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Fiestas del Pino | Día principal en Teror

Mazuelos ve hipócrita pedir permiso a los padres para una excursión y no para abortar

El obispo de la Diócesis de Canarias se posiciona en contra de la propuesta legislativa

de Interrupción Voluntaria del Embarazo | Torres lamenta sus manifestaciones

Numerosos fieles siguen con atención la procesión. | JUAN CASTRO

«Cuánta hipocresía pedir una autorización para ir de excursión en los colegios y poder abortar sin los padres». El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, se posicionó ayer durante la homilía de la Festividad del Pino de Teror en contra de la propuesta legislativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo, remitida por el Consejo de Ministros al Congreso de los Diputados. Mazuelos también defendió las ayudas económicas para las mujeres que quieran dedicarse «a ejercer su maternidad», y tuvo palabras para la paz en Ucrania, al mismo tiempo que pidió que se ablanden los corazones endurecidos de «los poderosos de este mundo para que abran caminos de paz y perdón», y una mayor atención para los migrantes, enfermos, y criticó el abuso sobre los jóvenes. Mientras, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, respondió que no era el momento para hablar del aborto, sino para acordarse de las familias que lo han pasado y que lo están pasado mal, «que es lo que esperaban los canarios».

El patrono de la Virgen del Pino, Agustín Manrique de Lara, apoyando los movimientos del trono. | | JUAN CASTRO

José Mazuelos dedicó sus primeras palabras a la homilía de la patrona de Gran Canaria a exaltar la ilusión de los peregrinos por volver a visitar a la Virgen del Pino, a pesar de la «turbulencia cultural en la que estamos inmersos, los aires de guerra en Europa y la crisis que ha provocado el covid». En estos momentos, añadió, vivimos una etapa en la que se están «destruyendo peligrosamente valores fundamentales e imprescindibles para una convivencia sana en la sociedad».

Uno de los valores que, a su juicio, está amenazado, es el de la vida humana, que afecta a sectores vulnerables como los pobres y los migrantes. También se acordó de los jóvenes, «expuestos a las nuevas esclavitudes de la que habla el papa Francisco (droga, pornografía, nuevas tecnologías, etcétera), víctimas de la inmadurez e irresponsabilidad de algunos adultos que no buscan caminos educativos capaces de hacerse cargo de este flagelo».

Mazuelos ve hipócrita pedir permiso a los padres para una excursión y no para abortar | | JUAN CASTRO

Uno de los momentos más polémicos de su discurso llegó cuando abordó el aborto, ahora que es un tema de plena actualidad por su debate político. El religioso, que es licenciado en Medicina, habló de la «hipocresía» de permitir el aborto entre las menores de edad y el cambio de sexo, al hablar de «dar unos choques hormonales a niñas sin controles», que pueden causar daños psicológicos y biológicos. Puso un ejemplo personal cuando, en contraposición, se le pidió una receta oficial para pedir un medicamento. Y añadió a su discurso original la posibilidad de ver morir a niñas embarazadas en las calles por hemorragias porque no se lo han dicho a sus padres.

En este sentido, consideró una «hipocresía» pedir a los niños una autorización para ir de excursión en los colegios y, en cambio, poder abortar sin la firma de los padres.

En sus palabras dedicadas a la Virgen por su celebración, se adentró en la maternidad, que también estuvo rodeada de controversia por volver a relegar al hogar a muchas mujeres. «La maternidad debe ser parte esencial de todo programa de promoción de la mujer. A la hora del trabajo no se le deben poner trabas por su maternidad, sino favorecerla. La sociedad o el Estado debe ayudar económicamente a aquellas mujeres que quieran dedicarse sólo a ejercer su maternidad y no obligar a la mujer a tener que trabajar para poder tirar adelante con su casa en un mundo cada vez más materialista; se debe favorecer las ayudas por tener hijos», señaló.

Mazuelos ve hipócrita pedir permiso a los padres para una excursión y no para abortar

Ahondando en esta posición, defendió que la maternidad «es un don y no una desgracia como quiere hacernos ver la cultura de la muerte donde ya no se escucha bendito el fruto de tu seno, sino rechaza el fruto de su seno: aborta».

