algo. Yo no soy el culpable de los altercados que pasen.

-La policía dice que usted comentó a los agentes que pagaría “mil euros” a los que quemasen contenedores. 

-Lo único que dije es que si seguían intentando intimidarme a la gente no le iba a gustar. Porque si ven a un chico que ha salido de los problemas, que ha triunfado en la música, que le va bien, que cuida al barrio, que tiene a los niños contentos… Y ven que lo están maltratando piensan: ‘porque voy a cambiar yo si el Morad ha cambiado y no le sirve de nada’. Y la gente se altera, igual que pasa en cualquier barrio.

-¿Es usted un líder en La Florida?

-Eso lo ha creado los medios de comunicación. No soy un líder. Tengo muchos amigos que no son cantantes pero son mucho más que yo. No por ser cantante tengo que ser el jefe de nadie. Son personas que se buscan su trabajo, trabajan. Mi situación es más fácil y no soy el líder de nadie. Yo no puedo decir a mi barrio ‘parad’, no me van a hacer caso. La gente lo piensa porque he llegado lejos en la música, pero la gente llega a decir que la delincuencia es porque el Morad canta. 

-¿Ha cambiado su barrio?

-Cuando era más pequeño había mucha más delincuencia en los niños que ahora. Ahora, la mitad de los niños juegan al fútbol y, la otra mitad, intentan ser cantantes. Hace años no era así. Nosotros no teníamos un Morad que nos pagase el fútbol. Soy un chaval normal. 

-Entonces, ¿cree que es un ejemplo que ayuda?

-Mi ejemplo ha ayudado a todo el país, no solo a mi barrio. Puedes preguntar a los jefes de las discográficas y te van a decir que he abierto un camino para que los chavales canten de sus vivencias y les vaya bien en la música. 

-¿Cómo toma la medida que le prohíbe entrar en los Blocs de la Florida?

-Me duele, y nunca me han dolido las cosas que me han ido pasando. Soy un chaval joven que quiere ser feliz y estoy disfrutando el momento. Pero es algo que me ha dolido. Seguramente, algún policía se pondrá contento cuando lea esto. Pero a mí me duele mucho. No es que me quiten del barrio, es que han quitado a la Florida de mí. No puedo pisar la Florida cuando he conseguido que Adidas vista a todos los equipos de La Florida CF. Y ahora no puedo ni ir a ver un partido de los niños. 

-¿Cuánto tiempo ha llegado a estar sin pisar su barrio?

-Cinco días. Pero porque he tenido cinco conciertos seguidos. Cuando tengo libre vuelvo al barrio. Hay muchas cosas que no las digo para no parecer arrogante. Pero muchos días he ido a ayudar a familias porque le tengo aprecio y no me olvido de nadie. 

-¿Se considera un buen embajador?

-No, yo no soy un buen embajador del barrio. Hay muy buenas personas en el barrio, trabajadores, que podrían ser buenos embajadores del barrio. Gente que lucha por su familia, que se despierta a las 6 de la mañana, que son mucho más ejemplo que yo. Yo aún soy un niño. Las personas que me critican con 40 años… Tendrían que verse jóvenes ellos también, si eran así de maduros de jóvenes. Yo sé que me queda mucho por madurar, por aprender. Hago cosas que seguro que no estarán bien, pero no para tratarme como un narcotraficante y no poder entrar a mi barrio. Soy el primero que paga impuestos y al que no le gusta que se quemen contenedores.

-Dice que es todavía un niño. Con todo lo que le ha pasado en la música, ¿le ha dado tiempo a madurar?

-Yo no aprecio lo que soy, pero por el simple hecho de que vivo normal, no me gusta vivir en una película. Me gusta bajar a hacer un café, ir al barrio, saludar a los de siempre. Lo mío es fácil: los problemas siempre me los dan a mí. No me gusta estar fuera, no me gusta viajar, me gusta estar aquí, mi música sale de aquí, mis vídeos salen de aquí y en ell

-Algunos vecinos le señalan a usted como generador de alboroto en la plaza. ¿Qué les diría?

-Que ahora me he ido. Que ya está, ya no puedo entrar más. Yo no puedo parar nada, yo no tengo nada que ver. 

-¿Por qué se fue a vivir fuera?

-Me he criado en los bloques pero nunca he vivido en los bloques. Es mi barrio porque he parado ahí, aunque vivía a unas calles.

-¿Y no se plantea ir a vivir lejos, en el extranjero?

 -No, nunca, nunca. Esto se acabará algún día y volveré. No entraré, en la vida se me ocurriría entrar con esta medida, porque entoces les daría el gusto de los agentes que quieren verme preso. Yo errores no los cometo, intento demostrar mi verdad. 

-¿Pero no está harto de los encontronazos con la policía? 

-Soy una persona que no se dedica a delinquir, trabajo y encima ayudo al barrio. Si veo alguna cosa con mis ojos que no me gusta lo voy a parar. Si veo un chaval que le roba a una señora, lo voy a parar. Mis valores me han enseñado a eso. Pedirme la documentación es lo más normal del mundo, pero que me la pidan sin faltas de respeto, sin malos tratos. 

-¿Qué piensa de la gente que le considera un delincuente?

Es la gente que no me escucha. Mis fans te van a decir: ‘¿delincuente? Si Morad gana mucho dinero con la música’. Delincuencia le llamaría a muchas otras cosas. Si piensan eso es porque no les gusto o no les gusta mi música. Si me sigues un mes ya ves que yo no voy haciendo el tonto. 

-¿Tiene miedo a acabar preso?

-No puedo tener miedo a algo que yo no hago. Si yo no hago nada malo, ¿por qué tengo que tener miedo a que me encierren? Miedo tendría si fuera un ladrón y tuviese miedo a que me cojan. Pero, ¿yo? ¿Qué es lo que hago para acabar en la cárcel? ¿Cantar? ¿Bajar a mi barrio? ¿Sentarme con los niños? No puedo tener miedo a algo que no hago. 

-¿Considera que ha contribuido a calmar el barrio? 

-De esto se tiene que ocupar una señora que se llama Núria Marín, la alcaldesa. Nunca ha apoyado nuestro proyecto. Nunca se ha sentado conmigo para intentar hacer algo por el barrio. Todo lo que hago por el barrio lo hago yo por mi cuenta. No se lo puede pedir permisos al ayuntamiento porque van en contra mía. Y todo porque puse en Instagram que la habían acusado de corrupción. Lo puse porque me sentí ofendido como ciudadano de L’Hospitalet. Pero yo no soy el alcalde.

-¿Le hubiera gustado que se sentaran con usted? 

-Claro, no tendríamos ningún problema. Nos podrían ayudar a hacer cosas por el barrio. 

-Entonces, ¿lo ve posible ahora?

-No, no soy hipócrita. Por suerte ahora si sale un proyecto tengo dinero para hacerlo.