Rafael Rebolo (Cartagena, 1961) es director del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) desde agosto de 2013. Considera que era «necesario» impulsar una Agencia Espacial Española –iniciativa del Gobierno estatal en la que ha abierto un proceso para elegir sede– , como la que ya existe en otros países europeos. Subraya que «Tenerife tiene todos los argumentos necesarios para acogerla». El organismo que encabeza está dispuesto a aportar talento, investigación y conocimiento para que sea la candidatura ganadora, aunque advierte que «la competencia será dura». También apuesta por la posibilidad de albergar la Agencia de Supervisión de la Inteligencia Artificial (IA), otra idea del Ejecutivo de España con el mismo sistema de elección. Glosa los proyectos del IAC que incluyen el desarrollo de los algoritmos propios de la disciplina que intenta replicar la inteligencia del ser humano y sus procesos implícitos a través de las computadoras.
Rafael Rebolo desgrana las fortalezas de la Isla para optar a acoger los nuevos entes nacionales. Entiende que «las posee de sobra», como Canarias, en general, para ser «una magnífica sede, con condiciones excepcionales, de la Agencia Espacial Española». Entre ellas, el hecho de que Tenerife acoja al Instituto que él dirige desde hace más de nueve años.
Coloca en el fiel positivo de la balanza la universidad pública –también las privadas– o las instituciones, entre ellas el propio IAC, que concentran capacidades tecnológicas potencialmente de interés para atraer a empresas de investigación, desarrollo e innovación. Resume: «Un ecosistema valioso para facilitar a cualquier agencia un desarrollo próspero».
Recuerda el científico que lo primero es cumplir los requisitos solicitados. Entre ellos, «ofertar un espacio físico construido». Considera que «solos no podemos responder a esas demandas, pero aquí hay entidades con capacidad para afrontarlas». Entiende en este sentido que «debe ser una propuesta consensuada, apoyada y tutelada por el Gobierno de Canarias». Subraya que «Tenerife reúne condiciones y con toda modestia digo que en algo hemos contribuido desde aquí». Adelanta que podrá comprobarse de nuevo «pronto porque en menos de un mes seremos anfitriones de una reunión con la Agencia Espacial Europea para celebrar los 25 años de cooperación».
Insiste Rebolo en que «el Gobierno de Canarias debe impulsar de manera coordinada esta candidatura». Sabe que Gran Canaria también opta a sede de la Agencia Espacial Española y resalta los valores del IAC a la hora de participar en proyectos espaciales.
Incide el director del Astrofísico en que «sabemos desarrollar tecnologías para el espacio como hemos hecho desde hace casi treinta años con la participación en múltiples proyectos de la Agencia Espacial Europea, pero no únicamente con ella». Ofrece el ejemplo de la iniciativa más reciente en la que «el líder es la Agencia de Japón». Acaba de finalizar otra en la que la Nasa estadounidense ejerce el impulso motriz sobre globos estratosféricos para estudiar el sol.
Programa propio
El IAC tiene, ademas de su participación en grandes misiones espaciales en el ámbito de la astrofísica, la ciencia del universo, «su propio programa de desarrollo de nanosatélites y microsatélites». Añade que «nuestras contribuciones están hay a lo largo de tres décadas». Pero es que también «hemos puesto en órbita, con el lanzador Space-X, nuestra primera cámara infrarroja, Drago, realizada íntegramente aquí en Tenerife».
«Este ecosistema es capaz de facilitar un desarrollo próspero a cualquier agencia»
En enero está previsto que se lance Drago II. Mejorará las prestaciones en la observación de la Tierra con capacidades superiores a la primera. Y el año que viene podría estar en órbita un pequeño nanosatélite que incluye opciones de comunicación óptica.
Valora: «Que yo sepa, desde España no se ha lanzado nunca al espacio una cámara infrarroja ni ningún nanosatélite». Todo esto lo lleva a concluir que «desde aquí se desarrollan tecnologías avanzadas en materia de espacio».
