Carmen Linares, decana del Colegio Oficial de Psicólogos, ha puesto en marcha, gracias a la participación de Naviera Armas, el proyecto ‘Ponle nombre’ al volcán de La Palma, para que los niños del Valle de Aridane puedan mostrar sus inquietudes a los psicólogos tras la erupción de La Palma.

Acaba de clausurarse el programa Ponle Nombre, un proyecto para que los más pequeños y jóvenes de la isla de La Palma pudieran expresar sus emociones tras la erupción volcánica, con la colaboración del COP tinerfeño y el apoyo económico de Naviera Armas Trasmediterránea, ¿cómo surge esta colaboración con la naviera y en qué ha consistido exactamente?

La psicóloga y colegiada Dácil Baute, que conocía toda nuestra intervención en La Palma a raíz de la erupción volcánica, me escribe por el mes de octubre para hablarme de un proyecto con la población infantil. Me explica que lo puso sobre la mesa de la Consejería de Educación, pero que no tuvo éxito. Casi a la par, me contactan para ofrecer una subvención desde una entidad, preocupados por la salud mental de los menores de La Palma, y me solicitan un proyecto para trabajar con y por ellos. Me pareció mágico y sorprendente que se concatenaran los acontecimientos, para coincidir en el tiempo. En diciembre me comunican que es Naviera Armas la que está interesada y que finalmente va a financiar el proyecto. Efectivamente, todo parece que se alineó para favorecer que este magnífico proyecto viera la luz.

¿Por qué el Colegio asumió esta iniciativa, y con qué apoyos en concreto han contado?

Cuando me presenta Dácil la iniciativa, me gusta tanto que no dudo en trasladarlo a los compañeros de la Junta y me vuelvo loca para buscar posibles financiadores del proyecto, porque me pareció innovador y completamente necesario. Porque la base era un proceso de participación infantil en los colegios de la isla donde, con la excusa de ponerle nombre al volcán, los niños podrían hablar de sus experiencias con sus iguales. Y es cuando surge el regalazo de Naviera Armas de financiarlo.

¿Qué valoración hace desde el Colegio, se han cumplido con las expectativas?

Las expectativas no sólo se han cumplido, sino que se han superado con creces. Ha habido detrás un excelente equipo de psicólogas timoneado por dos magníficas capitanas, que han partido de una idea inicial y han sido capaces de ir adaptándose a las necesidades de los niños. Así el proyecto ha ido creciendo a medida que se iba desarrollando.

«Sería ideal que los profesionales de la psicología estuvieran al alcance de toda la población»

El objetivo concreto del proyecto era escuchar lo que tenían que decir los niños, niñas y jóvenes de la isla tras lo vivido por el volcán. ¿Qué nos han dicho?

Nos han dicho tantas cosas, tan importantes y valiosas, que van a formar parte de otros nuevos proyectos que queremos desarrollar. Pero no quiero desvelar nada todavía.

La memoria del proyecto refleja perfectamente el trabajo realizado, pero sobre todo es una memoria emocional de lo vivido por estos niños y jóvenes, y hasta tiene una parte que es casi un «manual» de supervivencia ante un volcán elaborado desde su experiencia. También rezuma positividad y amor por La Palma. ¿Qué se va a hacer con este verdadero documento histórico del impacto y resiliencia ante una erupción volcánica?

En la actualidad está en marcha un museo itinerante por los distintos municipios de la isla; por otro lado, se va a editar un cuento infantil, y el museo virtual se convertirá en un medio que permita compartir el sentir e inquietudes de niñas y niños, para que sean tenidos en cuenta por su comunidad y se amplíe el diálogo, incluyendo más voces.

También es profundamente enriquecedor este Museo con toda la obra surgida del proyecto. ¿No cree que sería importante dar el salto al resto de islas por lo que tiene de enseñanza para todos?

Lo que sería verdaderamente importante es que los niños de todos los centros de Canarias tuvieran la oportunidad de trabajar la gestión de las emociones desde un proyecto tan innovador como este, para tratar de minimizar el impacto que ha tenido el volcán, pero también la crisis sanitaria.

¿El programa tendrá continuidad el curso que viene? ¿No cree que la población necesita de un proceso más largo para su recuperación?

No tendrá continuidad, si no tiene financiación, pero es más que evidente que sería necesario. Son las administraciones públicas las que deberían financiar proyectos de esta índole, que fomentan y protegen la salud mental de pequeños y jóvenes.

¿Cómo ha sido el apoyo institucional, no solo al proyecto, sino a la recuperación emocional y psicológica de los palmeros?

Es evidente que este proyecto ha visto la luz gracias a la generosidad de Naviera Armas y a su confianza en el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, por lo que les estamos inmensamente agradecidos. La Administración local sí me consta que ha apostado por ofrecer atención psicológica a la población, y nuestro Colegio sigue dando asistencia gracias a la generosidad de un donante que también confió en nuestra institución. Desconozco si existe algún otro recurso destinado a este fin, ya que en un principio desde la Administración canaria se nos comunicó la predisposición a contar con el Colegio, pero nunca se llevó a cabo.

¿Cómo es ahora mismo la salud emocional y mental de la población palmera, tras vivir dos graves crisis, la de la pandemia y la del volcán? ¿No cree que se debería normalizar que las personas, especialmente en esta isla, puedan acudir a un psicólogo en su centro de salud? Se acaba de iniciar esta atención en la isla de Gran Canaria. ¿No habría que habría que haber empezado por la isla de La Palma?

Creo que la salud mental de la población palmera, después de vivir estos dos acontecimientos, se ha visto notablemente afectada en algunos casos. Los cambios psicológicos de la población afectada van desde crisis emocionales, ansiedad difusa y/o dificultad para aceptar la dependencia y la situación crítica en la que se encuentran (que se manifiestan en las primeras 72 horas) hasta aflicción, miedo, irritabilidad, inquietud motora, alteración en conductas cotidianas, pérdida del sueño y apetito durante el primer mes. A los dos o tres meses, son habituales las manifestaciones de tristeza o ansiedad, si bien no son muy aparentes. Suelen ser manifestaciones encubiertas como agresividad creciente (intrafamiliar, autoagresividad) y conductas evasivas (consumo de alcohol o de psicoactivos), ira creciente, síntomas somáticos que persisten y, ocasionalmente, síntomas de estrés postraumático. Esto es lo que dicen los resultados de la investigación que realizamos a partir de nuestra intervención durante la erupción. Sería ideal que la figura de los profesionales de la psicología estuviera al alcance de toda la población que lo necesite, a través de los centros de salud, como un derecho para velar por su salud mental como se hace con la salud física y no como un lujo que debe costearse el ciudadano.

¿Hay alguna novedad o ha habido avances, a raíz de la intervención psicológica en la isla, para que se les incluya como profesionales indispensables en los planes de emergencia?

El único avance es que la Federación de Municipios de Canarias (Fecam) nos ha solicitado un modelo de convenio de colaboración que posibilite nuestra intervención ante posibles emergencias en los distintos municipios que así lo deseen, de una forma regulada y remunerada.