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Investigación

Los detenidos por dos incendios en Galicia planificaron el cuándo y el dónde y prendieron las llamas con mechero

David, Jonathan y Sergio siguen en prisión y están juzgados de pertenencia a banda criminal | Sus familias están "destrozadas" | Los alcaldes: "Hay que respetar la justicia"

Agentes de la UIFO investigan un incendio en Galicia. MARTA G. BREA

¿Qué puede llevar a un joven de 29 años a plantar fuego a una zona donde parte de su familia tiene una explotación ganadera? Es la pregunta que se hacen en la llocalidad ourensana de Chandrexa de Queixa, después de conocer que un vecino de 29 años fue detenido por un supuesto delito incendiario contra el patrimonio natural. 

¿Qué puede llevar a un joven de 19 años, inmerso en una actividad profesional de brigada municipal en el municipio de Montederramo, a seguir a otro para ver como se quema el monte? Es otra de las preguntas que no tienen respuesta en la localidad de Penapetada, en el municipio de Trives, de donde es Jonathan otro de los detenidos en el marco de la operación “Pig Head”, donde colaboraron la Guardia Civil, el Seprona. agentes ambientales y los investigadores de la Unidad de Investigación de Incendios Forestales de la Xunta de Galicia. 

A estos dos se le une David, también de Trives de 26 años, que fue al que los investigadores siguieron la pista durante todo el proceso de las las escuchas y el balizamiento de su vehículo para tratar de dar con los presuntos incendiarios que estaban detrás de una decena de fuegos forestales en la zona de Trives y Lugo y que presuntamente causaron uno de los frentes más grandes del año pasado en Ribas de Sil, con 1.500 hectáreas. 

Precisamente el alcalde de Ribas de Sil, Miguel Ángel Soutela, señala que “no tenemos conocimiento de quienes eran los detenidos y presuntos culpables, pero este tipo de identificaciones, en el marco de investigaciones incendiarias, dan fe que se va por el bueno camino, poniendo nombre y apellidos a las personas que hacen esto. Ahora habrá que esperar al proceso judicial para ver qué pasa con estos jóvenes”.  

Las fuentes consultadas destacan la “amistad” que unía a estos tres jóvenes de la zona con más valor patrimonial de Ourense y Lugo, la Ribeira Sacra. También se sorprenden de la “vinculación” que tenían y lo “sincronizados” que estaban para encender la actividad incendiaria. En Trives, en Ribas de Sil y en otros municipios perpetraron, según los investigadores, fuegos con el simple objetivo de “vandalismo” y se le imputan un total de, al menos, diez. Están acusados de pertenencia a banda criminal, por lo que se enfrentan a penas de 4 a 8 años por delitos graves y de 3 a 6 por otros delitos menores.

El modus operandi era siempre el mismo. Llamados por su presunta causa, actuaban cuando el sol se estaba poniendo y los medios aéreos se retiraban de la zona. Según las investigaciones, se movían por el territorio con conocimiento de todos los caminos y los lugares del monte de la zona y plantaban las llamas en lugares concretos para no ser vistos. Las reiteradas pruebas con las que los investigadores de la Unidad de Investigación de Incendios Forestales y el permiso del Juzgado de Trives en el que se autorizaban escuchas guiaron unas diligencias que en su primer momento se centraron en David y tras el cual siguieron la pista a los demás detenidos, Jonathan y Sergio.

Tragedia

“Cuando pasan estas cosas, nadie se las espera”, dice la alcaldesa de A Pobra de Trives, Patricia Domínguez, el día después de conocer la noticia en un pueblo que “está dolido” y donde “hay mucho silencio”. Según fuentes cercanas a las familias están “completamente destrozadas por lo que están pasando”. 

Jonathan, el más joven, había acabado sus estudios y entrado en la brigada municipal del municipio de Montederramo hacía escasamente un mes de la detención. La amistad que unía a estos tres jóvenes les puede salir cara. Su presunción de inocencia impera en un proceso judicial donde las pruebas parecen estar bien atadas y solo la justicia dictará sentencia, pero identificar a incendiarios, destacan todos los alcalde, es una “noticia buena”, pero que hay “otros muchos incendios que tienen “nombres y apellidos pero que todavía no se saben”. 

Planificaban el cuándo y el dónde, pero no cómo hacerlo 

Todos los profesionales que se volcaron en la investigación del fuego analizaron la causalidad de los diferentes incendios que se produjeron en un año de diligencias, desde que se dio inicio a la investigación.

Fuentes consultadas, explican que la organización de la actividad incendiaria partía de los tres detenidos de forma planificada, ya que su conocimiento del territorio hacía que conocieran por donde se movían.

Además de planear el dónde, también programaban el cuándo estudiando condiciones climatológicas favorables a la propagación del fuego. Del estudio de las pruebas sobre el territorio se extrae la conclusión que lo hacían todo con mechero.

Se bajaban del coche y plantaban fuego sin un patrón a seguir y tampoco sin nada que hiciera que las llamas se propagaran con mayor facilidad. Sabían el dónde y el cuándo, pero el cómo era más improvisado.

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