Una de las joyas de la corona es el desarrollo de «nuestro pequeño telescopio observatorio». La Agencia Europea los crea a gran escala pero, asegura Rebolo, «hay un nicho para otros dispositivos de menores dimensiones y más modestos. En eso queremos estar y diseñamos el programa, el IACSAT, con el paraguas del Gobierno de España».
El director del IAC defiende la idea de crear una Agencia Espacial Española como «necesaria». Cree clave concentrar la materia referida al espacio como algo «beneficioso en cuanto a la eficiencia a todos los niveles: de decisiones, participación, imagen...» Detalla que «si existen en Francia, Italia, el Reino Unido o Alemania, también en España». Siempre con la Agencia Europea, «una magnífica institución», dedicada «a los grandes proyectos, los que no podemos hacer como países». Destaca que «bien organizada cumplirá un papel importante en el futuro de los desarrollos tecnológicos y espero que en los científicos para el espacio».
«Estamos en pleno proceso hacia nuestro pequeño telescopio observatorio»
Conoce la gran competencia que existe para acoger la sede y le parece bien. Primero por la intención de «descentralizar en un país diverso como España». Reflexiona: «Bienvenidas sean las respuestas que cada comunidad autónoma pueda ofrecer en cuanto a las mejores posibilidades y argumentos para dar un servicio estatal. Y que gane la mejor». Incide en que «Canarias y Tenerife tienen muy buenos argumentos».
Atisba una decisión «complicada y le toca a mi ministerio –Ciencia e Innovación– decidir». Asegura que «en la medida de lo posible y si tengo alguna oportunidad, intentaré ayudar a la candidatura».
Rebolo se manifiesta también respecto a la opción de ser la sede de la Agencia de Supervisión de la Inteligencia Artificial que, aclara, el IAC ya utiliza y aplica en sus proyectos. Por ejemplo, en la robotización. Al respecto añade que «ya tenemos científicos que trabajan en sistemas de inteligencia artificial aplicados a la clasificación de miles de millones de datos». Como en el programa Euclídes. Menciona con cierto orgullo el nombre de Marc Huerta, un joven científico que desarrolla su investigación en este ámbito. Líder europeo en este programa de utilización de la Inteligencia Artificial para un satélite».
También hay aplicación de la Inteligencia Artificial en materia de robotización, de organización y planificaciones. Por ejemplo, en el nuevo telescopio robótico que el IAC intenta desarrollar junto a la Universidad de Liverpool con la que colabora hace años. Será el más grande de su clase en el mundo. Ahora lo tienen allí con el de 2 metros «y nuestra idea es hacer uno más grande» valora Rebolo.
«Bienvenidas sean todas las propuestas en pro de descentralizar y que gane la mejor»
Reconoce el director que «podríamos hacer más de lo que hacemos respecto a estas nuevas ideas». Hay un camino pero no se ha andado lo suficiente y «hay que ser modesto en este sentido». Aclara que «intentamos ser referencia» y recuerda: «Hace décadas que iniciamos el camino del trabajo en las redes neuronales, se paró y hay que retomarlo».
El director del IAC señala que «nuestro instituto recibe un presupuesto anual del Parlamento de Canarias y el Congreso en Madrid pero siempre buscamos más financiación con todas las todas las agencias posibles. Así conseguimos duplicar la cantidad inicial. Necesitaríamos algo más de base, pero dentro del contexto podemos funcionar y funcionamos».
A nivel global cree que en Canarias hay que impulsar una mayor financiación en ciencia y apoyar a las universidades o a otras instituciones que se puedan crear. Aboga en este sentido por un incremento del presupuesto en el PIB «porque estamos a la cola del país en porcentajes de contribución».
El final de la conversación reserva un espacio para el gran científico canario Blas Cabrera, de actualidad por la vuelta de sus restos a La Laguna desde México: Un físico como Rebolo valora su figura: «Una carrera fantástica, un hombre brillante, físico de primer nivel que se relacionó con Einstein o Madame Curie, quienes le consideraban de igual a igual. Un canario universal que fundó su propio instituto pero la Guerra Civil lo truncó todo. Podía haber dado mucho más para este país, pero no fue posible».
