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Los adolescentes canarios son los que menos se emborrachan de España

Junto a los gallegos, los isleños de 14 a 18 años son los que consumen menos alcohol | Tan solo el 11% ha hecho botellón en el último mes y el 27,3% tiene ‘atracones’

Dos jóvenes se sirven bebidas alcohólicas en un botellón. ADRIAN RUIZ DE HIERRO

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por los canarios. El 93,3% de la población ha probado bebidas alcohólicas alguna vez en su vida y casi la mitad (45,5%) lo ha hecho en el último mes. Pese a ello, los adolescentes de las Islas son los que menos alcohol consumen de toda España. El 51,4% de los menores de 14 a 18 años se han emborrachado en el último mes, por debajo de la media nacional situada en un 58,5%. 

Así se sustrae de la Monografía de Alcohol 2021. Consumo y consecuencias, que analiza los datos previos a la pandemia (2018 y 2019). Se trata de un informe del Observatorio de las Drogas y las Adicciones que hace una radiografía actual del consumo y analiza los problemas que acarrea el consumo excesivo de alcohol en la población. Canarias, sin embargo, se encuentra a la cola de España en prácticas frecuentes a estas edades, como las borracheras, los botellones y los grandes atracones de alcohol –conocidos como binge drinking–. 

Los menores canarios son los menos proclives a realizar botellones. Solo tres de cada diez jóvenes de 14 a 18 años se suman a estas reuniones masivas con el objetivo de consumir bebidas alcohólicas en lugares públicos cada año. Al mes lo hace apenas un 11%. A nivel nacional, la práctica está mucho más extendida y hasta la mitad de los jóvenes lo realiza al menos una vez al año. En este sentido destaca Extremadura, donde hasta el 66% de los menores realizan esta práctica. 

En las Islas también está poco extendido el consumo de alcohol en atracones. Esta práctica, conocida como binge drinking, se refiere al consumo rápido e intensivo de bebidas alcohólicas. Es especialmente frecuente entre los jóvenes y los adolescentes. Suele producirse cuando se consumen de 4 a 5 bebidas en un plazo aproximado de dos horas, y los niveles de alcohol en sangre alcanzan 0,08 gramo por decilitro. El estudio afirma que solo el 27,3% de los canarios de 14 a 18 años ha realizado esta última práctica en el último mes, mientras que la media nacional se sitúa en el 32,3%. Hay comunidades, como Navarra o La Rioja, donde esta práctica es habitual entre más del 40% de los menores. Canarias también se encuentra ligeramente debajo de la media europea en esta práctica, que se sitúa en el 34%.  

El impacto más visible del consumo excesivo de alcohol en los menores es la merma del rendimiento académico. Según el informe, la proporción de alumnos que saca notables o sobresalientes es bastante más reducida en el grupo de consumidores (aquellos que en el último mes han bebido alcohol, se han emborrachado o han hecho binge drinking) con respecto a los que no han realizado estas acciones. El estudio también pone el foco en las conductas de riesgo en las que se ven envueltos los jóvenes al consumir alcohol de manera indiscriminada, entre las que se encuentran conducir ebrio o ser pasajero de una persona que está bajo los efectos del alcohol, las peleas y agresiones o tener relaciones sexuales sin preservativo. Tres de cada diez jóvenes reconoce haber tenido sexo sin protección estando bebidos.  

A la cola del consumo 

Canarias es, asimismo, una de las comunidades con menor consumo de alcohol de la población en general. Las bebidas alcohólicas se convierten en un acompañante para los canarios a partir de los 14 años. La mayoría se emborracha para animar las fiestas (43%) o porque le gusta como se siente después de beber (25,5%). Un 13,4% bebe para encajar en un grupo y no sentirse excluido. 

El 7,3% de las personas que han bebido en el último mes en Canarias han acabado con una intoxicación etílica –conocida también como borrachera–. El 5% consume todos los días alcohol. El binge drinking se reduce con la edad. Entre la población general, solo el 12,5% bebe en atracones de pocas horas. Lo mismo ocurre con el botellón, una práctica que solo un reducto de la población (7,1%) de 15 a 64 años ha realizado en el último año. 

La cerveza, el vino y los cubatas o cócteles son las bebidas favoritas de la población. Sin embargo, se observan distintos patrones en función de la edad. Por ejemplo, el porcentaje de consumidores de vino aumenta con la edad y alcanza su máximo en el grupo de 55 a 64 años. 

En el lado opuesto, están los cubatas y combinados cuyo consumo disminuye de forma progresiva a medida que aumenta la edad. Su consumo está más extendido entre los más jóvenes: el 67,0% de los consumidores de 15 a 24 años que se han emborrachado en el último mes ingirió un combinado.

Pero si hay una bebida por excelencia en España esa es la cerveza. El 38,9% de los españoles de 15 a 64 años consume esta bebida alcohólica en base a cebada. Los que más disfrutan de esta bebida son las personas de 45 a 54 años. Y es que ocho de cada diez son adeptos de esta bebida. Detrás de ellos se encuentra los adultos de 35 a 44 años. Existe también una gran diferencia en la prevalencia de consumo de hombres y mujeres con independencia de la bebida consumida, pero la mayor diferencia se aprecia justamente en el caso de la cerveza. La cerveza es el tipo de bebida más consumida tanto por los hombres como por las mujeres. Sin embargo, ellos lo consumen casi el doble que ellas. 

Más ingresos en urgencias

Pese a encontrarse en la cola del consumo de esta sustancia psicoativa en España, en Canarias han aumentando los episodios de urgencias relacionadas con la intoxicación por alcohol. Según los últimos datos, en Canarias se han producido 3,1 intoxicaciones etílicas por cada 10.000 habitantes, siendo más frecuentes en mujeres (2 episodios por cada 10.000 habitantes) que en hombres (1,1 episodios). 

A veces el abuso del alcohol llega hasta tal punto que es necesario tratarlo en los servicios sanitarios. El perfil de los admitidos por alcohol es el de un varón de 46,5 años que vive con su familia propia (pareja e hijos) (25,3%) o con sus padres o familia de origen (24,9%) que acude por iniciativa propia o derivado por Atención Primaria u otros centros de tratamiento y que consume alcohol todos los días. La mayoría (72,6%) no consume otras drogas. Entre los que sí consumen otra sustancia, destaca el uso de cocaína y cannabis (drogas secundarias, diferentes a la que ha motivado la admisión a tratamiento. 

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