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ERUPCIÓN EN LA PALMA

La lava se ‘escurre’ por el mar de La Palma hasta los 180 metros de profundidad

La ULPGC crea el primer mapa del relieve submarino en la costa tras la erupción | La fajana se dispersa en cinco ramificaciones con distintas características geológicas

Investigadores del grupo Geogar de la Universidad deLas Palmas de Gran Canaria durante los trabajos. El Día

Cuando la lava alcanzó el mar transformó de forma abrupta el terreno marino que encontró a su paso. En los tres meses de erupción, la lava del volcán Tajogaite creó dos deltas lávicos (uno situado al norte y otro más grande en el sur) y una vez en el mar, se ramificó aún más. Al final, con su lento avance, la viscosa y rocosa lava incandescente se precipitó hasta los 180 metros de profundidad. 

Los científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) han realizado el primer mapa batimétrico de la costa, una herramienta que muestra el estado del relieve submarino de la isla tras la erupción. 

Los resultados muestran que la fajana más grande, situada al sur, se dividió en cinco partes «con formas y espesores diferentes», como explica la investigadora del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag) de la ULPGC, María José Sánchez, que ha trabajado coordinando este proyecto junto a su compañero Ignacio Alonso Bilbao. Ambos forman parte del grupo de investigación Geogar.

La Palma cuenta con una plataforma insular pequeña debido a su juventud. Las coladas que llegaron al mar contaban con un terreno prácticamente virgen de unos 60 metros de profundidad que en apenas unos pasos se convertían en grandes acantilados marinos de cientos de metros. 

En este escenario, las lavas colonizaron los fondos marinos como buenamente pudieron. Por ejemplo, el pequeño delta lávico que cayó cerca de los Roques de Don Pedro, no tuvo la fuerza suficiente como para transformar el fondo marino. «Apenas generó dos pequeños relieves de cuatro o cinco metros de espesor», explica la investigadora. 

La fajana más grande, la situada al sur, se divide en cinco partes cada una con un espesor distinto

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Diferente es el caso de la gran extensión de delta lávico que se formó en el sur, en la Playa de Los Guirres y sus acantilados aledaños, donde hubo un flujo de lava mucho más constante a lo largo de toda la erupción. En total generó cinco coladas con unos 300 metros de ancho. La ramificación que se generó en el centro de este gran delta lávico es la más alta de todas, con casi 50 metros de espesor. «Los fondos marinos en esta zona, que antes podían alcanzar los 60 metros de profundidad, ahora son de apenas 10 metros», relata la científica.

Esta ramificación, además, coincide con la llegada de las primeras lavas incandescentes al mar palmero. «Fue la que avanzó hasta los fondos y alcanzó a 180 metros de profundidad», explica Sánchez, que asegura que en el resto de la batimetría les fue suficiente con analizar los cambios que se habían producido hasta profundidades de 130 metros. 

La lava ha discurrido por el mar buscando los lugares por los que le es más sencillo colarse. Entre los recovecos utilizados se encuentran los cañones submarinos, un tipo de barranquillo marino que sirve para trasladar los sedimentos desde la superficie hasta las profundidades. La lava utilizado su cauce pronunciado para discurrir por el mar y ha conseguido «rellenarlos». Las consecuencias son aún desconocidas. «Ahora hay que estudiar cómo afecta a la biodiversidad y si se desarrollan nuevos cañones», insiste la experta. La información que se ha recabado tiene un alto interés científico. 

«Con ella podremos saber cómo se han desarrolla las zonas submarinas de nuestras islas en la plataforma insular», relata María José Sánchez. Y es que estos datos ayudarán a los científicos a relacionar los distintos tipos de sedimentos de las coladas del océano con la actividad volcánica en superficie. «En algunas coladas se puede percibir claramente el movimiento de la lava; en otras vemos que la roca está fragmentada», explica. 

Pero los datos adquiridos no sólo tienen interés científico, también son útiles en la vertiente social, económica y cultural. «Por una parte nos ayuda a conocer la zona para garantizar la seguridad de los barcos», explica Sánchez. Si esta información no apareciera en las cartas náuticas habría un riesgo intrínseco de que los barcos sufrieran encallamientos en la costa. El mapa submarino de la costa también permitirá procurar información a los futuros buceadores o embarcaciones recreativas que puedan hacer actividades en la zona. 

El nuevo relieve de los fondos marinos en La Palma. El Día

Es por ello, que se ha incluido la información en la Infraestructura de Datos Espaciales de Canarias, donde se puede consultar la información batimétrica, además de disponer de un servicio WMS que permite integrar la información en un Sistema de Información Geográfica.

Este mapa de los fondos submarinos se realizó durante el mes de mayo con la ayuda de la empresa local Acuipalma. Se trata de una información de gran importancia, dado que hasta ahora ningún buque se había podido acercar tanto a la costa como para saber cómo se había transformado en esos puntos. 

De hecho, incluso en esta expedición –que se ha hecho con un buque más pequeño– los investigadores se han encontrado con dificultades a la hora de fotografiar esos fondos marinos. «Hay una franja entre los dos deltas lávicos que no hemos podido analizar debido a la gran pendiente de la zona y el desconocimiento del estado de los fondos», relata Sánchez. Y es que, si no tenían suficiente cuidado podrían haberse quedado encallados en alguna roca y no hubieran podido continuar la expedición. 

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