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Truenos, lluvia y niebla para despedir el verano en Canarias

Una onda tropical africana propicia en las Islas una tormenta estival que deja copiosos chubascos en poco tiempo

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Mal tiempo en la zona norte de Tenerife (31/08/2022) Carsten Lauritsen

A primeras horas de la mañana del último día del verano meteorológico la oscuridad inundó el cielo de Canarias y, a lo lejos, se le empezó a escuchar rugir. Los truenos que se desplazaban bajo el paraguas de una onda africana del este tocaban en ese mismo instante la poca tierra que encontraban después de una larga travesía a través del mar. El sur de Tenerife fue la primera zona de las Islas en sentir los bramidos del cielo que anticipaban la llegada de copiosas lluvias en la primera tormenta del verano. Horas después, todo el Archipiélago –a excepción de Lanzarote y Fuerteventura– se cubrió con un denso manto de nubes de diferentes tonos de gris, niebla que redujo de forma drástica la visibilidad y goterones de lluvia que empaparon cultivos, calles y a algún canario poco precavido. En ese breve instante, se estaba generando el escenario ideal para que, en las siguientes horas, además de las precipitaciones, las temperaturas rozaran los 30 grados y la humedad alcanzara el 90%. 

La responsable de este cóctel meteorológico veraniego ha sido una onda africana del este, que se ha descolgado de la vaguada de bajas presiones –también llamada onda tropical –que se está formando muy cerca del archipiélago vecino de Cabo Verde. Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), este sistema tiene un 40% de posibilidades de convertirse en ciclón el viernes y un 50% de hacerlo de cara al lunes. No obstante, todo dependerá de que se den las condiciones climáticas adecuadas para ello. 

Mientras el incipiente ciclón del sur coge fuerzas, a Canarias llegó ayer una de sus aristas, que se introdujo en las capas medias de la troposfera. Se trata de una inestabilidad térmica que en el último día de agosto, además de provocar inestabilidad (lluvias), también aumentó las temperaturas y la humedad y abrió la puerta al polvo en suspensión. Pero la entrada de esta capa de aire caliente tuvo un menor impacto en las Islas debido al alisio. El flujo de aire de componente norte, que ha modulado el clima durante todo el verano, también ha conseguido reducir los chubascos que, por la entidad de la onda del este, podrían haber llegado a las Islas.

El combate de los cielos 

Durante la jornada de ayer los canarios fueron espectadores de un verdadero combate en los cielos, protagonizado por el eterno pulso entre el flujo de aire que se introduce desde África y el alisio. El viento que sopla desde el norte, empujado por el Anticiclón de las Azores, se quedó en la baja troposfera, a unos 1.000 y 1.500 metros de altura. Esta capa es más seca – aunque contiene algo de humedad por su condición marítima– y fría, por lo que, la llegada de la inestabilidad africana mucho más caliente, la espachurró contra el suelo propiciando el fenómeno conocido como «inversión térmica». Este efecto meteorológico es el precursor de la neblina que cubrió casi todo el Archipiélago durante el día. Además, se ha visto agravado al mezclarse con la calima arrastrada por la onda africana. 

La estación de Las Cañadas, ubicada a 2.100 metros de altitud, registró 16,2 litros por metro cuadrado

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Solo en unas horas, Canarias registró más lluvias que en todo el agosto. Donde más llovió fue en la cumbre de Tenerife. La estación de Las Cañadas, ubicada a 2.100 metros de altitud, registró 16,2 litros por metro cuadrado (o mm), duplicando así los registros de la siguiente estación con más lluvias acumuladas, la de Izaña (8,8 litros por metro cuadrado). Las de ayer se encuadran como «precipitaciones moderadas» pues superan los 2 litros por metro cuadrado pero no los 15. Sin embargo, como destaca el delegado de la Aemet, como los chubascos se han acumulado principalmente en un momento determinado del día hay momentos en los que se pudieron considerar fuertes.

«En Las Cañadas, por ejemplo, 10,8 litros por metro cuadrado se acumularon en tan solo una hora, por lo que podemos concebirlas como lluvias intensas», reseña el investigador. Arico (Tenerife), Adeje, La Aldea de San Nicolás y Maspalomas (Gran Canaria) fueron los enclaves de Canarias en los que más llovió durante la jornada, superando todos ellos los 4 litros por metro cuadrado. ¿Cambiará este fenómeno el comportamiento pluviométrico del mes? La Aemet no lo descarta. «Julio y agosto son, de por sí, meses bastante secos, por eso el hecho de que se produzcan unas pocas lluvias influye mucho en el balance final», resalta Suárez. Así ocurrió este en julio que, con una precipitación media de 2 litros por metro cuadrado, acabó ganando la consideración de mes muy húmedo. 

La precipitación fue un 250% más de la esperada para este periodo y se situó como el séptimo julio más húmedo desde 1961. Sin embargo, como advierte el físico atmosférico, las copiosas lluvias que se produjeron en el día de ayer apenas tendrán influencia en el devenir «del año hidrológico». Este año los embalses de las Islas se encuentran a entre un 60 y un 65% de su capacidad y en la mayoría de islas – salvo en La Palma– el cómputo final es seco. 

