Canarias es el mejor lugar de España para invertir en ciencia. Un proyecto científico financiado por una empresa asentada en las Islas goza de unas golosas deducciones para producir investigación a precio de coste. Quien está detrás de esta deducción no es otro que el Régimen Económico y Fiscal (REF) de Canarias, con el que las empresas tienen la posibilidad de deducirse hasta el 100% del presupuesto que gasten en actividades científicas, especialmente durante los dos primeros años.
Las empresas asentadas en Canarias tienen «derecho» a deducirse entre un 28 y un 100% del coste de las actividades de I+D+i que realicen durante el año. «Estamos cerca de África y lejos de Europa, por lo que necesitamos esta herramienta para poder estar en igualdad de condiciones con el resto del Estado», relata el economista y abogado Jorge Gutiérrez. De hecho, el también socio de la consultora PwC en Canarias, insiste en que aunque pueda configurarse como un beneficio para las empresas asentadas en las Islas, está lejos de ser «un privilegio».
Esta deducción autonómica es muy similar a la que tienen las producciones cinematográficas en las Islas. Ambas provienen de un incentivo instaurado a nivel nacional para «animar a las empresas a realizar este tipo de actividades», relata Gutiérrez. «España, al verse a la cola en I+D, propuso estas ventajas fiscales para aumentar la producción científica», explica. Al estar afectada por el REF, los incentivos estatales aumentan en un 20%. Esto significa que, si una empresa se puede deducir un 25% al financiar actividades de I+D en España, en Canarias pueden hacerlo hasta en un 45%.
Además, son varios los elementos sujetos a este incentivo (gasto de personal o compra de materiales), por lo que las deducciones se pueden sumar hasta alcanzar el 100% de la inversión, pudiendo incluso «superar ese porcentaje y ganar dinero», relata el experto. Por ejemplo, si una empresa invierte 100.000 euros en un equipo de científicos que realice un proyecto de investigación, podrá deducir en su Impuesto de Sociedades el 45% correspondiente a la actividades de I+D y el 37% de las nóminas de sus científicos. Un 82% de la inversión inicial.
«Y la deducción no está sujeta a la consecución de ningún tipo de resultado científico», asegura Pablo Hernández, presidente de la Zona Especial Canaria (ZEC). De hecho, los únicos requisitos para acceder a estos descuentos son hacer ciencia (con la metodología adecuada) y llevarla a cabo desde Canarias, «porque el objetivo es generar empleo en las Islas», como insiste Gutiérrez. Por tanto, tampoco es indispensable hacer un proyecto científico exitoso, porque lo importante es potenciar el ecosistema investigador de las Islas.
Estas deducciones permiten a las empresas, además, realizar inversiones arriesgadas, pues pueden acceder a estas ventajas aún sin obtener ningún beneficio. En este sentido, hay vías para solicitar, el abono en efectivo de lo que se ha invertido con una cuota máxima de 3 millones de euros. Esto último se puede hacer «si no como empresa no has obtenido beneficios y, por tanto, no pagas el Impuesto de Sociedades», destaca Hernández.
Canarias se posiciona, de esta manera, como el sistema fiscal más generoso con la I+D a nivel global y, para Hernández, este incentivo autonómico debería ser un «aliciente» para mejorar la contribución privada a la ciencia canaria, que es una de las más bajas de España. Sin embargo, aún son muchas las empresas que bien desconocen este elemento tributario isleña o fallan a la hora de justificar su inversión en actividades de I+D.
En Canarias la contribución privada a ciencia apenas representa el 0,02% del PIB de las Islas. En la tarta de la inversión científica, dotada con 217 millones de euros en 2020, según el Instituto Canario de Estadística (ISTAC), la contribución empresarial representó un 205. En las Islas, la ciencia se sustenta gracias a las universidades, cuyo papel es relevante tanto por los recursos humanos como por los 92 millones de euros (42%) que destina; y a la Administración Pública, que inyectó ese año 81 millones de euros (37%).
La situación, no obstante y gracias a estos incentivos, está cambiand. Según Hernández, la inversión privada en ciencia en las Islas está «creciendo de forma exponencial». «Es así porque el conocimiento siempre genera nuevas preguntas», insiste. En el último estudio sobre Informes motivados para deducciones fiscales de I+D+i en España, referente al año 2020, pone de relieve que las empresas canarias cada vez son más conscientes de la existencia de esta herramienta fiscal.
El Ministerio de Ciencia es una de las instituciones encargadas de expedir informes para que las empresas tengan certeza de que están haciendo una inversión en actividades científicas cuando presenten el gasto en Hacienda (también lo pueden hacer consultoras o las propias empresas). Los llamados «informes motivados» eran muy exiguos en Canarias hace una década. En 2011, según el Ministerio, solo se emitieron 12 informes. En 2020 ya fueron 173. En cuanto al importe total incurrido –es decir, el gasto en I+D presentado a Hacienda para acogerse a las deducciones autonómicas– en 2011 no existían y en 2020 ascendieron a tres millones de euros.
Los expertos ven un amplio margen de mejora en la inversión privada para el ecosistema canario. Y es que, pese al incremento de la inversión, de estos datos también se sustrae que la deducción puede estarse desaprovechando. Solo el 7,5% del gasto de empresas en I+D de las Islas solicitó acogerse a la deducción. «Para llegar a cifras aceptables vamos a tardar, pero lo vamos a ver», asegura Hernández. La inversión en I+D es una oportunidad no solo para las empresas, sino también para las propias universidades que hoy sustentan la investigación de las Islas. Y es que, esta inversión privada puede dirigirse también a grupos de investigación públicos, con lo que se les permitiría seguir trabajando aunque pierdan la feroz competición por los fondos públicos.