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Una estrella «fallida» se ‘muda’ a nuestro vecindario cósmico

El IAC descubre una enana marrón a 29 años luz de la Tierra

que se creó en las primeras etapas de la Vía Láctea

Comparativa entre una estrella de baja masa, el planeta Jupiter y WISE1810. GABRIEL PÉREZ DÍAZ (IAC)

Una estrella «fallida» se ha mudado a nuestro vecindario cósmico. La enana marrón –considerada fallida por no disponer de la suficiente masa como para brillar– se ha encontrado vagando a unos 29 años luz de la Tierra, lo que la convierte en el astro de este tipo más cercano a nosotros en la inmensidad de la Vía Láctea.

Ha sido un grupo de investigación español, dirigido por el investigador Nicolás Lodieu, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), el responsable de este hallazgo que se ha publicado la revista Astronomy and Astrophysics. Esta enana marrón (denominada WISE1810) es inusual, no solo por su poco brillo y su escasa masa, sino porque, además, es muy pobre en metales.

Esta enana marrón podría cambiar la visión sobre cómo se formaron en la Vía Láctea temprana

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La mayoría de estos objetos de baja metalicidad se formaron en los primeros tiempos de nuestra galaxia. Por esta razón, la presencia de WISE1810 tan cerca del Sol podría sugerir una posible sobreabundancia de enanas marrones formadas en las primeras etapas de la Vía Láctea. Por tanto, su composición podría dar pistas sobre lo que ocurrió en esos primeros momentos en nuestro vecindario cósmico.

Los investigadores no tienen constancia de que se haya descubierto objeto similar a éste. Esta estrella se postuló como candidata a convertirse en una interesante enana blanca en 2020. «No vemos rastros de amoníaco y metano en longitudes de onda del infrarrojo cercano», explica María Rosa Zapatero Osorio, investigadora del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) y coautora del trabajo. Por esta razón, los investigadores han deducido que su atmósfera se parece, en su composición química, en un 3% a nuestro Sol. No obstante, estos datos podrían cambiar porque las observaciones realizadas aún cuentan con una gran incertidumbre.

Es la primera vez que se confirma la presencia de un objeto tan tenue y carente de metales en nuestra galaxia. «WISE1810 es un mundo de vapor de agua porque el vapor y el hidrógeno molecular son los únicos rasgos fuertes que podemos ver en la distribución de energía espectral del objeto», asegura Eduardo L. Martín, también investigador del IAC y coautor del artículo. Este tipo de enana marrón posee una atmósfera desprovista de sustancias como el nitrógeno y el carbono.

Es la primera vez que se confirma la presencia de un objeto tan tenue y carente de metales

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Nuestro vecindario cósmico inmediato está compuesto por apenas unos cientos de estrellas y de enanas marrones con sus propios sistemas planetarios. A diferencia de las estrellas, las enanas marrones no poseen la masa suficiente para que en su interior se fusione el hidrógeno, que es la fuente de energía de estrellas como el Sol, por lo que se van apagando con el tiempo. Debido a su baja luminosidad y energía, son muy difíciles de detectar. Sin embargo, su estudio es fundamental para comprender los procesos de formación estelar y planetaria.

Para la investigación se han utilizado los instrumentos OSIRIS, EMIR e HiPERCAM del Gran Telescopio Canarias (GTC o Grantecan), ALFOSC del Telescopio Óptico Nórdico (NOT) y Omega2000 del Observatorio Astronómico de Calar Alto (CAHA).

«Futuras observaciones podrían confirmar que este tipo de enanas marrones son más habituales de lo que pensábamos, lo que cambiará nuestra visión de cómo se formaron las estrellas y las enanas marrones en la Vía Láctea temprana», concluye Lodieu.

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