Aunque la conciliación apenas ha entrado en la agenda política, mucho menos se habla de la carga mental que sufren las mujeres. ¿Cómo definiría la carga mental y por qué la sufren mayoritariamente las mujeres?

La carga mental la producen las tareas invisibles, de las que mayoritariamente somos responsables las mujeres. Son tareas sin reconocimiento social ni económico, simultáneas a otras tareas y que se convierten en un obstáculo enorme para la conciliación y tienen un fuerte impacto en la salud mental de las mujeres, sobre todo cuando llega la maternidad. La mayoría de estas tareas están estrechamente vinculadas a los cuidados y al hogar. Tareas invisibles como gestionar los grupos de WhatsApp del colegio o los requerimientos de las escuelas y de los médicos… Todas estas tareas nos hacen sufrir una sobrecarga constante de la que es muy difícil liberarse cuando no existe corresponsabilidad. Cuando hablamos de corresponsabilidad no sólo me refiero a hacer equipo con nuestra pareja, si la tenemos, sino a compartir esta carga con las empresas y con la sociedad. Por ejemplo, si una mujer tiene que llevar a su hijo al pediatra, si la empresa no se lo facilita, aparece la carga mental.

Malasmadres ha realizado varios estudios para palpar los problemas de conciliación y de corresponsabilidad. ¿Tienen datos concretos sobre carga mental?

El dato más clarificador es que siete de cada diez mujeres se sienten solas ante la crianza y la educación de sus hijos e hijas, según nuestro estudio 'Las Invisibles'. Y en el estudio 'El coste de la conciliación' quisimos investigar cuáles eran las tareas que gestionamos en soledad. Y son todas las que suponen una carga mental, invisible y muy pesada para la mayoría de la comunidad: los grupos de WhatsApp del colegio (solo un 8% hombres), estar pendiente de los deberes de los hijos (solo un 3% de los hombres), la gestión emocional… Menos de un 10% de los hombres interrumpe su jornada laboral cuando un hijo enferma.

¿Qué tareas domésticas han comenzado asumir los hombres y cuáles otras siguen mayoritariamente en manos de las mujeres?

Los hombres asumen tareas visibles, que no se pueden simultanear a otras y que tienen reconocimiento social, como ir al parque con los niños, llevarles al colegio e ir a hacer la compra. Hicimos una tipificación de las tareas y se ve claramente que hacen las tareas más ejecutivas. Pero para hacer la compra, hay que estar pendiente de qué falta en la nevera, ¿verdad? ¿Quién se encarga de esto? Principalmente la mujer. Una tarea doméstica-familiar tiene que gestionarse de principio a fin, lo que se ve y lo que no. Este cambio es fundamental.

"Menos de un 10% de los hombres interrumpe su jornada laboral cuando un hijo enferma"

Los detractores de la conciliación podrían alegar que las mujeres sufren carga mental porque no saben delegar.

En los talleres que realizamos en la Asociación Yo No Renuncio siempre sale como obstáculo personal de las mujeres el delegar. Es algo que tenemos que superar. Nos cuesta delegar, pero muchas veces no somos conscientes. Nos han engañado con el mito de la 'superwoman' y las mujeres ya estamos cansadas. El 73% de las mujeres declara sentirse agotada casi a diario por la carga mental de las tareas doméstico-familiares. Y estamos acabando con ese mito, que sigue ejerciendo mucha presión social. Para ello hay algo fundamental, la corresponsabilidad, los hombres tienen que ser parte y tienen que ocuparse. Ahora mismo la mayoría de los hombres son padres ejecutores: hacen lo que se les dice que hagan. Eso no es ser corresponsable. En vez de culpar a las mujeres por no saber delegar, responsabilicemos a los hombres.

Malasmadres ha puesto en marcha un teléfono para ayudar a mujeres con problemas de salud mental. ¿Llaman mujeres a quienes la carga mental les produce trastornos psicológicos?

Totalmente. La carga mental nos lleva a sentirnos insatisfechas con nuestras vidas. En nuestro estudio 'La hora de cuidarse', casi el 70% de mujeres reconocía no haber pedido ayuda psicológica pese a necesitarla, por falta de tiempo, falta de dinero y lo que es peor, vergüenza. Y la mayoría de mujeres no nos cuidamos, sobre todo cuando llega la maternidad, dado que tenemos menos de una hora libre al día. Es un reto pendiente.

"Nos han engañado con el mito de la 'superwoman' y las mujeres ya estamos cansadas"

¿Estos problemas se han visto agravados por la pandemia?

Totalmente. La corresponsabilidad no mejoró, incluso empeoró en muchos casos. Recordemos que mientras los hombres eran capaces de teletrabajar tres horas sin interrupciones, las mujeres solo una hora. Además, una de cada cuatro mujeres renunció a todo o parte de su empleo para poder cuidar. Más claro imposible. Ahora bien, nos están haciendo creer que el teletrabajo no es bueno y esto es mentira. Porque el teletrabajo que hicimos en pandemia no es teletrabajo. Eso era sobrevivir. El teletrabajo en una situación de normalidad nos permite ahorrar tiempo de desplazamiento, trabajar cuando un hijo enferma y puede ser un buen modelo laboral, si viene acompañado de flexibilidad, es semi presencial y con perspectiva de género.

¿Cómo cree que se puede popularizar y poner en la agenda política la conciliación? ¿Ayudarían imágenes de Pedro Sánchez recogiendo a sus hijos o de algún ministro ausentándose por la enfermedad de un familiar?

Yo suelo ironizar con llevar a nuestros hijos a la Moncloa cuando llega el verano y comienzan los juegos de la conciliación y los malabares. El sistema se ha acostumbrado a que la conciliación la solucionamos como podemos. Le sale gratis al Estado, pero tiene un coste altísimo para las mujeres. Una de cada dos ha sufrido pérdida salarial por su maternidad. Por ello, algo tenemos que hacer para que se visibilice. La conciliación es una cuestión pública. No podemos creer que esto es privado y se soluciona de puertas para adentro porque se necesita de implicación social. Pero ¿sabe lo mejor? La conciliación no es competencia directa de ningún ministerio y así, nadie busca soluciones reales. Y con medidas como el Plan Corresponsables o el Plan Me Cuida, dotados de un presupuesto mínimo, la única solución es la renuncia.

"La conciliación le sale gratis al Estado, pero tiene un coste altísimo para las mujeres"

¿Qué medidas propone?

Pedimos un Plan Nacional y la creación de una subcomisión. Y son fundamentales cambios como facilitar el teletrabajo; permisos de maternidad de seis meses; incentivos fiscales para pymes con flexibilidad horaria; planes de reincorporación tras la maternidad, redes formales de cuidado gratuitas para familias vulnerables, reconocimiento a las monomarentales... ¿Sigo? Hay muchas medidas pero nos tienen que escuchar porque los políticos viven en una realidad paralela.