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Incendios forestales

La Junta de Castilla y León desautorizó la limpieza de 100 hectáreas de una finca días antes del incendio de Zamora

Medio Ambiente desautorizó la limpieza de 100 hectáreas de vegetación en la Dehesa de Pozos unos días antes de que se quemara

Zona quemada en el incendio de Losacio. / José Luis Fernández

“Ya no necesitamos limpiar nada, nos lo dan hecho”. Apenas unos días después de que el ganadero Jesús Ángel Tomás recibiera la denegación de Medio Ambiente a la solicitud de desbroce en la Dehesa de Pozos, el paraje ha quedado arrasado por las llamas.

“¿Y ahora qué? Realizamos la petición porque había mucha jara y maleza, para prevenir incendios y se ha quemado todo” cuenta Tomás Pino, arrendatario de la finca situada en el término de Tábara, cuyos propietarios, (Martínez de Irujo), estudian emprender acciones legales.

La intención del ganadero, como expone en su solicitud, era llevar a cabo el desbroce, a lo largo de unas 100 hectáreas, de las partes demasiado pobladas de jara con el principal objetivo de prevenir incendios, debido a la proximidad existente entre la zona de monte y las diversas zonas de labor, corrales y casas”.

Solicitaba al Servicio Territorial de Medio Ambiente en Zamora “la autorización para la limpieza de jara y matorral, respetando y teniendo en cuenta aquellas encinas y robles que puedan servir para hacerse más grandes, y a la vez dejando espacios poblados para el refugio de la fauna que habita en el lugar y, si cabe, en un futuro desmoche”.

Trabas

Dos meses después la contestación de la Junta fue negativa. Nadie contaba con que en cuestión de días iba a quedar todo hecho cenizas. “Éramos conscientes de que había que limpiar la zona, los que estamos en los pueblos y aprovechamos las dehesas y montes somos los primeros interesados en que no pase nada. Lo vergonzoso es que las trabas vengan de la Administración” incide el ganadero zamorano.

“Se considera que las actuaciones de desbroce solicitadas, de acuerdo con el contenido de la memoria presentada, son incompatibles con la conservación de los recursos forestales y, por tanto, se informa desfavorablemente el desbroce en los términos de la solicitud” reza el escrito de denegación de la Junta. La comunicación del Servicio Territorial de Medio Ambiente indica que cualquier nueva solicitud de desbroce de vegetación debe ser de menor superficie a la propuesta. Se exige además “una breve memoria que concrete con mayor detalle las actuaciones que se plantean” y se explican los “criterios para el diseño de la propuesta”.

Burocracia

Jesús Ángel Tomás lamenta que “no somos los únicos a los que nos deniegan la limpieza de vegetación. La gente está harta de tantas prohibiciones, lo que consiguen es que los montes y los pueblos sean una tea”. Y censura la “burocracia”. “Nos vuelven locos. Ya no va a hacer falta pero para algo tan lógico como un desbroce sin hacer barbaridades, como proponíamos, poco más que hay que presentar una tesis doctoral”.

De acuerdo con la comunicación de Medio Ambiente, el desbroce “es una operación que consiste exclusivamente en la eliminación de matorral mediante operaciones de roza”. Nada de roturación de suelo, decapado del terreno o uso del tractor con gradas. La retirada de matorral podrá realizarse con medios manuales o mecánicos “siempre que permitan el desbroce selectivo”.

La Junta informa al ganadero que cuando el objetivo es prevenir incendios hay que reducir el combustible en áreas de mayor riesgo, priorizando desbroces perimetrales de la finca en una faja de 50-100 metros del límite, fajas de hasta 50 metros a cada lado de caminos habilitados para rodaje de vehículos, actuaciones en enclaves de alto riesgo y establecimiento de zonas de seguridad en el entorno de edificaciones y zonas habitadas”. Indicaciones ante las que no deja de sorprenderse Jesús Ángel Tomás. “Precisamente nosotros advertíamos del riesgo porque había casas, es increíble”.

En la memoria que exige la Junta para autorizar el desbroce, entre otras se exigen “medidas preventivas precisas para evitar el riesgo de incendios” durante las tareas de limpieza, con disponibilidad de medios de extinción y restricciones en determinadas fechas.

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