El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha redactado una guía que orienta a las familias cómo reaccionar y actuar cuando un hijo les comunica que ha sufrido violencia sexual. La guía, redactada por la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia del centro y editada en formato digital para facilitar su difusión, pone el foco en la necesidad de dar credibilidad al relato del menor, acompañarle en sus necesidades y protegerle del agresor. Esta unidad, de referencia en Barcelona, atendió el año pasado 304 casos, 250 de ellos por violencia sexual.

"La guía se sostiene en tres pilares: dar credibilidad al menor, protegerlo -es decir, no dejar que vuelva a tener contacto con el presunto agresor- y acompañarlos emocionalmente", señala la coordinadora del la unidad, Anna Fàbregas, en la presentación de la guía. Así, Fàbregas recomienda huir de preguntas del tipo "¿por qué no pediste ayuda antes?" o "¿por qué no saliste corriendo?". Además, recomienda "reforzar la valentía" del menor y hacer "que no se sienta culpable".

Según datos del Consejo de Europa, uno de cada cinco niños o adolescentes son víctimas de violencia sexual. Los expertos estiman que entre el 80% y el 85% de las agresiones sexuales se cometen en el entorno de confianza del niño o niña y un 60%, dentro de la familia. Los expertos aseguran que hay un "infradiagnóstico" de casos de abusos sexuales en la infancia. La unidad de Vall d'Hebron recibe cada mes más casos, pero los expertos creen que tan solo son "la punta del iceberg".

"Choque emocional"

"Ante la revelación por parte de un hijo o hija de que ha sido víctima de violencia sexual, es normal que los progenitores sufran un choque emocional que les haga sentirse bloqueados, sin saber qué decir o qué hacer. Esta guía intenta orientar y resolver las dudas que a menudo nos plantean", explica Fàbregas.

Así, la guía es, sobre todo, "para ayudar a los padres", según la psicóloga clínica y coautora, Mireia Forner. Entre otras cosas, porque los menores que han sufrido violencia sexual acostumbran a presentar una "mezcla de sentimientos", como de culpa, vergüenza, rabia y miedo.

Según ella, entre un 30% y 35% de los menores que viven una situación de violencia sexual presentan secuelas a medio y largo plazo, y por eso un buen acompañamiento emocional es un factor protector.

"No podemos hacer como que no ha pasado, pero tampoco es positivo ir preguntando reiteradamente sobre los hechos. Hay que encontrar un equilibrio, estar presente, escuchar, acompañar y dar respuesta a las necesidades", dice Forner. Una de las principales dudas de los padres es si tienen que hablar o no del tema con su hijo.

Hasta ahora no existía una guía como esta a nivel clínico. "Cuando las familias vienen al centro sanitario están en una situación muy vulnerable y sensible. Llegan en un estado de angustia, mucho sufrimiento y preocupación, incluso en algunos casos con estrés postraumático", señala Fàbregas. Así, la guía permite revisar y releer en casa los consejos explicados en la consulta.