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Una realidad oculta

¿Cuántos esclavos trabajan para ti? Una quinta parte de la ropa proviene de mano de obra forzada

La UE decide por fin moverse y anuncia la prohibición de productos afectados por una lacra que ha aumentado en los últimos años | Una herramienta lleva este silenciado fenómeno al ámbito más personal y calcula el número de esclavos que intervienen en nuestros productos

Dos niños realizan trabajos en una fábrica textil. ShutterStock

La única respuesta aceptable es cero. La mayoría de consultados contestarían sin pestañear a la pregunta de cuántos eslavos trabajan para ellos que ninguno, por supuesto. Pero es mentira.

Datos aparentemente inocuos como qué comes, qué ropa te pones, qué medicinas consumes y qué aparatos electrónicos usas sacan a relucir una realidad mucho más inquietante. Decenas de esclavos trabajan para ti. Existe una provocativa herramienta que permite hacer este cálculo con relativa precisión, en un momento en el que se multiplican las alarmas sobre la expansión del trabajo forzoso durante los últimos años.

Un informe publicado la semana pasada por la ONU concluye que entre 2016 y 2021, debido al cambio climático, la pandemia y los conflictos armados, el número de víctimas del trabajo forzoso pasó de 25 a 28 millones en todo el mundo, sobre todo en fábricas, construcción y agricultura. Es una realidad oculta, dejada a un lado por gobiernos y ciudadanos de países desarrollados, que prefieren mirar hacia otro lado, uno más agradable y moralmente menos problemático. Sin embargo, la UE anunció el pasado miércoles un paso importante para combatir este lacra.

La Comisión Europea prohibirá los productos fabricados gracias al trabajo forzoso. La nueva normativa no se aprobará hasta el año que viene y tendrán que pasar dos más para que los estados miembros comiencen a aplicarla. Varias oenegés ya la han criticado porque serán los gobiernos nacionales quienes determinen cómo la aplican y porque evita citar ningún país o sector en particular, pero no hay discusión sobre quién será la principal afectada por esta medida: China.

Pekín lleva años imponiendo en la región de Xinjiang el trabajo forzoso a la minoría musulmana de los uigures, según numerosas investigaciones. Se calcula que una quinta parte de los productos de algodón que emplea la industria de la moda están “manchados” por esta explotación del régimen chino, así como la mitad de toda la polisilicona mundial, un componente clave de las placas solares.  

El cálculo

Los consumidores europeos se benefician de todo esto. Normalmente no lo saben, o no lo quieren saber, o actúan como si no lo supieran, pero hay una herramienta que lleva esta realidad invisible al ámbito más personal, permitiendo calcular en cuántas de tus posesiones ha intervenido algún esclavo. Se llama Slavery Footprint (la huella de la esclavitud) y su mecanismo es sencillo: una encuesta sobre tus hábitos de consumo.

Pongamos un ejemplo cercano. Este redactor. Hombre, 45 años, con pareja y un hijo pequeño, tiene un coche, carece de joyas, vive de alquiler en un piso de tres habitaciones en Madrid, intenta llevar una dieta equilibrada, su fondo de armario es bastante escuálido, tampoco es muy propenso a comprar aparatos tecnológicos, usa pocos productos de belleza y apenas toma medicinas.

La herramienta va preguntando todos estos detalles. Mientras obtiene las respuestas, ofrece datos que ayudan a entender la magnitud del problema. Por ejemplo, en la pestaña que pregunta sobre la edad, explica que para muchos chicos paquistanís el trabajo forzoso empieza a los 13 años y acaba a los 30. Sobre la dieta: “El trabajo forzoso es común en gran parte de la industria del marisco en el sudeste asiático, que impone jornadas de trabajo de 20 horas para pelar 18 kilogramos de gambas”. O sobre las joyas: “No solo hay diamantes de sangre. Los rubís son el segundo producto que Birmania más exporta, después de la madera de teca, y en sus minas suelen emplear trabajo forzoso”. 

Y así es como se llega a la última pantalla, que ofrece la cifra del número de esclavos que trabajan para ti. En este caso, 44. Es decir, 44 más que la única respuesta aceptable. 

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