La analítica por sustancias tóxicas así como las pruebas serológicas realizadas a la joven que el pasado domingo denunció haber sufrido un posible pinchazo en el baile de magos del municipio tinerfeño de La Guancha, han arrojado un resultado negativo. Setenta y dos horas después de su denuncia en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de La Laguna y de someterse a diversas pruebas médicas que se le hicieron en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), el pasado domingo y el lunes, los resultados han venido a confirmar el primer diagnóstico obtenido pocas horas después de la presunta agresión: «No hay presencia de sustancias tóxicas en el organismo descartándose también la posibilidad de una infección por VIH u otra ETS», según ha podido saber este periódico.

A pesar de los resultados de los análisis, la Policía Nacional continúa con las investigaciones para intentar esclarecer los hechos que fueron denunciados en la tarde del pasado domingo.

La joven, de 22 años, ha señalado a El Día que lo ha pasado «muy mal, sobre todo por la incertidumbre durante estos días antes de conocer los resultados de las pruebas, porque no sabía si me había inyectado alguna sustancia o no, o si había pinchado a alguien antes que a mí y me podía infectar de algo». «Ahora estoy algo más tranquila, pero es un asunto grave porque, me haya inoculado o no alguna droga, al final es una agresión. No han encontrado tóxicos, pero aquella noche, tras notar el pinchazo, me sentí mal, mareada y con el cuerpo pesado. No sé qué hubiera pasado si no hubiera estado rodeada de amigos», relata la víctima.

«Denunciar siempre es importante, aunque me faltó información porque nunca me había visto en una situación igual. Cuando acudí al centro de salud de San Benito, en La Laguna, una enfermera me dijo que tenía que haber ido sin ducharme y sin cambiarme la ropa porque hay sustancias que pueden desaparecer rápidamente del organismo, pero quedan rastros en la piel y en la ropa», señala la joven.

«Me indicó también que ante un posible ataque de este tipo, cuando alguien note que le han podido pinchar, hay que localizar a alguien conocido rápidamente y luego acudir a un centro de salud. Lo primero es ponerse a salvo y no darle la oportunidad a un posible agresor sexual de vernos solas o, incluso, que podamos perder la consciencia», asevera.

La joven asegura que «falta información sobre cómo proceder si sufrimos este u otro tipo de ataques»

Su caso es el segundo que ha trascendido en Canarias este verano –el primero se denunció en Lanzarote-, aunque no hay cifras oficiales. «Di el paso, denuncié los hechos, pero no esperaba algunas reacciones que he leído en las redes sociales «poniendo en duda lo que me pasó». «El peligro es real, no es una broma y no hace falta estar en una discoteca o haber bebido alcohol; te puede pasar como a mí en un baile en el que prácticamente se conocía todo el mundo, o cualquier sitio con aglomeración de personas», explica.

Los hechos

La víctima denunció que, alrededor de las 03:30 horas del pasado domingo, cuando se encontraba en la plaza del citado municipio de La Guancha en la que se celebraba el baile de magos, notó un pinchazo en el brazo derecho tras tropezar un hombre con ella. Se giró, pero no pudo verle la cara ante la cantidad de personas que se encontraban en el lugar. En ese momento no le dio mayor importancia hasta que, transcurrido poco tiempo después, comenzó a sentirse indispuesta, con mareos y algo cansada.

La joven pudo regresar a su casa acompañada por un grupo de amigos, por lo que no sufrió ningún tipo de agresión posterior al presunto pinchazo denunciado. Por la mañana, al despertarse, continuó sintiendo molestias, dolor e inflamación en el brazo por lo que decidió acudir, primero al centro de salud de San Benito desde donde fue derivada al HUC para que le realizaran las analíticas oportunas con el fin de esclarecer la presencia de sustancias tóxicas o algún tipo de infección asociada a la agresión. 

Los facultativos de Urgencias del HUC le realizaron diferentes análisis, así como otras pruebas serológicas para detectar o descartar también la posibilidad de alguna infección, como VIH, de la que pudiera haberse contagiado con el pinchazo. 

«El peligro es real, ni es broma ni hace falta estar en la discoteca o haber bebido para que te pueda pasar»

Sin embargo, como aquellos resultados, sobre todo los serológicos podrían dar un «falso negativo», se la emplazó al día siguiente para realizarle más pruebas, análisis que finalmente han confirmado un resultado negativo. 

La joven señala que antes de denunciar los hechos, contactó con algunas de sus amigas de La Guancha para saber si sabían de algún caso similar al suyo. Sus amigas le dijeron que «habían escuchado que un hombre estuvo molestando a chicas, que intentaba hacer algo con ellas, pero desconocían si se habían producido otros casos como el que ella les acababa de comentar».

Afortunadamente, la joven comenta que estuvo toda la noche del baile de magos acompañada por su grupo de amigos y que «en ningún momento la dejaron sola».

Fumero: «Hay que denunciar siempre»

«Cuesta mucho denunciar, pero hay que denunciar cualquier agresión. Sé que a veces resulta muy difícil, pero las mujeres que sufren una agresión deben dar el paso, ser fuertes y denunciar aunque se parta desde un sentimiento de indefensión; si es así, deben buscar ayuda, llamar al 112 para pedir asesoramiento y denunciar», asegura Kika Fumero, directora del Instituto Canario de Igualdad. A la luz de los casos que se están conociendo sobre pinchazos con los que se pretende una «sumisión química» por parte de los agresores hacia las víctimas, la responsable de este organismo señala que «estamos en una cultura del terror, en un sistema androcéntrico en el que chicos han sido educados para poder tener acceso al cuerpo de las mujeres para satisfacer sus deseos, es lo que llamamos la cultura de la violación o del terror», afirma. Cuando alguien pincha a una mujer sea con el fin de una sumisión química o no «es una forma muy perversa de transmitir terror a las víctimas». «Seguirán saliendo casos, pero hay que insistir, como en una carrera de fondo, en la educación en valores; concienciar a la sociedad y animar a las víctimas a denunciar siempre». | M.Á.A.