Hubo un tiempo en el que asistir a estos festivales de música era sinónimo de comer poco y mal, o más bien nada; por aquel entonces valía con echarse a la boca cualquier cosa, sin apenas sabor y además de dudosa procedencia, más que por deleite porque resultaba una necesidad si uno no quería desfallecer en el intento. Este comportamiento parece que está cambiando y rápidamente: música y gastronomía han sabido armonizarse.
¿Quién dijo que un festival de música está reñido con el buen vino o con disfrutar de una experiencia gastronómica de categoría? Es verdad que hubo un tiempo en el que asistir a este tipo de acontecimientos era sinónimo de comer poco y mal, o más bien nada; por aquel entonces valía con echarse a la boca cualquier cosa, sin apenas gusto y además de dudosa procedencia, más que por deleite porque resultaba una necesidad si uno no quería desfallecer, pero nada había de satisfacción gastronómica en aquello. Este comportamiento, sin embargo, parece que está cambiando y, además, rápidamente. El furor foodie se ha trasladado también a estos certámenes musicales, que cada vez apuestan más por elevar los niveles de calidad de su oferta culinaria, en consonancia con la altura del cartel artístico.
Es el caso del Cook Music Fest 2002 que, desde hoy y hasta el 24 de julio, ocupará la explanada del muelle del Puerto de la Cruz, ofreciendo música bien aderezada con notas gastronómicas.
Etereo by Pedro Nel. El restaurante que regenta este chef en la calle San Antonio 63 de la capital tinerfeña tiene en su haber un Sol de la Guía Repsol y recientemente ha logrado la condición de recomendado por la Guía Michelin, además de situarse en el primer lugar en la reconocida plataforma Tripadvisor entre casi 800 restaurantes. Con ocasión de este festival, el cocinero colombiano brindará al público sus empanadillas de carne, bajo la marca La Relinda, acompañadas de una salsa sriracha, moderadamente picante y con un sabroso toque dulce. Este bocado lo ofrece en su restaurante y ahora sale de la carta del local para ocupar un espacio en la zona gastronómica.
Las notas gastronómicas que se despliegan desde hoy y hasta el 24 de julio en la explanada del muelle del Puerto de la Cruz acompañan al cartel musical
2º Centígrados. La barra que regenta Pilar Báez en el corazón de la zona de pescadería de la popular Recova santacrucera ofrece frituras, bocados inspirados en la cocina oriental, también guiños a la cocina peruana... de una manera desenfadada.
Donde Mario. Acreedores de un solete de la Guía Repsol ya han anunciado en su página de Facebook que se van de vacaciones hasta el 24 de julio al Puerto de la Cruz, al Cook Music Fest, «para que disfrutes de los conciertos ¡Y de la buena comida!». Con Raúl Torres entre fogones su propuesta abre el apetito: ceviche, tartar, tacos de viera, navajas a la sidra...
Guachinche El Cubano. De La Orotava bajan hasta el Puerto para mostrar su cocina tradicional cubana, platos de puerco asado cubano, arroz congrí, tostones y la famosa yuca cubana...
Miss Sushi. Esta franquicia se presenta con el objetivo de fusionar sabores, romper con todos los tópicos y democratizar el sushi, haciéndolo accesible a todos los bolsillos. Además ofrecerá combos y poke, esa sabrosa ensalada de pescado crudo marinado.
Rikarepa. Todo el abamico de la cocina tradicional venezolana, con especial referencia a sus arepas (la mexicana gusta mucho) y su gama de salsas; tequeños; papas; cachapas...
El Gusto por El Vino. Es la mejor vinoteca de Canarias, sin ningún género de dudas, y está entre las más sobresalientes del país. Bajo la mano de Toño Armas descorcharán en la explanada del muelle muchos placeres embotellados.
