García Rojas descarta la cuarta dosis de la vacuna ante el covid en menores de 60 años

García Rojas explica que esta distinción de colectivos se hace por la propia evolución del virus, que si bien "ahora hay una alta circulación del virus", asociada a la aparición de nuevas variantes que "son menos virulentas". ¿Por qué descartar entonces a buena parte de la ciudadanía? El epidemiólogo canario lo tiene claro: "La mayor parte de los pacientes de menos de 60 años que están dando positivo de coronavirus son casos leves o asintomáticos".

El mayor riesgo de complicaciones y por tanto de consecuencias fatales se encuentra entre la población mayor "y dentro de ella los más mayores", además de personas con el sistema inmunitario debilitado. Precisamente, "este sistema menos robusto" requiere un mayor cantidad de vacuna, para que se encuentre en condiciones de hacer frente al virus, según el argumento del experto isleño.

"Es relevante que toda la población reciba al menos las dos dosis principales y la de refuerzo", insistió García Rojas antes de asegurar que la cobertura vacunal en España "es elevada". "Aquí hay conciencia respecto a las vacunas pero es normal que en este caso exista fatiga pandémica", confiesa el epidemiólogo.

Los datos

Según informa la Consejería regional de Sanidad, hasta ayer martes, 12 de julio, los equipos de vacunación del Servicio Canario de la Salud (SCS) habían administrado 4.409.894 dosis de vacuna, incluyendo primeras y segundas dosis, dosis adicionales y dosis de refuerzo.

El total de personas inmunizadas, es decir, aquellas que han recibido la pauta completa, es de 1.794.009, lo que supone un 85,52 por ciento de la población diana mayor de cinco años de edad, mientras que el número de personas vacunadas, con al menos una dosis, es de 1.847.780, es decir, el 88,09 por ciento de la población diana.

Ante estas cifras, Amós García Rojas insiste en que la tercera dosis (primera de refuerzo) es primordial, y reconoce que el ritmo de vacunación ha ido disminuyendo. El colectivo más atrasado en este sentido son los menores, una cuestión que el epiedmiólogo argumenta en que "los padres y madres no tienen percepción de que el riesgo en sus hijos sea elevado en el caso de contagiarse". Un aspecto al que hay que sumar la necesidad de que, tras un positivo, hay plazos para recibir el pinchazo.

Precisamente, en esa relajación influye también el hecho de que las últimas variantes se estén mostrando "en cuadros más leves", salvo en el caso de la población vulnerable. "Cuando avanzamos en la vida, el sistema inmune también va envejeciendo y requiere de un paso más para estar preparado ante el virus", insiste el epidemiólogo, quien usa el mismo ejemplo para el caso de pacientes inmunosuprimidos.

Además, hay que tener en cuenta que son por lo general los integrantes de estos colectivos los que están protagonizando la peor parte de la enfermedad: ingresos hospitalarios y fallecimientos. "En cualquier caso, la fase más dura de la pandemia ya se ha superado, precisamente porque la incidencia en el sistema es menor", añade García Rojas.

El epidemiólogo considera que hay que "aprender a convivir con el virus", incluso con la llegada de nuevas variantes: "Es normal porque el propio virus se va adaptando y como cualquier virus estacional también se pone el disfraz", resume el experto del Gobierno de Canarias.

A ello se añade el hecho de que no en todo el planeta la vacunación se está desarrollando de la misma manera. "Tenemos la fortuna de vivir en un país desarrollado e incluso la Organización Mundial de la Salud ha felicitado a España por la gestión de la inmunización, pero hay muchos países del planeta que no tienen opción ni siquiera de la primera dosis, lo que repercute tanto en la circulación como en la aparición de nuevas variantes".

A pesar de que García Rojas considera que aún es pronto para aventurarse a hacer una predicción del comportamiento futuro del coronavirus, el epidemiólogo sostiene "de manera muy personal" que a la larga se convertirá en una enfermedad estacional, frecuente a partir de otoño como todos los virus respiratorios, "por lo que no es descabellado pensar que acabaremos vacunando una vez al año a la población más vulnerable".