Si bien la lluvia y la niebla fueron los protagonistas indiscutibles de la jornada, el estruendo de los amenazantes truenos no se quedó atrás. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) detectó ayer más de medio centenar de rayos en las inmediaciones del Archipiélago. Algunos de ellos llegaron incluso a tocar tierra a las primeras horas de la mañana en Tenerife, una circunstancia que no se había producido durante un mes de agosto desde 2015 y 2005. No obstante, los meteorólogos creen que la actividad eléctrica pudo haber sido incluso mayor. «Es posible que haya habido más», resalta el delegado de la Aemet en Canarias, David Suárez, que hace hincapié en que gran parte de esta actividad eléctrica se puede haber generado «intranube». 

Esto es para más calor

El agua que cayó durante la mañana y la tarde fue, como subraya el dicho popular, para «más calor». Durante la jornada se alcanzaron temperaturas cercanas a los 30 grados en el sur de Gran Canaria y de Tenerife pese a las lluvias. Y es que la intensa humedad (de hasta el 90% en algunos puntos de las Islas) provocó que Canarias sintiera más que nunca el «bochorno» del verano. Estaciones como la de Maspalomas y Mogán se alcanzaron los 28,8 grados centígrados, mientras que en las ubicada en el aeropuerto de Tenerife Sur, Adeje y Santa Cruz de Tenerife, las temperaturas oscilaron entre los 27 y los 29 grados. 

Como muestra de la inestabilidad atmosférica a la que estuvo expuesta Canarias en el día de ayer, sobre las cuatro de la mañana, en la estación de Puerto Rico, en Mogán, se registró un aumento repentino de temperaturas y velocidad del viento que los meteorólogos relacionan con un posible reventón térmico. «Ha pasado más veces en Canarias, pero esta vez lo vemos claro, por eso nos hicimos eco de ello en twitter», resalta Suárez. Este fenómeno, además, tiende a suceder a las primeras horas de la mañana porque es cuando la capa de aire superficial está mucho más fría.

Reventón cálido

En dicho instante las temperaturas subieron cinco grados en apenas unos minutos y el viento pasó de la quietud (20 kilómetros por hora) al movimiento embravecido con rachas de hasta 60 kilómetros por hora. Se cumplían todos los requisitos para ello, había nubosidad en los niveles medios de la atmósfera que facilitaban la lluvia y la atmósfera se encontraba en una situación de convección elevada. «Seguramente comenzó a llover en las capas intermedias de la atmósfera pero al encontrarse con una capa más seca y fría, el agua se evaporó, acelerando el aire», relata David Suárez. 

En Lanzarote y Fuerteventura, donde la onda del este no tuvo tanto calado, las temperaturas aumentaron incluso más. En Corralejo (Fuerteventura) se alcanzaron los 34,3 grados centígrados, lo que convirtió a este punto de la geografía isleña, en el más caluroso de toda Canarias. El sur de Gran Canaria también registró altas temperaturas y lo seguirá haciendo en el día de hoy. Esta incidencia entra dentro de lo normal para este enclave. «Esta zona tiene un impacto especial de las advecciones cálidas debido a su orografía», relata Suárez. Y es que, la cuenca sur de Gran Canaria es una zona «con poca ventilación», lo que provoca que, en el momento en el que entra calor desde el continente africano, sea la zona más afectada. Tanto en el día de ayer como hoy, el sur de Gran Canaria mantiene avisos amarillos por altas temperaturas que podrían superar los 34 grados.

El viento se aceleró 40 kilómetros por hora durante el reventón térmico

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Igual de rápido que llegó esta primera –y última– tormenta del verano, se marchará hasta nuevo aviso. «Mañana [por hoy] volverá la estabilidad al Archipiélago», anuncia Suárez. El alisio volverá a ganar terreno en toda Canarias. De esta manera, el jueves y viernes reinarán, de nuevo, las nubes medias y altas con probabilidad de algún chubasco en las islas de mayor relieve y, especialmente, en las zonas centrales de Tenerife. De cara al fin de semana habrá menos nubosidad permitiendo a los bañistas aprovechar los últimos retazos del verano. 

Temporada de huracanes

Al igual que el posible ciclón tropical que se podría formar en Cabo Verde, el NHC está vigilando otros dos sistemas que se están formando en el Atlántico. Estas zonas de alta inestabilidad tienen, según las previsiones, un 60% de probabilidades de convertirse en ciclones en los próximos dos días (y entre 70 y 80% en cinco días). Uno de ellos se encuentra en el Atlántico central, al este de las Antillas. Se prevé que esta perturbación se mueva hacia el oeste, por lo que no hay posibilidad de que afecte a Canarias. Pero también se está formando un área de bajas presiones sobre el Atlántico subtropical cerca de Cabo Verde. Las condiciones ambientales, como señala el NHC, son «propicias» para su desarrollo y se cree que podrá generar una depresión subtropical que se desplazará hacia el este, es decir, hacia la península. Aún no se sabe si tendrá alguna repercusión sobre el Archipiélago. 

Son los primeros movimientos del Atlántico después de un verano de muy poca actividad, que no es lo usual. «Al menos sabemos que se ha despertado», recalca Suárez. La temporada de huracanes va desde el 1 de junio al 30 de noviembre, pero la mayoría de los años, los dos primeros meses de la temporada suelen ser bastante tranquilos. En Canarias, los meses con mayor actividad suelen ser finales de septiembre, octubre y noviembre. «Habrá que estar atentos y hacer una vigilancia continua», resalta el investigador, que destaca que la situación de Canarias sitúa al archipiélago «en medio de cualquier trayectoria posible». La previsión es que este año la temporada de huracanes sea mucho más activa de lo habitual. 

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