Estar sentada la mayor parte del día triplica el riesgo de muerte cardiovascular en mujeres mayores de 50 años, respecto a tener una actividad como caminar, llevar algún peso o realizar tareas de esfuerzo físico. Es la principal conclusión de un estudio publicado en Revista Española de Cardiología (REC) -principal cabecera de REC Publications, la familia de publicaciones científicas de la Sociedad Española de Cardiología (SEC)- que muestra la estrecha relación entre los hábitos de vida y la mortalidad cardiovascular de las mujeres en edad menopáusica.

El objetivo del estudio era conocer los hábitos de vida y las enfermedades crónicas asociadas con mayor riesgo cardiovascular en mujeres menopáusicas, además de construir una escala para cuantificar el riesgo de mortalidad por esta causa, según explica el doctor José Antonio Quesada, primer firmante del estudio y director del Grupo de Investigación Cardiovascular (GRINCAVA) de la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante).

El tabaco es el segundo factor que más incrementa el riesgo: las mujeres fumadoras tienen un 81,6% más riesgo de morir.

El tabaco es el segundo factor que más incrementa el riesgo de muerte cardiovascular en este grupo de población. Los datos indican que las mujeres fumadoras tienen un 81,6% más riesgo de morir por esta causa que aquellas que nunca han fumado. Por otro lado, consumir verduras menos de una vez a la semana incrementa un 75,8% el riesgo de fallecimiento por una enfermedad de este tipo respecto a consumirlas más de tres veces a la semana.

Seguimiento de la mortalidad

El análisis incluyó a 5.953 mujeres, de toda España, con edades comprendidas entre los 50 y los 103 años. Del total, el 42% tenía hipertensión arterial, el 34% hipercolesterolemia y el 14%, diabetes. Los investigadores realizaron un seguimiento de la mortalidad desde 2011 hasta 2017; es decir, un total de seis años.

En ese periodo de tiempo, el 4% de las mujeres falleció por causa cardiovascular. Indican que, respecto a las variables sociodemográficas que se han estudiado, la edad es la única que presenta diferencias en el riesgo de muerte. "Por cada año que la mujer va cumpliendo, el riesgo de mortalidad cardiovascular aumenta un 14%", explica el investigador.

Los resultados del estudio han permitido la creación de una escala de riesgo específica de fácil uso y directamente aplicable a mujeres postmenopáusicas .

Por otro lado, los resultados del estudio han permitido la creación de una escala de riesgo específica de fácil uso y directamente aplicable a mujeres postmenopáusicas con una elevada capacidad predictiva del riesgo de muerte. La suma de los puntos de cada uno de los factores predictores refleja la probabilidad de fallecimiento a los seis años. De forma que, con seis puntos o más en esa escala de riesgo, las probabilidades de muerte cardiovascular superan el 5%, subiendo de forma muy acusada a partir de siete puntos.

La hipertensión, la diabetes mellitus tipo 2 y el tabaquismo son factores de riesgo más potentes en las mujeres que en los varones.

Las conclusiones de la investigación "son muy relevantes" porque pueden ayudar a diseñar programas de educación sanitaria para mejorar estos aspectos, según las coordinadoras del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de la SEC, las doctoras Antonia Sambola y Milagros Pedreira. En concreto, resaltan las investigadoras, los datos "asocian claramente la inactividad física a mayor riesgo cardiovascular, penalizando y ensombreciendo el pronóstico en las mujeres, por lo que fomentar la actividad física con regularidad es obligado y debe incluirse en todos los programas de educación sanitaria a cualquier edad".

Con datos del mismo grupo de la sociedad científica, se sabe, por ejemplo, que el 50% de las mujeres ingresadas por infarto agudo de miocardio tiene más de tres factores de riesgo. La hipertensión, la diabetes mellitus tipo 2 y el tabaquismo son factores de riesgo más potentes de isquemia miocárdica en las mujeres que en los varones. "El tabaquismo y la diabetes confieren a la mujer un 45% y un 25% más de riesgo cardiovascular que al hombre respectivamente", detallan desde este grupo de trabajo.