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La expansión del anticiclón de las Azores agrava la sequía invernal de Canarias

Los científicos no descartan que las modificaciones de este sistema de altas presiones debidas al cambio climático puedan afectar a largo plazo al régimen de alisios

Una pareja en una playa del sur de Tenerife durante el episodio de calima de enero de 2022 Andrés Gutiérrez

Algo está cambiando en la atmósfera. El temor que los científicos llevan manifestando más de tres décadas, es ya una realidad constatable. El anticiclón de los Azores, una pieza fundamental del clima canario, se está agrandando, potenciando y haciendo que lo inusual durante los inviernos sea cada vez más habitual. Esta modificación tiene repercusiones directas el Archipiélago, que ya está comprobando cómo sus períodos invernales se vuelven más secos y las intrusiones de calima más frecuentes. Los científicos alertan de que, a largo plazo, también podría poner en riesgo el régimen de alisios que suaviza las temperaturas en el Archipiélago. 

El cambio climático está detrás de esta alteración del anticiclón. En un reciente estudio paleoclimático realizado por la Institución Oceanográfica de Woods Hole (Estados Unidos) y publicado en la revista Nature Geoscience, se concluye que esta estructura reguladora del clima mundial –y especialmente en Europa y Canarias– se expande más allá de sus límites habituales con mayor frecuencia del que lo hacía hace 1.100 años. El sistema de altas presiones suele estar en medio del Atlántico y se complementa con la baja de Islandia. El primero es el causante del buen tiempo y el segundo de las borrascas. Ambos forman la oscilación del Atlántico Norte (NOA, por sus siglas en inglés) que es responsable del 50% de la variabilidad meteorológica. 

En las últimas décadas el anticiclón ha crecido hasta en un 50% y tiende a desplazarse hacia el este más a menudo, creando una «situación de bloqueo» de las borrascas, como destaca el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, David Suárez. Se cree que esto es lo que ha ocurrido este mismo invierno, cuando el anticiclón de las Azores se instaló varias semanas en el Este, reduciendo la posibilidad de que las borrascas de la baja de Islandia pudieran afectar a Europa y causando una sequía sin precedentes en todo el continente. «Esto suele ocurrir de vez en cuando, pero la frecuencia ha aumentado», señala el meteorólogo y divulgador José Miguel Viñas. 

Los investigadores de Izaña ya habían percibido un cambio de la conducta del anticiclón en 2011

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En Canarias este cambio de patrón del anticiclón de las Azores en invierno tiene dos efectos directos: el bloqueo de las posibles borrascas y tormentas tropicales –que da lugar a inviernos más secos– y la mayor cantidad de intrusiones de calima. «En invierno persiste el flujo continental de componente este, por lo que hay más incidencia de episodios de polvo sahariano», relata Suárez. 

Estas mayores intrusiones de calima en Canarias durante el invierno se constataron hace una década. En un artículo de 2011, liderado por el Centro de Investigaciones Atmosféricas de Izaña de la Aemet, tras llevar un reanálisis de los datos proporcionados por los Centros Nacionales para la Predicción Ambiental (NCEP, por su siglas en inglés), se concluía que las concentraciones de polvo sahariano durante el invierno se habían doblado entre 1958 y 2006. «Lo que vimos entonces es que el anticiclón de las Azores cada vez se desplaza más al este, se hace más elongado e intenso», relata la física atmosférica Silvia Alonso, que segura que esto «hace que cada vez sea más frecuente que los vientos en Canarias, en vez de soplar de tal forma que den lugar al alisio, sean de componente este». Esto, finalmente, «provoca más eventos de calima en las islas». 

Y es que si el anticiclón se interna más hacia África en lugar de en su posición habitual cerca de Azores, eso favorece las intrusiones de polvo en Canarias. Aunque en ese momento ya se veía esta posible tendencia, las intrusiones de calima en los años siguientes han sido tan irregulares que era difícil definir si realmente el cambio climático estaba detrás de ello. Sin embargo, «esto cambió hace unos tres o cuatro años en el Archipiélago», como remarca Viñas que insiste: «es ahora cuando se está viendo que algo está ocurriendo porque son, sin lugar a dudas, más frecuentes». 

Los científicos en las Islas, temen, desde hace años, que los cambios en la dinámica atmosférica provocados por el cambio climático puedan provocar que los alisios dejen de soplar del todo. Para que eso ocurriese, «el anticiclón debería abandonar para siempre las Azores y quedarse quieto en el Este», como explica Alonso. Pero esto no está tan claro, pues en Canarias cuando más soplan los alisios es en verano, y en principio, no hay nada que corrobore un cambio de tendencia. No obstante, como reseña la investigadora, si las tendencias se mantuvieran, quizás el sistema de altas presiones podría cambiar su configuración definitivamente y mantenerse mucho más tiempo más al este, lo que provocaría que «el alisio lo veamos mucho menos». 

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