Compartir es otra de las palabras que mencionó el representante del Papa en Canarias. «Lo saben tantos voluntarios de Cáritas». Se acordó también de la importancia de acoger a los inmigrantes y pidió a los políticos «que abandonen ideologías de despachos y busquen el bien común». Y se sumó a las palabras del miércoles del presidente del Cabildo, Antonio Morales, a la finalización de la romería-ofrenda, que concluyó con más de 25 toneladas de comida para repartir en las familias más necesitadas de Gran Canaria. «Compartir –añadió– es lo que nos hace falta en estos momentos de dificultades».

Ucrania

También pidió por la paz en Ucrania y que Jesús «ablande los corazones endurecidos de los poderosos de este mundo para que abran caminos de paz y perdón en las tierras de Europa y del mundo. Al mismo tiempo, le confiamos las ilusiones y proyectos de esta gran familia de Gran Canaria que se siente unida en torno a la imagen querida y entrañable de Nuestra Señora del Pino. Permitidme que en nuestra oración de súplica le encomiende sobre todo a los enfermos; con un mensaje especial a todos los que, gracias a los medios de comunicación social, están siguiendo también fervorosamente esta celebración».

El obispo, en sus últimas palabras de agradecimiento antes de abandonar la Basílica para dar paso a la procesión, sí dio las gracias a los políticos por sus muestras de unidad y a la población grancanaria para ayudar a los desfavorecidos.

El presidente canario, que presidió el acto en representación de Rey, lamentó a su juicio que se trataran temas como el aborto, cuando lo que tocaba era agradecer a los canarios por haber superado esta etapa tan negra de la historia, mirar al futuro con esperanza, pedirle a la Virgen que se acabe la guerra de Ucrania y que se ayude a las familias más vulnerables, sobre todo como consecuencia del encarecimiento de la cesta de la compra.

Ángel Víctor Torres insistió en que había que agradecerle a la Virgen que haya respondido para tener a nuestros seres queridos y acordarse de las familias. «Es lo que ocurre en estos momentos en Canarias». Apuntó que el obispo Mazuelos «tiene todo el derecho, pero que ha preferido hablar de la ley del aborto, y todas las leyes se circunscriben a las Cortes, a los diputados y senadores, y ha hablado de la maternidad que es un derecho de las mujeres. Por tanto, tocaba hoy hablar de lo que los canarios esperaban, que era compartir la alegría, que pensábamos que nunca iba a llegar, y acordarse de los que peor lo pasan, aunque al final, no en el sermón, sino cuando nos despedíamos, hizo mención a ello. Lo digo, con todo el respeto, que ese debía ser el motivo central de sus palabras», añadiendo que es «el momento de los canarios estos días de mirar hacia adelante con optimismo».

Torres valoró que se ha vuelto a celebrar el Pino como se ha conocido tradicionalmente hasta el año 2019, «que los rostros muestren alegría y que no estén escondidos detrás de una mascarilla por el miedo a enfermar y a morir, y por el sufrimiento que hemos tenido en este tiempo». El dirigente político resaltó que ha surgido una «explosión buena de alegría y no de las guerras». Y se sumó a las peticiones de que se acabe la guerra en Ucrania y vuelva el orden internacional. Al respecto expresó su deseo «de que acabe esta injustificada y bárbara invasión de un pueblo libre».

La fiesta de la patrona reunió a una amplia representación institucional de Canarias. Entre los asistentes se encontraban el presidente del Parlamento de Canarias, Gustavo Matos; el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana; el presidente del Cabildo, Antonio Morales; el alcalde de Teror, Sergio Nuez, junto al resto de miembros de su Corporación; el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluis Serra Majem; el general y jefe del Mando de Canarias, Alejandro Escámez; la alcaldesa del pueblo hermanado de Candelaria (Tenerife), María Brito; y alcaldes de casi todos los municipios grancanarios, además de numerosas autoridades civiles y militares y representantes sociales, junto a miles de fieles.

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